MANIOBRAS ZAPAD 2017 Y SEGURIDAD EURO-ATLANTICA

RUSIA HA REALIZADO UNAS  IMPORTANTES MANIOBRAS QUE HAN PREOCUPADO A LA OTAN

Desde 2008 Rusia ha usado sus maniobras estratégicas y de corta duración a gran escala para afilar su capacidad, socavar la estabilidad regional y –en dos ocasiones, primero Georgia y luego Ucrania- enmascarar su inminente agresión. ZAPAD 2017 ha sido la última reiteración de tales maniobras.

Los ejércitos rusos han recuperado la práctica de maniobras estratégicas anuales regulares con las KAVRAZ 2008 en la región norcaucásica sobre su frontera con Georgia. Según el anuncio oficial estas maniobras fueron realizadas con la participación de 8.000 soldados. Sin embargo, el general Yuri Netkachev dijo en una entrevista con el Indepedent Gazette que las cifras fueron “recortadas oficialmente” para evitar la presencia de observadores internacionales. Las tropas rusas han seguido en la frontera con Georgia después de las maniobras terminadas el 2 de agosto de 2008 en tanto que una fuerza calculada en aproximadamente 40.000 soldados inició operaciones en territorio de Georgia el 7 de agosto, terminándolas bajo presión internacional cinco días más tarde en los alrededores de Tiblisi.

Las maniobras ZAPAD 2017, oficialmente desarrolladas sobre la frontera oriental de la OTAN en la Región Militar Occidental de Rusia y Bielorrusia del 14 al 20 de septiembre, fueron la última repetición de la serie de maniobras así ligadas a la “primera guerra europea del siglo XXI”.

Lecciones aprendidas

Los ejércitos rusos han recibido alguna dura lección en Georgia. La falta de tropas y de niveles de disponibilidad forzó a los rusos a atacar con poca profundidad. Los fallos del C4ISR (Mando y control, Comunicaciones, Ordenadores, Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento) se hicieron sentir fuertemente, como fue la limitada capacidad de las fuerzas terrestres y aéreas para operar conjuntamente y la falta de armamento de precisión. Nunca se puso en duda el resultado último pero la campaña de Georgia puso de manifiesto una larga lista de reformas militares fundamentales.

Desde el conflicto de Georgia Rusia ha usado las nueve maniobras anuales posteriores, incluyendo las tres ZAPAD más recientes para poner las cosas en su sitio. Las maniobras anuales conjuntas se desarrollan sobre una base alternativa en cada una de las regiones militares. (Las regiones militares son designadas también como mandos estratégicos conjuntos. El Departamento Marítimo del Norte/EMACON Estratégico fue creado en diciembre de 2014 si bien en 2017 no había sido integrado en las maniobras anuales estratégicas pero ha participado en maniobras de corta duración y en concurrencia con las de la Región Militar Occidental ZAPAD 2017).

Las maniobras anuales son la piedra angular de instrucción que culmina el ciclo anual de instrucción con tres pruebas:

-la región militar seleccionada opera con el concepto estratégico asignado;

-las demás regiones militares se movilizan y operan en su apoyo;

-el Cuartel General y demás elementos de mando y control dirigen las operaciones estratégicas.

Según el Decreto de 2013 del presidente Vladimir Putin para aumentar la disponibilidad militar se han incrementado las maniobras estratégicas anuales mediante maniobras “de corta duración” sin previo aviso comparables en magnitud y ámbito, o incluso mayores, que la mayor parte de las estratégicas anuales. Las de corta duración son desarrolladas sin aviso a las unidades afectadas, evitándose así el requisito de notificación previa de los párrafos 41 y 41.1 del Documento de Viena (acuerdo entre los miembros de la OSCE con ida de implantar medidas sobre confianza y seguridad).

En una reciente reunión de altos cargos militares el JEMAD Gerasimov manifestó que 24 maniobras de corta duración de esta magnitud habían sido desarrolladas hacia noviembre de 2017 junto con maniobras de corta duración mucho más pequeñas. Estas maniobras conjuntas han supuesto decenas de miles de soldados; algunas desarrolladas en las regiones miliares occidentales y orientales han supuesto casi 150.000 soldados.

