Crónica de un triste aniversario, de José Manuel Opazo.

Crónica de un triste aniversario, de José Manuel Opazo.

Hoy día 17 de agosto de 2018 llegué a Barcelona con la idea de disfrutar de una bonita jornada de respetuoso recuerdo a las víctimas de los atentados de hace un año en compañía de una multitud de españoles que aman esta ciudad, y del Rey y el Gobierno de España y de la Comunidad de Cataluña en pleno, pero pronto me he visto envuelto en un contínuo torbellino de sentimientos que enumero cronológicamente:

1º Indignación: Me encuentro en la fuente de Canaletas con mi amigo y colaborador Xavier Codorníu que me señala la pancarta colgada en la emblemática Casa Pich i Pon, en el número 9 de la Plaza de Cataluña a la altura de la planta 6ª y en ella se lee “El Rey de España no es bienvenido en los países catalanes”. Está escrita en inglés para facilitar su lectura en todo el mundo puesto que si la hubieran escrito en catalán sólo la entenderían un exiguo grupo de personas en ese mismo mundo.

Le propongo a Xavier acercarnos para indagar acerca de si pensaban retirarla y nos acercamos a la entrada de ese edificio. Cuando nos disponemos a tomar el ascensor, nos abordan dos personas que nos preguntan hacia dónde vamos. A nuestra reclamación, se identifican como Mozos de Escuadra de servicio para impedir el acceso a personas ajenas a ese edificio.

2º Irritación: Como empresario que soy les manifiesto a esos Mozos de Escuadra mi interés en alquilar el local anunciado en la 6ª planta y tras diversos cruces de argumentos, nos acompañan hasta esa planta. Accedemos los cuatro al interior y comprobamos que se trata de un local vacío. Cuando pretendo acercarme hacia las ventanas en las que cuelga la mencionada pancarta, la Moza Nº 12881, visiblemente nerviosa nos impide el paso y nos exige la documentación identificativa. Se la mostramos y nos advierte que si no abandonamos el local inmediatamente, seremos detenidos.

Cuando reclamamos por el hecho de que se mantenga una pancarta que ofende al Rey (imagen boca abajo) y que rechaza al Jefe del Estado, nos dice que ellos están allí obedeciendo órdenes superiores y para impedir el acceso de cualquier persona (se trata de un local de propiedad privada y en alquiler) Salimos de regreso al exterior y nos encontramos con:

3º Satisfacción: Mientras tanto, en la calle, durante nuestra visita, se ha acumulado un grupo de unas 50 personas que enfadadas por la presencia de la pancarta se han acercado a la puerta del edificio y comienzan los gritos pidiendo la retirada de la pancarta. Cuando se va caldeando el ambiente llegan varios vehículos de Mozos de Escuadra y que impiden la acumulación de más gente, de modo que resignados nos dirigimos al centro de la plaza para rendir homenaje a las víctimas del año anterior.

4º Alegría: Es el siguiente sentimiento por el cariñoso recibimiento a Su Majestad, Felipe VI, que la población de la ciudad de Barcelona, sin prestar atención a la provocación de las pancartas ni de los gritos, ha mostrado a su Rey y Jefe del Estado y por último:

5º Regocijo: Al comprobar que no se han cumplido los temores de aquellos que auguraban otro escrache al Rey por parte de los secesionistas que se han tenido que conformar con colgar carteles de noche y que como los ladrones, se suben por las fachadas para robar tranquilidad a los ciudadanos de bien. Pretenden hacer creer al mundo a través de las imágenes de su TV lo que todos sabemos que no es cierto. Ni tienen el respaldo de la mayoría de la opinión pública ni tienen esperanza de conseguir su soñada Catadysney.

Regresamos por fin a casa con la satisfacción de saber que España seguirá unida y fiel a su Rey honrando a sus mártires de la libertad y la democracia.

Jose Manuel Opazo/ Xavier Codorníu.