Como uno más de los militares retirados firmantes de la declaración de respeto y en desagravio al General Franco, soldado de España, resumo en estas líneas mi análisis personal de su repercusión y consecuencias.
En primer lugar ha tenido la difusión que era de esperar, incluso en medios extranjeros y con la natural controversia entre la satisfacción de quienes esperaban una contestación a la campaña desatada contra la persona del General y los empeñados en “sostenella y no enmendalla “ para conseguir el objetivo inmediato en avance a fines posteriores.