RELACIONES OTAN-ONU: FUTURO TRAS 10 AÑOS DE CRECIENTE COOPERACIÓN

La OTAN y las Naciones Unidas comparten fuertes lazos. Basado en el diálogo y la cooperación desarrollada después de la Guerra Fría se estableció un marco estructurado de cooperación mediante una Declaración Conjunta sobre UN-NATO Secretariat Cooperation (en lo sucesivo “la Declaración”) en septiembre de 2008.

Tanto OTAN como ONU fueron concebidas basadas en el multilateralismo posterior a la II Guerra Mundial y comparten un profundo compromiso hacia los valores comunes, haciendo el documento fundacional de la OTAN, el Tratado del Atlántico Norte, mención específica del propósito y los principios de la Carta de las Naciones Unidas. Casi 70 años después, la tarea fundamental de la OTAN sigue reflejando este lazo. La defensa colectiva encuentra sus raíces en el Artículo 51 de la Carta de la ONU. Un mandato de su Consejo de Seguridad puede ser clave para la gestión de las crisis y el objetivo último de seguridad cooperativa es mejorar la paz y seguridad internacionales.

Dicho esto, la interacción pragmática entre OTAN y ONU no ha reflejado siempre esta fuerte alineación normativa. Durante la Guerra Fría, y también después, las realidades políticas y burocráticas presentaron muchos obstáculos a la cooperación. En septiembre de 2008 se dieron pasos fundamentales para derribar algunas de estas barreras con la firma por los dos secretarios generales de la Declaración.

La razón original para un marco estructurado de cooperación y diálogo OTAN-ONU fue tomando cada vez más fuerza conforme las dos organizaciones se adaptaron a las realidades después de la Guerra Fría. Los contactos a escala de campo aumentaron constantemente en los Balcanes y luego en Afganistán, mientras la cada vez más amplia red de socios de la OTAN amplió el espacio a la interacción. La vigorosa adaptabilidad de la Alianza la vio incluso comprometida en un apoyo humanitario limitado incluyendo ayuda a las víctimas de inundaciones en Pakistán y escolta de los barcos del Programa Mundial de Alimentación en los mares de Somalia.

Resumiendo, según la OTAN ampliaba el ámbito funcional y geodráfico0 de sus actividades, también amplió las posibilidades de cooperación mutuamente beneficiosa con ONU y, con ello, las razones de una relación estructural. La reflexión natural para buscar y hacer avanzar el asociacionismo internacional se vio reforzada por un esfuerzo determinado para promover la interconexión, en el caso de la OTAN mediante su “Comprehensive Approach”.

Ampliación de la cooperación práctica

Desde la firma de la Declaración en 2008 la interacción práctica entre los secretariados de OTAN y ONU ha crecido constantemente recorriendo una cuidadosa ruta a través de realidades políticas, limitaciones financieras e incongruencias burocráticas. No debemos sorprendernos de que la cooperación haya florecido en áreas de mínima resistencia política y organizativa.

La seguridad inclusiva constituye un caso muy a punto. La OTAN ha implantado con energía las Resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Mujer, Paz y Seguridad y cooperado ampliamente con UN Women y UN Department of Peacekeeping Operations (DPKO) a este respecto. Lo mismo se aplica a Children and Armed Conflict y más recientemente a Protection of Civilians. Sobre este último asunto la OTAN ha consultado ampliamente con la ONU para desarrollar su propia política estando en marcha los trabajos para desarrollar material conjunto de instrucción.

La OTAN ha trabajo también íntimamente con UN Office on Drugs and Crime (UNODC), en particular contraterrorismo y contra-narcotráfico así como constituir la integridad en el sector de defensa.

La cooperación ha empezado también a dar lentamente frutos en el ámbito del mantenimiento de paz de la ONU. En tanto que ésta puede parecer un área en la que la experiencia de la Alianza puede ser de particular utilidad a la ONU, la cooperación se ha visto obstaculizada por los tremendamente diferentes enfoques de preparación y geográfico de ambas organizaciones. La OTAN ha informado ampliamente a DPKO sobre sus programas de instrucción y maniobras y funcionarios de ONU han participado en numerosos cursos y maniobras de la Alianza. También la OTAN ha apoyado a la ONU en el desarrollo de parte de su propio material de ejercicios. Especialmente prometedora ha sido la cooperación en el ámbito de contrarrestar los artificios explosivos improvisados (C-IED) comprometiéndose la OTAN (dirigido por el C-IED Centre of Excellence en Madrid) con el UN Mine Action Service en política e instrucción para ayudar a apoyar a la ONU en mejorar su juego para contrarrestar al asesino número uno de los cascos azules.

