80 años de la brutal Batalla del Ebro en la que se hundió la República

El 25 de julio de 1938 arrancó en España la mayor batalla de su historia, con el Ebro como sangrienta línea de frente. El presidente reublicano Negrín y el general Vicente Rojo se lanzaron contra las tropas franquistas. El órdago les salió caro: cuatro meses después, perdida la Batalla del Ebro, las fuerzas republicanas emprendían su repliegue definitivo, su agonía final.

La República había perdido la emblemática Batalla de Teruel y buscaba una ofensiva que le permitiera ganar terreno y levantar la moral entre sus filas. Fue una apuesta arriesgada, y la perdió. Las tropas del general Yagüe lograron contener la ofensiva republicana y, en cuestión de días, empezó una contraofensiva que se prolongó durante meses. Fue una batalla larga y de desgaste, que enfrentó a casi 200.000 soldados de ambos bandos.

La batalla que se había iniciado el 25 de agosto de 1938 acabó el 16 de noviembre de 1938. Llegó a extenderse por más de 60 kilómetros de línea de frente, la línea del Ebro que discurre entre la zaragozana Mequinenza y la tarraconense Amposta.

El balance que dejaron esos cuatro meses de enfrentamientos armados fue tremendo. Los historiadores calculan que hubo cerca de 20.000 muertos de los dos bandos y entre 30.000 y 40.000 heridos.