“Dios es español”, gritaban los enemigos del Tercio viejo de Zamora

Virgen María, Madre Inmaculada, Tú que salvaste en Empel al Tercio Viejo de Zamora en 1585, Tú que obraste el milagro de una victoria humanamente inalcanzable y militarmente imposible sobre los enemigos de España y de la Fe católica, haz que la Patria de Santiago Apóstol vuelva a calzarse las espuelas de aquella Infantería que se encomendó a tu manto y a tus manos para ir a una muerte cierta coronando una victoria inconcebible, que hizo clamar al enemigo: “¡Dios es español!”

Virgen María, Madre Inmaculada, que lavas con tus lágrimas nuestras heridas, recoge en tu regazo los despojos de España para que resucite con el aliento de tus palabras. Quizás los españoles no lo merezcamos, pero España sí, porque ella llevó tu nombre, Madre María, hasta el último rincón de la tierra, en sus aceros y en sus versos, en sus oraciones y en sus voces de combate, en las coplas de su vino y en el corazón de sus hombres, incluso de aquellos que en la blasfemia iracunda murieron buscándote como se busca a la madre abandonada en el olvido… “bendita Tú eres entre todas las mujeres”.

Leer el articulo de Eduardo García Serrano:

https://www.elcorreodemadrid.com/opinion/905313063/Dios-es-espanol.-Por-Eduardo-Garcia-Serrano.html