VÍSPERA DE LA PASCUA MILITAR.

  

La historia de España es rica en acontecimientos militares; no quedan fechas que rellenar en el calendario. Empezamos el año y el 1 de enero se conmemora la Batalla de los Castillejos (1860), donde el General Prim, al mando de los Voluntarios Catalanes, ganó la primera gran batalla de la guerra de África. Ya he hablado de ella en artículos anteriores y de sus “Voluntarios Catalanes”, de los que ahora reniegan algunos indocumentados.

Siguiendo el calendario el 2 de enero celebramos el fin de la Reconquista española (1492) con la toma de Granada que por cierto ahora sirve para que se enzarcen en bizantinas discusiones y falsos enfrentamientos los políticos de turno que, algunos, saben de historia lo que leen en wikipedia.

Recuperación de Mahón

Es el 6 de enero de 1782, durante el reinado de Carlos III, cuando se recupera Mahón entonces en poder de la Corona inglesa. El Rey dada la importancia de la costosa reconquista ordenó que, en la fiesta de la Epifanía, se reuniese a todas las guarniciones y en su nombre se trasladase a todos los soldados su felicitación.

La Pascua Militar nos trae el recuerdo histórico de aquella fecha y actualmente se ha convertido en un acto Castrense de enorme importancia con el que se inicia el año militar, se hace resumen del año anterior y se plasman las líneas a seguir en el que comienza.

Lleva presidiéndola el Rey desde 1976, primera Pascua Militar en democracia. No se celebró en 1983 ni en 1985 por estar el Rey convaleciente. En el año 2000 tampoco hubo Pascua Militar por el fallecimiento de la Condesa de Barcelona y se sustituyó por una Audiencia Militar. El año 2015 después de la abdicación de Don Juan Carlos, el Rey Don Felipe preside como Rey su primera Pascua Militar. Había siempre asistido con su padre desde la del año 1986 que lo hizo de Caballero Cadete de la Academia General Militar.

Las palabras de SM. El Rey siempre se esperan con especial interés y el mensaje dirigido a las Fuerzas Armadas en la Pascua Militar, antaño famoso por sus corrillos políticos, tiene una gran repercusión mediática y social. La clave de estos mensajes, al margen de las referencias a las virtudes militares, ha sido durante años apelar a la unidad de España y a la misión constitucional de la Fuerzas Armadas. Hay ocasiones, como la actual, en las que este mensaje de unidad se espera desesperadamente y no se oye con la fuerza que la espera y la situación requiere.

España tiene un gravísimo problema que destaca sobre el conjunto y que amenaza al mismo nombre y sentido de España: su Unidad. Son a las Fuerzas Armadas, todavía, a las que la Constitución en su artículo 8 asigna como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional. Que nadie pretenda hacer un uso inadecuado de la lectura de este artículo, pero que tampoco nadie pretenda borrarlo como inexistente. Es la Ley. Las Fuerzas Armadas saben cumplir y como hacerlo, y en estos años han sido el mejor de los ejemplos democráticos en su actuación y entrega. Pero nunca olvidan que su primera misión es esa, para lo que deben estar preparadas y dispuestas. Hablar de ello no está de más.

Siempre el Rey dice que para mantener la unidad de España, el respeto a sus símbolos y la observancia de la Constitución contaremos siempre todos, contará España, con el Rey, que se honra en estar al frente de los ejércitos. Que el valor consiste en buscar la verdad y decirla y que la independencia permanente de la Jefatura del Estado es la que le permite ejercer el arbitraje y la moderación, y también garantizar la unidad de la patria y la consolidación del sistema. Y ha seguido diciendo el Rey, que los ejércitos constituyen el brazo armado de la soberanía nacional, no hay España sin libertad y no hay libertad sin ejércitos. Como Rey, como Jefe del Estado y mando supremo de las Fuerzas Armadas se honra profundamente en compartir con nosotros y con la nación en su conjunto, una misión que atañe a garantizar la soberanía e independencia de España, a la defensa de su integridad territorial y del ordenamiento constitucional. Así ha hablado siempre el Rey a sus soldados durante estos años, con palabra de Rey, apelando a la Unidad de España y su sentimiento de proximidad a los soldados de los que él es el primero de todos.

Este es el problema de España: Su Unidad. Su integridad territorial. El respeto y cumplimiento de su Constitución. Mientras más cerca está el problema menos se habla de él.

Los problemas concretos de las Fuerzas Armadas son muchos. En la Pascua Militar del año pasado -2018- la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, definió muy acertadamente los más urgentes. Los recuerdo:

-Una Ley de financiación y sostenibilidad de las Fuerzas Armadas.

-El futuro laboral para la escala de tropa y marinería más allá de los 45 años.

–Equiparación salarial de los militares con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Nada, absolutamente nada se ha hecho. A peor. Veremos lo que nos cuentan este año.

Mañana se celebra la Pascua Militar. Tendremos tiempo de comentarla. Como el mismo Rey dijo en uno de sus discursos recordando las palabras de un pensador español: “Esperemos siempre, aunque esperemos desesperadamente”.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez