Hasta ahora lo que nos quieren vender del origen del COVID 19, virus chino, igual que existió la gripe española, es que a finales de diciembre de 2019 la Comisión Municipal de Salud y Sanidad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, en China, informaba de 27 casos de neumonía, de etiología desconocida, que se habrían originado por la exposición, común en ellos, en un mercado mayorista de marisco, pescado y animales vivos en la citada ciudad. El primer caso se habría producido el 8 de diciembre de 2019.
Posteriormente el 7 de enero se amplía la información por las autoridades chinas con el dato de que el agente causante de este brote infeccioso era un nuevo tipo de virus de la familia del Coronavirus.
Estos virus causan infecciones en animales puden transmitirse a los seres humanos. Continúa la información con el dato de que el reservorio del mismo podría ser el murciélago. Hasta aquí la información que se nos proporcionó por parte del informe elaborado por el CCAES y otros organismos colaboradores.
Todos recordamos la diligencia y rapidez de las autoridades chinas en levantar un hospital nuevo en 10 días, con capacidad para mil camas, treinta unidades de cuidados intensivos y salas de aislamiento. Este hospital empezó a recibir pacientes el 28 de enero. Todo ello iba dirigido a descongestionar los hospitales de la ciudad, que empezaban a estar desbordados.
Científicos del Scripps Research Institute no han encontrado ninguna evidencia de que este virus haya sido creado en laboratorio. Hasta aquí todo parece muy claro, el problema se suscita cuando los científicos comienzan a hacer suposiciones de cómo se produce el salto del virus de la cadena animal al ser humano.
Se conocen una serie de datos que alimenta la desconfianza sobre el origen natural del virus. 
En Wuhan existe un laboratorio especializado en virología y microbiología, que tiene la catalogación P4 de seguridad; no obstante, en 2004 el virus SARS se escapó de un laboratorio chino con la misma cualificación de seguridad, infectando a nueve personas y matando a una. Los expertos en seguridad afirman que no existe la seguridad total.
Un biólogo y un médico de Wuhan, Botao Xiao y Lei Xiao, afirmaron que muy cerca del mercado de Wuhan está el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de la ciudad, que dispone de murciélagos para su estudio. Y a 12 kilómetros del mercado hay otro laboratorio, también perteneciente al Instituto de Virología de Wuhan, que trabaja con los murciélagos que originaron el SARS en 2002. En dichos centros han ocurrido varios percances de científicos mordidos por murciélagos, los cuales tuvieron que ponerse en cuarentena por conocer los riesgos que corrían.
El FBI y la CISA (Agencia de Ciberseguridad de EE.UU) han advertido en prensa de ataques de China para controlar la información, en contra de los esfuerzos del país asiático de desmentir cualquier información sobre su supuesta participación en el laboratorio de Wuhan.
La aparición en la cadena italiana RAI 3 de un video de 2015, que desvelaba la posible existencia de un «súper virus pulmonar» creado por «científicos chinos» a partir de «murciélagos y ratones, sembró aún más dudas en la opinión pública.
Hasta ahora, la información facilitada al mundo por el régimen chino, liderado por Xi Jinping, brilla por la falta de datos.
La OMS envió un equipo a Wuhan para colaborar con las autoridades chinas. Sin embargo, el representante de la OMS, Gauden Galea, manifestó que no se le había permitido el acceso a los registros de laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan y del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de China.
Estados Unidos se ofreció a enviar un equipo de epidemiólogos para ayudar a investigar y contener el brote. China rechazó la oferta y se ha mantenido al margen al país norteamericano.
La explicación dada por la OMS y por China es que el animal que originó el virus es el murciélago, de venta en el mercado de animales de Wuhan.
Cuando se da a conocer que el período de hibernación de los murciélagos es de otoño a primavera (durante esa época estos mamíferos permanecen en las cuevas sin actividad, y no pueden ser introducidos en los mercados de animales) fue cuando la comunidad científica especuló sobre la necesidad de explicar el asunto.
