NOTA SOBRE ACOSO A MILITARES EN CATALUÑA

 

NOTA DE LA ASOCIACIÓN DE MILITARES ESPAÑOLES SOBRE EL ACOSO A LOS MILITARES EN CATALUÑA

La noticia que aparece en el diario EL MUNDO el día 24 del corriente mes sobre la agresión padecido en Figueras por un Cabo 1º del Ejército de Tierra destinado en la base de San Clemente de Sasebas, es la gota que colma el vaso, no de la paciencia de los militares destinados en aquellas regiones con sentimientos separatistas sino de una situación de orden público que se torna por momentos inadmisible, intolerable e irresistible.

Como es natural, la Asociación de Militares Españoles, dentro de su criterio de que el militar retirado debe de seguir sintiendo y actuando como cuando estaba en activo, defendiendo y aplicando a ultranza los tres pilares fundamentales del funcionamiento de los Ejércitos y que son UNIDAD, DISCIPLINA Y JERARQUÍA, no va a incurrir en el error de exponer públicamente su opinión sobre los procedimientos y métodos que los poderes públicos de cada momento deberían aplicar para la solución de los problemas de separatismo. Malo sería que los poderes públicos, cualquiera sea el color de su emblema, o “logo” que se dice ahora, no supiera resolverlos por no haberlos previsto con la suficiente anticipación, anticipación que el más ingenuo de los españolitos de a pie tiene más que percibida.

Ya hace varios años, en tiempos de la ministra Carmen Chacón, la Asociación de Militares Españoles le dirigió un escrito sobre la conveniencia y necesidad de que los hijos de los militares pudieran estudiar en su lengua materna sin tener que llegar a la decisión del gobierno ¡de la Segunda República! de construir colegios donde la enseñanza fuera solamente en español para las familias de funcionarios, como que, por la ósmosis natural de estar en aquella región, terminarían por conocer y hablar el catalán.

Lo que sí hace esta Asociación de Militares Españoles es publicar su opinión sobre lo que nada tiene que ver con la legitimidad por parte de los españoles de exponer su punto de vista sobre sus preferencias de carácter político, siempre que ello se haga conforme a lo dispuesto en la legislación que contempla la libertad de expresión y el elemental e inevitable respeto a los fundamentos establecidos por la Constitución que, no se olvide, no son más que la voluntad libremente expresada por el honrado pueblo español, soberano irreemplazable de sus destinos.

Y la opinión de la Asociación de Militares Españoles es que se está alcanzando un punto que se va aproximando peligrosísima y gravísimamente a los desgraciados “años de hierro” felizmente superados en su aspecto más grave, el de los asesinatos de ETA, pero vigentes en los flecos subsecuentes amparados por aquellas calendas: los desórdenes públicos provocados por quienes no se atienen a las leyes sobre los mismos y que se traducen en insultos a la Guardia Civil, acoso a los hijos de los guardias civiles destinados en la Comandancia de la Guardia Civil, sita, curiosamente en San Andrés de la Barca, acoso al cuartel de la Guardia Civil de Figueras, apaleamiento de guardias civiles en Alsasua, prohibición de vestir de uniforme en la Expojoven para no “provocar” y, ahora, lo que constituye la gota que colma el vaso, el acoso al Cabo 1º destinado en San Clemente de Sasebas.

La consecuencia que le viene inmediatamente a cualquiera que tenga dos dedos de frente es que, si esta deriva sigue, los hijos de los guardias civiles tendrán, no sólo que ir sino incluso estando dentro de los colegios, que contar con la compañía de sus padres, no poder ir solos por la calle por temor a ser reconocidos y acosados, obligación de montar un servicio de guardia o retén extraordinario para evitar el acoso, y quién sabe si algo más, a los cuarteles, reproduciendo la misma situación que la producida el 1 de octubre.

Y, los militares, las Fuerzas Armadas, la “última ratio” de los gobiernos para mantener la sagrada unidad de la Patria, tendrán que ir, no solos sino en grupo, en vehículos custodiados y con los mismos problemas para los hijos de ellos que vayan a colegios dominados por la idea separatista.

No debe olvidarse que, enfrentados al acoso de cientos de personas amenazantes y amenazando que atacan físicamente los coches, por ser de militares o que portan una cinta con los colores de la bandera española, rompiéndoles los cristales u otro tipo de agresión, los agredidos pueden tener la tentación de defenderse por otros medios más adecuados o “proporcionados” para salvar su integridad física y quién sabe si su vida.

Creemos, sin la menor reserva admisible, que los poderes públicos, independientemente de sus alianzas, rifirrafes para coaliciones, mociones de censura y demás actos del legítimo juego electoral, deben adoptar conjuntamente una postura irreductiblemente firme, contundente y definitiva, para traer a su justo medio la lamentable, peligrosa y gravísima situación de España en cuanto a los desórdenes y tumultos, no sólo callejeros sino contra los representantes de los cuerpos de seguridad del Estado y miembros de las Fuerzas Armadas, reduciéndolos de tal modo que se elimine la posibilidad de guerra civil entre las dos mitades de habitantes en Cataluña que nos trae a la memoria la declaración de Gil Robles en el parlamento español de que “media España no se resigna a morir en manos de la otra media”, o algo similar.