Contexto más amplio

La respuesta de la OTAN ha sido mesurada. La Alianza reconoce el derecho soberano de las naciones a instruir sus tropas pero es importante que se haga de acuerdo con normas y acuerdos establecidos y obligaciones internacionales. La OTAN también perciben en modo desestabilizador en que Rusia ha condicionado sus maniobras en los últimos diez años, evitado sus compromisos a largo plazo de transparencia y previsión del Documento de Viena y potenciando las maniobras para intimidar y enmascarar la agresión inminente.

Esta percepción se ve reforzada por el contexto de erosión de la estabilidad y seguridad que Rusia a creado al suspender su participación en el Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (CFE Treaty) en 2007 así como su agresión a Georgia en 2008 y contra Ucrania en 2014. Los aliados perciben gradualmente en este período que el punto de vista de Rusia sobre la guerra y los conflictos que a ella conducen combina perfectamente elementos de poder estatal, incluyendo las tropas, en una continuación que culmina con el mensaje nuclear. Es así como hay que ver las maniobras estratégicas conjuntas junto a la frontera de la OTAN –o se deberían ver-.

Suavizar las cifras

El desarrollo de ZAPAD 2017 fue consecuente con este registro. El ministerio de Defensa ruso anunció que un total de 12.700 soldados rusos y bielorrusos participarían en ZAPAD con 10.200 soldados en Bielorrusia (incluyendo 2.000 rusos) y 2.500 de maniobras en Rusia. También anunció que supondrían aproximadamente 70 aviones, 680 vehículos, incluyendo 250 carros de combate, y 200 sistemas de cohetes y artillería. Las cifras de Bielorrusia estaban justo por debajo de los límites que requieren invitación obligada de observadores extranjeros bajo el Documento de Viena (el límite son 13.000 soldados) y Rusia rehusó notificar las maniobras porque afirmaron que sólo 2000 soldados harían maniobras en su territorio como parte de ZAPAD. Ningún general ruso dijo explícitamente que las cifras de ZAPA estaban “oficialmente recortadas” a este efecto, pero el general Salyukov, JEME del ejército ruso dijo en una entrevista con la TASS al terminar ZAPAD que Rusia “participó sólo en parte de las maniobras; realmente en estas maniobras participaron militares de muchos empleos. Han sido unas maniobras grandes, muy interesantes”.

Un vistazo a las maniobras realizadas desde 2008 pone de manifiesto cómo Rusia adapta sus informes sobre la magnitud en si cae dentro del Documento de Viena o no. Las cifras de tropas declaradas por Rusia como participantes en las maniobras de las regiones militares central y oriental –que no están amparadas por el Documento de Viena- igualan las expectativas de requisitos de tropas para la guerra estratégica. En el caso de las regiones militares occidental y sur Rusia, simplemente, desglosa sus maniobras a gran escala en fracciones suficientemente pequeñas de modo que puede eludir el Documento de Viena. Los ejércitos rusos no hacen instrucción únicamente para una guerra a pequeña escala en las regiones militares occidental y sur, sólo aparentan hacerlo. La creación del departamento marítimo del norte ha facilitado grandemente esta situación creando una división administrativa entre los principales componentes de las maniobras rusas en dirección estratégica occidental.

El ministerio ruso de Defensa anunció también que ZAPAD 2017 era estrictamente defensiva, en una situación antiterrorista y –aun cuando realizada en territorio bielorruso- no tenía ninguna relación con ninguna región actual.

Los analistas del extranjero han declarado que las maniobras reales fueron sustancialmente mayores de lo manifestado por el ministerio ruso de Defensa, calculándose una participación de 60.000 a 70.000 soldados –cerca de 12.000 en territorio bielorruso y el resto en ruso-. Las informaciones diarias del ministerio de Defensa contradecían también su propia versión oficial de la escala e intención de ZAPAD.