Para poder conectar a los murciélagos y su propagación se recurrió a hablar del animal que habría servido de intermediario para su salto a los humanos. Así se explica la teoría de que se habría transmitido de los murciélagos a los pangolines y de estos al ser humano, todo esto sin ningún tipo de pruebas, solo suposiciones.
China ha confirmado que en los inicios de la pandemia de coronavirus destruyó muestras del Covid-19. Así lo ha manifestado el supervisor de la Comisión Nacional de Salud de China, Liu Dengfeng, quien ha reconocido que el Gobierno ordenó eliminar las muestras «en laboratorios no autorizados» a principios del mes de enero.
El secretario de Estado de EE.UU, Mike Pompeo, ha manifestado repetidas veces que China se ha negado a dar muestras del virus tomadas de los pacientes infectados con Covid-19 a finales de 2019.
El presidente Trump ordenó cancelar los fondos que EE.UU proporciona a la OMS ante la falta de transparencia de este organismo y por su mala gestión en la crisis del COVID.
En un estudio en el que han participado biólogos de la Universidad de Barcelona (UB), se reconoce que el virus causante del COVID 19 circulaba libremente por la ciudad de Wuhan desde octubre. Un trabajo que publica la revista «Frontiers in Medicine» defiende que oficialmente el brote de SARS-CoV-2 se produjo, de manera imposible de precisar, en el mercado popular de animales salvajes de Wuhan.
Según los autores del trabajo de la revista «Frontiers in Medicine», la aparición de la COVID-19 es el resultado de una excepcional «alineación planetaria, es decir, una coincidencia específica de factores biológicos y sociales que permitieron que surgiera y se expandiera por todo el mundo». Esto nos recuerda a la conjunción planetaria que anunció en su día Leyre Pajín, ministra de Zapatero, entre Obama, presidente de EE.UU y Zapatero, presidente del Gobierno español.
En ese momento comenzó la especulación y la desconfianza en la OMS, en el régimen que gobierna China y en la comunidad científica, con algunas excepciones, preciso es aclarar.
El virólogo Luc Montagnier, Premio Nobel de Medicina en 2008 , aseguró que era «imposible que el virus se hubiera originado de forma espontánea» y señaló que «su dispersión podría haber sido consecuencia de un fallo en el proceso de fabricación en un laboratorio».
En el estudio elaborado por el profesor Angus Dalgleish, del Hospital St George’s de la Universidad de Londres y el virólogo noruego Birger Sorensen, estos científicos afirmaron haber encontrado «secciones insertadas y colocadas en la superficie de la espiga del SARS-CoV-2″, que podrían explicar cómo se une el virus con células humanas, publicado esto en el diario «The Telegraph».
Un antiguo jefe del MI6, el servicio de inteligencia secreto del Reino Unido, afirmó que el coronavirus Sars-CoV-2 que provocó la pandemia del Covid-19 se escapó de un laboratorio de Wuhan. Richard Dearlove, que así se llama el citado funcionario, explicó que había tenido acceso a un documento reservado.
Los científicos implicados en la investigación sugirieron en su estudio que mientras los científicos chinos estaban realizando sus experimentos, el coronavirus pudo haber escapado de algún murciélago que estaban manipulando. «Creo que esto comenzó como un accidente», dijo. «He leído el borrador de este documento muchas veces y creo que la importancia del informe es que está hecho por dos importantes científicos», agregó Dearlove.
Huang Yan Ling era empleada del laboratorio de investigación de Wuhan. Según los informes iniciales de la prensa china podría habría sido el primer caso de coronavirus del mundo («paciente cero»). En la actualidad se halla desaparecida, y se ha eliminado toda su biografía de internet.
La opinión de Francis Boyle, profesor de derecho internacional en la Facultad de Derecho de la Universidad de Illinois, apoya la teoría de la manipulación en laboratorio. Este profesor redactó la legislación nacional de implementación de los Estados Unidos para la Convención de Armas Biológicas, conocida como la Ley Antiterrorista de Armas Biológicas de 1989, y que fue aprobada por unanimidad por el Congreso y el Senado estadounidenses. Opina que el virus causante del COVID 19 ha sido manipulado en laboratorio, y que este es un centro de referencia en la investigación de enfermedades contagiosas para la OMS. También que esta organización mundial conoce muy bien los trabajos que allí se realizan.
