Los soldados muertos del Sahara

Durante los últimos años de nuestra presencia allí, muchos combatientes dieron su vida y nadie los recuerda

Desde el principio la presencia española en el norte de África estuvo cargada de problemas. El 20 de agosto de 1974 España parecía decidida a proceder a la autodeterminación del Sahara. El ministro de Exteriores español López Bravo declaró que, España realizaría la consulta a los saharauis para conocer cuál era su decisión sobre su futuro. En aquellos tiempos ya existía el Frente Polisario. Los jóvenes del Polisario se impondrían sobre los sectores proespañoles existentes entre algunos nativos del territorio. Su actitud terminaría por provocar la salida de los españoles y la ocupación del Sahara por la tropas marroquíes. En la actualidad nadie se acuerda de los soldados españoles que murieron en estos años. Al comienzo de los años 70 comenzaron las acciones armadas del Polisario y de los terroristas enviados por el Rey de Marruecos contra España. El 22 de marzo de 1975 un grupo de promarroquíes lanzó un artefacto explosivo contra el acuartelamiento de la Policía Territorial de El Aaiún. El 23 se repitieron los ataques en Ait Ben Tili, Mahbes, La Güera y Tah. En abril la Policía Territorial había sufrido ya nueve muertos, siendo dos de ellos españoles peninsulares: Antonio Castilla García y Juan Pastor Martínez. Los polisarios parecía que solo querían hacerse notar, aunque pronto secuestrando al industrial Antonio Martínez Hernández. El 4 de mayo fueron atacados los puestos de Echdeiría y Mahbes. El 10 de mayo los soldados indígenas de las patrullas «Pedro» y «Domingo» se amotinaron para desertar. Hicieron prisioneros a 4 tenientes, 1 sargento y 11 españoles, causando la muerte al soldado Ángel Moral. Una semana después, unos conductores saharauis fueron tiroteados. Marruecos ya se prepara para ocupar el territorio. El 23 de mayo se produjo una nueva deserción de 16 agentes de la Policía Territorial, llevándose prisionero al soldado José Sastre. Pero no todos los saharauis eran contrarios a España.

EFE

Soldados españoles destacados en el Sahara

Minas y secuestros

La madrugada del 21 de junio se produce un ataque al Tah. Varios policías saharauis combatieron con valor. El 24 de junio mueren al pisar una mina el teniente Luis Gurrea, el sargento Diego Cano y tres soldados del ATP XII, los artilleros Porcar, Otero y Casanova, cuando patrullaban. La mina había sido colocada por las Fuerzas Armadas Reales marroquíes. El 10 de julio son liberados por el Polisario los soldados Vicente Blanco García y Antonio Bauza Alemany. El Polisario siguió reteniendo el cadáver del soldado Ángel Moral. La actitud antiespañola de los polisarios les alejaba de España, impulsando al gobierno de Madrid, presionado por Washington y París, a los brazos de Hasán II. El 12 de julio es asesinado, el hijo del procurador en Cortes saharaui Ahmed Uld Brahim Uld Bachir de ocho años. El 9 de septiembre, un grupo de prisioneros españoles en manos del Polisario son puestos en libertad en Argel. El 23 de septiembre es secuestrado el soldado Francisco Sastres. El 26 son detenidos un marroquí y tres saharauis. El 2 de octubre de 1975 una patrulla de La Legión pisa un campo de minas marroquí, siendo heridos Perote Pellón y Diego Leal. Tiempo después volvió a pisar una mina el capitán Illescas. El 5 de octubre de 1975, 300 trabajadores de Fos Bucraa se manifestaron ante el Gobierno General. El 18 un artefacto explosivo voló un tramo de la cinta trasportadora. El 18 de octubre tres Land Rover que realizaban una patrulla de vigilancia al norte de Dahora, saltaron por los aires al pisar varias minas. Muere el legionario Manuel Torres López, resulta herido grave Ángel Martínez-Illescas y heridos leves Francisco López Puente, Bonifacio López de Alda Ruiz y José Vázquez Arias. Las minas causaron más bajas entre los miembros de los Tercios Saharianos de La Legión que los combates. Dos días después, el 20, es devuelto el cadáver de soldado Ángel Moral, liberado el industrial Antonio Martín y el soldado médico Sastre a cambio de 12 saharauis, 5 de ellos militantes del Polisario.

El 30 octubre el futuro rey Juan Carlos I se hace cargo de la jefatura del Estado y el 31 preside un consejo de ministros monográfico sobre la situación en el Sahara. En esta fecha una persona de confianza del futuro Juan Carlos I, Manuel Prado y Colón de Carvajal, visita los Estados Unidos para hablar con el secretario de estado Henry Kissinger. En Madrid, Washington, París y Rabat, a nadie interesa una guerra en el Sahara. El fantasma de la Revolución de los Claveles de Portugal flota en el aire, aunque el Ejército español en su casi totalidad está en un punto tangencialmente opuesto al de los soldados portugueses. En España la cuestión radicaba en la posibilidad de una revitalización del pretorianismo español que podría apoyar el mantenimiento, sin cambios, del modelo de estado tardofranquista. El futuro Juan Carlos I ya había decidido entregar el Sahara, por la intervención de los Estados Unidos, a Marruecos, a cambio de contar con el apoyo de Washington –un apoyo que ya tenía, pues los servicios secretos norteamericanos habían consentido el asesinato de Carrero Blanco– en su proyecto de liderar la transición de España. Los muertos españoles en el Sahara no sirvieron para nada, su sacrificio fue inútil pues la suerte del territorio estaba decidida desde hacia tiempo. El Sahara iba a ser para Marruecos.

La Razón   Luis E. Togores.