La Casa del Rey difundió una serie de fotografías de la futura capitán general de las Fuerzas Armadas enfrentándose a esas duras pruebas junto a sus compañeros. Imágenes en las que se ve a una joven que ha dejado su título de Princesa y ha pasado a ser una alumna más de la Academia General Militar de Zaragoza, enfrentándose a diferentes retos, sucia, cansada, seria… pero también sonriente.

El martes, la Princesa Leonor, recibió de uno de los caballeros cadetes de segundo curso de la Academia General Militar de Zaragoza el sable que simboliza tanto la obtención del título de dama cadete como el mando que deberá ejercer en el futuro. Un hito clave en su formación militar que llega después de superar una de las fases más duras, la de su adaptación a la vida castrense: el Módulo de Formación Militar Básico del Combatiente. Una etapa en la que los alumnos descubren por primera vez la dureza de esta profesión, tal y como les recordó durante dicha ceremonia uno de los alumnos que tomó la palabra. Ese módulo les valió a la heredera y a sus compañeros la gorra grancé, la que lucieron durante el acto y que representa que han superado una serie de duras pruebas que van desde marchas a prácticas en el agua cargados con el equipo completo, fusil incluido.

Hasta ahora, las únicas imágenes de Doña Leonor durante su instrucción militar se reducían a las del día de su ingreso o a las de actos solemnes, como el de entrega de sables. Imágenes en las que la heredera aparece sonriente y vestida con un uniforme militar impoluto. Ninguna de maniobras o dando «barrigazos». Hasta ayer, cuando por primera vez se la pudo ver como una cadete más, conociendo de primera mano esa «exigencia y sacrificio que conlleva la vida castrense», como apuntaba Zarzuela en marzo, cuando se conoció que iba a comenzar su formación militar.

Y es que la Casa del Rey difundió una serie de fotografías de la futura capitán general de las Fuerzas Armadas enfrentándose a esas duras pruebas junto a sus compañeros. 15 imágenes (además de otras tres de la entrega de la boina grancé) en las que se ve a una joven que ha dejado su título de Princesa y ha pasado a ser una alumna más de la Academia Militar, enfrentándose a diferentes retos, sucia, cansada, seria… pero también sonriente junto al resto de cadetes, como reflejo de ese compañerismo que es básico en las Fuerzas Armadas.

Durante este periodo inicial de formación, de toma de contacto con la milicia, la dama cadete Borbón y Ortiz ha realizado, principalmente en el Centro Nacional de Adiestramiento de San Gregorio (Zaragoza), las clásicas marchas cargando con todo el equipo. Y en una de las imágenes se la ve a la cabeza del grupo, cargando el fusil reglamentario y la mochila, y su rostro muestra evidentes signos de cansancio, como los del resto de sus compañeros. Pocos días antes, el Mando de Adiestramiento y Doctrina del Ejército de Tierra (MADOC), publicaba un vídeo en el que se podía ver a los alumnos de primer curso a paso ligero mientras recitaban los versos de Calderón de la Barca dedicados a los soldados españoles.

Más llamativa todavía es otra de las instantáneas publicadas por la Casa del Rey, en la que se la ve arrastrándose por el suelo tratando de superar, agarrada a su fusil y con la cara pintada, uno de los obstáculos de la pista de combate: el alambre de espinos. Pero también ha tenido que superar otros retos en esa misma pista que no se muestran en las imágenes, como el paso de zonas encharcadas y embarradas.

Y dentro de esos duros ejercicios a los que se han tenido que enfrentar los cadetes también está el del paso de la piscina con equipo. En él, un mando empuja al alumno al agua de espaldas y este, con todo su equipo encima (el arma también), ha de nadar hasta el otro

lado. Primero, en solitario, y luego, con otros compañeros transportando una carga. Dos imágenes de la Princesa la muestran haciendo frente a esta prueba, ella sola y junto a otros alumnos. Los rostros de todos dan muestra de la dureza de esta práctica.

Pero también hay otras imágenes más «relajadas», como las de las prácticas de tiro, en las que se puede ver a Doña Leonor preparando su fusil antes de disparar. O los recorridos topográficos y de orientación. Varias de las fotografías muestran a la dama cadete Borbón y Ortiz consultando el mapa en San Gregorio.

Por último, se muestran también algunas imágenes de maniobras de noche y en una se la puede ver a través de un visor nocturno caminando con su equipo.

Eso sí, la Casa del Rey también ha difundido otras imágenes más distendidas de la Princesa con sus

En su primer mes ha realizado marchas cargando con todo el equipo y ha superado la pista de obstáculos

compañeros. Desde una posando todos juntos tras un ejercicio a otra charlando entre ellos, cansados pero sonrientes. En otra, se les ve en la Academia hablando antes de arrancar la jornada, aún sin cansancio en sus rostros.

Superar todo esto (varios abandonaron) es lo que le valió esa gorra grancé y el sable de oficial, el cual lucirá en su próximo acto destacado: la jura de bandera el próximo 7 de octubre. Un día antes, desfilará ante la Virgen del Pilar, otra de las tradiciones más arraigadas en la Academia.

Tras la jura dirá adiós a sus compañeros y pasará a segundo curso, donde estará hasta el verano. Así, habrá completado la primera de las tres patas de su plan de formación adaptado a una Princesa llamada a ser el Mando Supremo de las Fuerzas Armadas. Las siguientes: la Armada y el Ejército del Aire.

La Razón    21 Sep 2023    Fernando Cancio.