Las unidades “terroristas” que se enfrentaban a las tropas de Rusia y Bielorrusia fueron de la suficiente magnitud y potencia como para requerir tres días de operaciones por una combinación de unidades terrestres y acorazadas con apoyo aéreo amplio, fijo y con rotación, operaciones aeroespaciales a gran escala y actuación de la flota del Báltico y defensa de costas.

Naturaleza estratégica de ZAPAD

La naturaleza estratégica de ZAPAD fue puesta de manifiesto por una simulada defensa de la región de Moscú mediante interceptores de defensa aérea S-400 contra un ataque masivo de misiles crucero. Un elemento importante también de ZAPAD ha sido una capacidad doble de ataque de precisión (convencional y nuclear), incluyendo misiles SS-21 SCARAB y SS-26 ISKANDER, con fuego real en otras regiones por unidades SKANDER fuera de la región militar occidental. El ministerio de Defensa ha informado también de unas amplias maniobras en defensa Química, Biológica, Radiológica y Nuclear (CBRN) subrayando la capacidad de los ejércitos rusos para operar en esta situación. Las maniobras se realizaron en dos fases –una primera de defensiva y contraofensiva seguida por una transición a una segunda de ofensiva-.

Simultáneamente a la oficialmente reconocida ZAPAD en la región militar occidental se realizaron maniobras a distintas escalas en las demás regiones militares. Implicaron defensa aeroespacial, pruebas de lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales (algunos de los cuales es posible que no hayan estado relacionados con ZAPAD pero dirigidos por los servicios de verificación), batallas navales en las aguas territoriales rusas de los mares Barents, Báltico y Negro y Océano Pacífico, operaciones terrestres de diversa magnitud, unidades CBRN y reparación de vías férreas dañadas por los misiles crucero. Las maniobras fueron particularmente intensas en el Departamento Marítimo del Norte (Ártico). Incluyó un ataque simulado de misiles balísticos lanzados desde un submarino del norte contra un enemigo simulado el día 3 de ZAPAD y otro misil de una flotilla del norte contra una flotilla enemiga el día 6.

La portavoz sw la OTAN Oana Lungescu dijo consecuentemente que “en efecto, todas estas operaciones conjuntas constituyeron unas únicas maniobras estratégicas… ZAPAD fue claramente un conflicto estado contra estado a gran escala”. El carácter, la escala e intensidad de las maniobras miliares rusas en septiembre de 2017 es consecuente con el sistema de operaciones estratégicas que Rusia desarrollaría en un conflicto con la OTAN, centrado en la región militar occidental, con apoyo militar a escala nacional e todas las direcciones estratégicas, y operaciones globales potenciales en un conflicto a diferentes escalas. Si ZAPAD 2017 fuera desarrollada realmente en línea con la declaración oficial serían unas maniobras de los planes estratégicos de Moscú para una posible guerra con la OTAN. En lugar de ello deberían considerarse en el contexto de las realizadas en Rusia durante 14-20 de septiembre de 2017.

“Maskirovka” e información

Las maniobras estratégicas de corta duración de marzo de 2015 que comenzaron como una crisis en el Báltico y Barents y pasaron rápidamente a escala nacional y luego a estratégicas globales es otro buen modelo en el que encaja ZAPAD en el planeamiento militar a mayor escala de maniobras estratégicas de Rusia. Debido al profundo acento aplicado a la maskirovka (decepción castrenses) por los militares rusos los cálculos de la magnitud de las maniobras y las cifras oficiales facilitadas por Rusia para la participación en las maniobras deberían evaluarse contra medidas políticas, organizativas, operativas y técnicas a ocultar, enmascarar, minimizar y de otro modo engañar sobre la magnitud, composición y localización de las tropas participantes. El ensayo y verificación de la maskirovka constituye, sin ninguna duda, un importante componente de las maniobras estratégicas de Rusia.

