Están siendo días muy difíciles para la Policía Nacional. Los agentes está viendo cómo esos ciudadanos españoles que tanto les defendieron en los distubios de Barcelona que provocaron los CDR en 2019 a los que pretende amnistiar el Gobierno se les han echado en contra. Los manifestantes pacíficos han estado doce días ininterrumpidos en Ferraz protestando contra la Ley de amnistía y, según han denunciado muchos de ellos, sienten cómo que los agentes han realizado cargas desproporcionadas “por órdenes políticas”.

La historia se ha repetido cada día. A las 20 horas miles de españoles se congregaban en los aledaños de la sede del PSOE, blindada de forma excepcional, para quejarse de forma pacífica por las mentiras del Gobierno. Eran ancianos, familias con menores, jóvenes, autónomos, empresarios, obreros. Un público muy heterogéneo. Todo se desarrollaba de forma tranquila hasta que a las 22 horas comenzaban a aparecer pequeños grupos de encapuchados con banderas neonazis y anticonstitucionales y empezaban a tirar bengalas y petardos contra los agentes. Iban para hacerse notar a la primera línea de seguridad de la Policía delante de las cámaras con un comportamiento que no suelen llevar, según fuentes policiales, los grupos neonazis, mucho más discretos. Con gritos a favor de Franco y proclamas anticonstitucionales como sí se quisieran hacerse notar y dejar clara su ideología.

Aquellos incívicos no casaban con el ambiente pacífico de las manifestaciones en Ferraz y su comportamiento agresivo daba pie a que los jefes políticos de la Policía y el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, pudiesen justificar sus cargas policiales, sembrar el pánico, gasear a ancianos, disparar pelotas de goma y, en definitiva, provocar que los medios convirtiesen protestas que eran civilizadas en violentas y provocasen que muchos ciudadanos y partidos como el PP no quisiesen secundarlas. El comportamiento extraño de estos encapuchados que no eran más de una veintena por noche, según fuentes policiales, y que no eran detenidos inicialmente por los agentes antidisturbios provocó que comenzase el rumor de que estas personas eran “realmente infiltrados del PSOE o del Gobierno” para desprestigiar un movimiento pacífico de hartazgo contra el poder. El rumor se convirtió en algo que ya daban por hecho la mayoría de los entrevistados por EDATV en Ferraz y Marqués de Urquijo. Lo cierto es que tienen razón, aunque parece que no hay interés por parte de los jefes políticos de la Policía que controla Marlaska en que se sepa.

EDATV ha estado en los últimos días en conversaciones discretas con varios policías con acceso a información privilegiada, algunos de los cuales han participado en los dispositivos de Ferraz, para averigüar quiénes eran estos infiltrados y saber si la Policía contaba con más datos de ellos. Varias fuentes distintas y de acreditada solvencia aseguran que han detenido a personas que forman parte de grupos de la extrema izquierda y “que fueron pagados por alguien para sembrar el caos”. “Fueron detenidos y debidamente identificados. Sabemos quiénes son, porque siempre son los mismos. Los usan para causar pánico y justificar que pudiésemos cargar policialmente y disolver rápidamente la manifestación como nos pedían nuestros jefes. Están fichados. Es gente muy radical que cobra por sus servicios y que suelen estar en todo tipo de manifestaciones. Son alborotadores profesionales y hay muchas formas de pagarles. Se disfrazan de una forma burda de neonazis, otras de antiglobalistas…Sabemos quiénes son. Otra cosa es que a los cargos de la Policía que están más politizados que nunca les interese contarlo porque se les caería el relato”, asegura un policía con acceso a la citada información. Éste tiene claro que el Gobierno ha usado a estos infiltrados directa o indirectamente para deslegitimar unas protestas ante la opinión pública usando sus medios de cabecera que realmente eran pacíficas y que era fácilmente comprobable estando allí. Estas fuentes sí descartan que los infiltrados hayan sido policías como se ha llegado a denunciar en las redes sociales. “Nosotros no hacemos eso. Es más fácil contratar a cuatro niñatos para hacer el trabajo sucio. Es un clásico en nuestro país y lo han hecho todos los Gobierno”, explican fuentes policiales.