Todas las naciones recuerdan de diferentes maneras sus pérdidas por guerras y conflictos. Sea cual sea su religión, creencias, historia o geografía, me he sentido sorprendido en todas mis visitas a los aliados por la común humanidad de todos los miembros de los ejércitos de la Alianza y deseo mostrar mi respeto por aquellos que estuvieron antes, que ofrendaron sus vidas o fueron heridos o afectados por los conflictos y las guerras.

Me he sentido un privilegiado por poner coronas, mostrar mi respeto, visitar lugares especiales de recuerdo y dirigirme a marinos, soldados de tierra, aire e infantes de marina. La experiencia ha reforzado mi punto de vista de que, mediante la disuasión, los militares buscan la paz y reflejan el orgullo nacional por la experiencia compartida entre los aliados y la solidaridad del espíritu de defensa colectiva consagrada en nuestra Alianza durante más de setenta años.

Para muchos aliados noviembre marca la estación del recuerdo. Este año -2020- añadimos las pérdidas causadas por la pandemia a nuestros pensamientos y oraciones mientras recordamos –en la Alianza- el efecto que nuestros ejércitos han logrado en ayudar y apoyar a los profesionales de la Sanidad, mantener seguras a las fuerzas de la Alianza desplegadas, actuar con nuestros aliados y socios en el transporte y reparto de equipos médicos y, bajo mi punto de vista –fundamentalmente-, darnos cuenta de la importancia de la Sanidad Militar en las principales guerras y conflictos.

Por tanto, al igual que reflexionamos sobre el recuerdo también deberíamos reflexionar hoy que, unidos, somos más fuerte.

NATO Update, 11 de noviembre de 2020

Por la trascripción:

Leopoldo Muñoz Sánchez

Coronel de Intendencia ET (R)