Rusia se ha esforzado en maximizar el impacto de ZAPA 2017 con meses de información relacionada. Esta información en la virtual sexta región militar de Rusia –ña “Región Militar de Información”- tenía varios objetivos, incluyendo exponer la potencia militar rusa, proyectar un sentido relacionado de riesgo a sus vecinos, socavar los regímenes existentes de control de armamento y confianza, y provocar reacciones explotables de la OTAN y naciones individuales. La idea de Rusia fue proclamar la capacidad militar visualmente mientras ridiculiza cualquier expresión de preocupación como síntoma de “histeria antirrusa”.

Al mantener su asimétrico punto de vista para oscurecer y confundir con medias verdades, Moscú siguió una postura doble para sus obligaciones por el Documento de Viena: violar su espíritu e intención mientras afirma que su entrega selectiva de información e invitación a los agregados militares para un día de puertas abiertas cerca de San Petersburgo en condiciones estrictamente controladas respondía a las más exigentes condiciones establecidas en el Capítulo VI, Observación de Ciertas Actividades Militares.

Entonces, tras forzar a los analistas exteriores a calcular la verdadera magnitud de ZAPAD 2017, Moscú afirmaba que la posterior aceptación de que ZAPA había sido menor que los cálculos más grandes demostraba que la preocupación d Occidente había sido salvajemente exagerada. Con ello Rusia intentó, pero falló, oscurecer el hecho fundamental de que los signatarios del Documento de Viena no tendrían por qué calcular en primer término la magnitud de las maniobras militares de otros países participantes. Las próximas maniobras de Rusia planeadas son las VOSTOK 2018.

Vigilancia y disponibilidad aliada

La respuesta colectiva de la OTAN y aliados individualmente estuvo lejos de la “histeria” que les acusaba Moscú y el Secretario General Jens Stoltenberg la describió muy bien como una política de “continuar vigilantes y disponibles si es preciso”. La OTAN deberá adherirse a este punto de vista si Rusia continúa su incremento militar en la región militar occidental y su programa de maniobras provocadoras y desestabilizantes. Los aliados también necesitarán seguir rechazando los intentos de Rusia para sustituir la improvisada y selectiva “transparencia” en lugar de sus actuales obligaciones internacionales para unas medidas de confianza y seguridad naturales, verificables.

Mientras, la OTAN no tiene por qué justificar sus esfuerzos para calcular la magnitud y alcance de las maniobras militares rusas mientras ésta se abstiene deliberadamente de cumplir los compromisos que harían innecesarios tales cálculos. Al mismo tiempo, el moderado aumento por la OTAN de maniobras militares en respuesta a las acciones agresoras de Rusia contra Ucrania sigue estando en absoluta transparencia y cumplimiento de los compromisos internacionales.

Conforme se aproxima el décimo aniversario de la invasión de Georgia por Rusia se deberían recordar los orígenes del actualizado programa de maniobras estratégicas anuales en tal agresión. Este aniversario debería ser también causa de reflexión sobre el empleo por Rusia de unas maniobras estratégicas de corta duración que hacen posible la proyección de poder en Siria. Las tropas rusas siguen operando en Ucrania y Siria demostrando estar equivocados los analistas que predijeron tras la intervención en Siria que Rusia no sería capaz de sostener operaciones simultáneas. No sólo Rusia ha hecho lo posible para sostener ambas operaciones sino que continúa su amplio programa de maniobras.

La creciente magnitud y complejidad de las maniobras estratégicas anuales rusas, en particular la serie ZAPAD orientada a Occidente, subraya la necesidad de que los aliados aseguren la total y oportuna implantación de las medidas reforzadas de disuasión y defensa acordadas en las cumbres de Gales (2014) y Varsovia (2016). Tales medidas, junto con el compromiso de los aliados a un racional diálogo y compromiso con Rusia,, constituyen la respuesta más efectiva a la negativa trayectoria a largo plazo de Rusia,

Dave Johnson está destinado en la OTAN International Staff Defence Policy and Planning Division.

NATO Review, 14 de diciembre de 2017

Por la trascripción:

Leopoldo Muñoz Sánchez

Coronel de Intendencia ET (R)