Ellas han empañado de tristeza los ojos del Ejército de Tierra, que no olvida su labor y dedicación. Su esfuerzo y valentía han servido como ejemplo para todos los ciudadanos. Ellas son Cruces del Mérito Militar por su conducta encomiable: con distintivo rojo, porque fallecieron en zona de operaciones. Con su lealtad, dieron la vida por España y dedicaron los últimos minutos de sus vidas a su vocación.
Era la segunda vez que la soldado Niyireth Pineda Marín desplegaba en Afganistán y ya había planeado que, a su regreso, viajaría a Colombia, para ver a su madre. Sin embargo, esta vez no tuvo billete de vuelta. Su vehículo patrullaba por una carretera al norte de Qala-I-Naw, en 2011, y, como en el caso de Idoia, pisó una mina. De nuevo, una mujer fallecía en la operación ISAF, esta vez junto al sargento Argudín. Niyireth, de 31 años, había sido maestra en Colombia, pero vino a España buscando para su hijo —que ahora tiene 20 años— las oportunidades de las que ella careció. Decidió ingresar en el Ejército de Tierra en 2006, aconsejada por su hermana, también militar. Estaba destinada en el Regimiento Infantería Ligera “Soria” nº 9, en Fuerteventura, y amaba su trabajo.
El Sargento Manuel Argudin Perino, junto con la Soldado Pineda, pertenecientes al Regimiento de Infanteria Ligera “Soria” numero 9, el 26 de junio de hace once años perdieron la vida en el país asiático al verse afectado el blindado ‘Lince’ en el que viajaban por la explosión de un artefacto explosivo al norte de Qala-e-Naw, la capital de la provincia de Badghis. El sargento, natural de Gijon dejó viuda y dos hijos menores.
A ambos militares se les impuso por S.M. el Rey en sus féretros la Cruz del Merito Militar con distintivo rojo.