Lo que sí es cierto es que la OMS se ha alineado desde el principio con China, negando cualquier posibilidad de manipulación en laboratorio.
El doctor Boyle va más lejos y dice que se puede considerar al virus como un arma biológica. No es ningún secreto que las autoridades chinas, por medio de su ejército, han estado trabajando desde hace muchos años en armas químicas y biológicas; de hecho han apoyado en sus investigaciones a Corea del Norte, uno de los países productores del conocido gas «sarín», empleado en el atentado del metro de Tokyo.
Científicos chinos fueron expulsados el año pasado del laboratorio de microbiología canadiense de Winnipeg por la violación de los protocolos de seguridad P4. Supuestamente podrían haber sustraído muestras del virus con el que se trabajaba en las citadas instalaciones. India también realizó una investigación a gran escala contra el Instituto de Virología de Wuhan, China.
Para abundar más en la confusión del origen del COVID 19, una prestigiosa viróloga china advirtió de un posible virus ligado a los murciélagos casi un año antes de que se detectara el COVID-19, pero fue silenciada.
Shi Zhengli , que así se llama la experta viróloga, y su equipo, anunciaron en enero de 2019 la posibilidad de que se produjeran brotes similares al SARS en China, 11 meses antes de que se desencadenara la pandemia. Esta información fue publicada en el Daily Mail, el prestigioso rotativo británico.
En el artículo publicado en el rotativo, el equipo investigador destacó como probable que se produjera otra epidemia de coronavirus en China, luego de analizar tres brotes a gran escala causados por el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), el síndrome respiratorio del Oriente Medio (MERS) y el síndrome de diarrea aguda porcina (SADS), respectivamente.
La prestigiosa viróloga ya anunció a través del Beijing News la posibilidad de que los humanos se contagiasen directamente de los murciélagos.
En el Instituto de Virología de Wuhan se trabaja y se conservan más 1500 cepas de virus mortales.
Tenemos que recordar que desde 1925 existe un protocolo en el Convenio de Ginebra, que prohíbe el empleo de gases asfixiantes, tóxicos o similares o procedimientos análogos. España lo suscribió en 1929, lo que no ha sido óbice para que las distintas potencias hayan empleado armas químicas o bacteriológicas, entre ellas Rusia ,EE.UU, China , Corea del Norte, Irak.
Como vemos, todos los datos hacen dudar de la versión de que el COVID no se preparó en un laboratorio, pero las reticencias de la OMS y de China a que se investigue los trabajos llevados a cabo en el laboratorio de Virología de Wuhan impiden que conozcamos la verdad. El Gobierno llegó incluso a amenazar a Australia con cancelar las importaciones de productos australianos si trataba de investigar los hechos.
La OMS no ha sido clara desde el principio. Mantuvo ocultos los datos que tenía de China para no perjudicar al régimen comunista de este país, mientras que China se opone a que expertos sanitarios internacionales tengan acceso a los datos del laboratorio de Wuhan.
Un operario desinfecta una zona de espera para pasajeros en la estación de tren de Nanchang, en la provincia china de Jiangxi
Todo esto no hace más que sembrar dudas sobre el origen del virus, sobre todo cuando se esgrime como razón fundamental que lo importante es luchar contra el COVID 19
Otro dato sospechoso es que China tenía acumuladas ingentes cantidades de material sanitario, que a posteriori han vendido a otros países. Nos preguntamos por qué siendo China el país origen del brote pandémico, cuente con un bajo número de fallecimientos.
Las informaciones reveladas deberían hacer meditar a los diferentes países sobre la conveniencia de iniciar investigaciones que descarten las crecientes sospechas de que el virus fue creado en un laboratorio de aquel país para ser usado como arma biológica.
*Enrique de Vivero fue coronel jefe del Tercio Gran Capitán I de La Legión, con base en Melilla. En la actualidad colabora en AD.
Fuente: