CARTAS AL DIRECTOR

Carta a Puigvert

CARTA FIRMADA
30 NOVIEMBRE 2023

En relación a la carta de Antoni Puigvert “Carta de un catalán a Fernando de Haro” que ha publicado Páginas Digital, un grupo de amigos catalanes nos hemos reunido para poner por escrito nuestros puntos de vista sobre algunos de los comentarios en ella expresados.

Sentimos a Antoni como amigo por la sinceridad con la que se expresa cuando escribe y estamos agradecidos por su participación en una de las primeras ediciones del Punt Barcelona.

En la mencionada carta se hace referencia a dos grupos de catalanes, uno de independentistas/nacionalistas y otro de descontentos porque no acaban de encontrar un encaje justo de Cataluña en España, un encaje que respete la lengua y la cultura de nuestra tierra. Esta clasificación en dos grupos nos parece una simplificación que no representa a la mayoría del pueblo de catalán como se refleja en las urnas cada vez que votamos. Existe un numeroso tercer grupo de catalanes (entre los que nos encontramos) que amamos la lengua y cultura catalana, y para los que la manera de ser españoles es ser catalanes, y ni lo uno ni lo otro entran en conflicto. Más si somos conscientes de que la esencia de la cultura no es la división sino la valoración de todo lo que es humano.

Y no solo esto: vemos claramente que quienes más amenazan la verdadera cultura y tradición catalana son los que se han envuelto en la senyera o en la estelada y están tratando de imponer un régimen que no respeta las libertades y que ignora permanentemente a este gran número de catalanes. Todo esto al tiempo que se destruye la separación de poderes, la seguridad jurídica y la convivencia entre personas.

La cultura catalana no se define solo por la lengua, también se ha expresado y se expresa en otras lenguas distintas del catalán y en otras formas artísticas. El verdadero problema cultural es el de considerar cultura catalana solo lo que producen personas afines al nacionalismo.

Nuestro problema diario tiene más que ver con la falta de seguridad jurídica que hace que ciertas leyes no se cumplan y no pase nada, con la imposición del catalán como lengua vehicular única en la enseñanza y en el espacio público, en los trámites administrativos y en tantos otros. Es evidente que la política de inmersión lingüística del gobierno de la Generalitat ha roto la armonía natural entre el catalán y la lengua común de todos los españoles. Nuestro problema diario es que durante varias décadas de protagonismo del nacionalismo catalán ha habido discriminación y marginación personal a los que disienten, abuso partidista de las instituciones, corrupción, violencia ejercida con el apoyo de sus líderes políticos y negación de la pluralidad en Cataluña.

El problema es que las concesiones de los diversos gobiernos de España se han usado con deslealtad y han servido para apuntalar el proyecto nacionalista en lugar de perseguir el bien común de los ciudadanos catalanes. La lista podría ser aún mucho más larga.

Merece un especial comentario el juicio que hacemos sobre el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, citado en la carta de Antoni. Nuestro juicio no está condicionado por la cuestión catalana, sino por el proyecto político que está llevando a cabo. Un proyecto en el que utiliza el nacionalismo para intentar forzar un cambio del régimen político de toda la nación española.

Cataluña necesita un punto de encuentro consigo misma porque es mucho más que el proyecto nacionalista, que por cierto no ha tenido gesto alguno de magnanimidad ni generosidad con los que disentimos con él. Somos muchos los que no encontramos encaje en la visión nacionalista y al tiempo nos sentimos huérfanos de las instituciones españolas que tantas veces parecen habernos abandonado a nuestra suerte.

Firmado por Mª José Argerich, Pere Sobrevia, Antoni Deulofeu, Margarita Marcas, Mª Victoria Núñez, Luis Miguel Brugarolas, Diego Giordani, Andrea Gasparri, Silvia Zerlotin, Mª Caridad Lorenzo, Alberto Giordani, todos ellos miembros de la Associació Cultural John Henry Newman.