Al reconocer las posibilidades de cooperación en el mantenimiento de la paz para ampliarla más, la OTAN ha estado activamente comprometida con la ONU en su última ronda de reforma de mantenimiento de la paz. Las consultas en el Cuartel General de la OTAN a primeros de 2015 ayudaron al UN Independent High-Level Panel on Peace Operations a desarrollar su influyente informe. En otro hito de la relación OTAN-ONU, el secretario general Stoltenberg participó en la última Cumbre sobre Mantenimiento de la Paz en la proximidad de la histórica Asamblea General de la ONU en 2015, en donde prometió continuar el apoyo de la OTAN al mantenimiento de la paz por la ONU. Desde entonces la Alianza ha participado en dos reuniones de los ministros de Defensa de la ONU (Londres 2016, Vancouver 2017) y se ha identificado un cierto número de áreas prometedoras de mayor cooperación con el secretariado de la ONU.

Profundizar el diálogo

Junto con la ampliación de la cooperación práctica la última década ha sido testigo del diálogo político entre las dos organizaciones que ha evolucionado hacia un elemento clave de interacción. Intercambios regulares entre los secretarios generales en el plano de los trabajos se han convertido en uno de los pilares de la relación, con reuniones anuales para revisar el estado de las relaciones y nuevas áreas de cooperación a alto nivel de gestión.

La Declaración de 2008 también contemplaba el aumento de un funcionario civil de enlace permanente de la OTAN en el Cuartel General de la ONU en Nueva York para complementar las tareas del oficial de enlace. Este puesto ha facilitado grandemente no sólo el flujo de información y el recorrido de burocracias complejas sino que supone un multiplicador vital al importante papel que el diálogo juega en desmitificar qué es la OTAN y qué hace en un ecosistema más amplio de la ONU en donde todavía existe un mal entendimiento sobre la Alianza.

Teniendo en cuenta que nada de lo anterior existía antes de la Declaración de 2008, puede denominarse a la última década de la relación OTAN-ONU como un éxito. Sin embargo, también es evidente que las prioridades estratégicas de ambas organizaciones han variado de modo conjunto con los cambios en la situación global y regional en que operan.

Evolucionar para reflejar nuevas realidades

Para que la cooperación y el diálogo OTAN-ONU sigan teniendo sentido deben continuar evolucionando. Diversas iniciativas recientes reflejan ya realidades nuevas y en evolución. Por ejemplo, en el contexto de la agenda de Projecting Stability de la OTAN ha comenzado un diálogo de posible cooperación con la nueva UN Office of Counter Terrorism. De modo semejante se están manteniendo charlas exploratorias sobre cómo los trabajos de la NATO Building Integrity podrían complementar las actividades para reformar el más amplio sector de la Defensa de la ONU.

Por otra parte, conforme el secretario general de la ONU, Guterres, impulsa su agenda de Action for Peace, la OTAN busca el modo de añadir valor a la más amplia red de asociacionismo de la ONU y compartir su experiencia para hacer más efectivo el mantenimiento de paz de la esta organización. Áreas prometedoras incluyen compartir las normas y las mejores prácticas, sanidad militar y apoyo a la instrucción a través de los NATO Partnership Training and Education Centres. Item más, la cooperación en asuntos de seguridad inclusiva todavía cuenta con posibilidades sin explotar. Por tanto, hay mucho sitio para impulsar la relación OTAN-ONU en la próxima década.

Mientras se apuntan los éxitos pasados y se explora la futura cooperación, también es importante gestionar las expectativas. El mandato de la ONU, aun cuando limitado estrictamente a su secretariado, sigue siendo más amplio que el de la OTAN –su enfoque geográfico residen principalmente más lejos que el horizonte de la OTAN y su carácter de asociación global le dicta realidades políticas que siempre limitarán la cooperación en cierta medida-. Por supuesto que la mejora de la representación de la OTAN en Nueva York sigue siendo un importante avance. Dicho esto, va en un interés eminente de la OTAN el éxito de la ONU, de modo que un mayor diálogo y cooperación añade claramente valor a ambas organizaciones. La tarea futura para las dos secretarías es ampliar los márgenes cuanto sea posible y convertir este anhelo en resultados más concretos.

Endre Sebok es un funcionario de la NATO’s Political Affairs and Security Policy Division, donde ha estado durante cinco años.

NATO Review 28 de septiembre de 2018

Por la trascripción:

Leopoldo Muñoz Sánchez

Coronel de Intendencia ET (R)