Defensa dedica 50.000 millones a más de 50 programas de armas

The final SDD Test flight was piloted by F-35 Test pilot Peter Wilson, April 11, 2018. The F-35C completed a mission to collect loads data while carrying external 2,000-pound GBU-31 Joint Direct Attack Munitions (JDAM) and AIM-9X Sidewinder heat-seeking missiles. (Photo by Lockheed Martin) (PRNewsfoto/Lockheed Martin Aeronautics)

 

La prórroga de los Presupuestos Generales del Estado ha dejado en el aire el lanzamiento de otra veintena de proyectos para modernizar la capacidad de las Fuerzas Armadas

 

FRAGATA F-110

Navantia está volcada en la construcción en Ferrol de cinco fragatas F-110 llamadas a sustituir a las actuales de clase F-100

«No hay un martes en el que no aprobemos algo en el Consejo de Ministros». Con esta afirmación de satisfacción, el almirante Aniceto Rosique Niet o, responsable del armamento y material del Ministerio de Defensa, se congratulaba hace solo unos meses de la política expansiva de su departamento. Y es que el lanzamiento de programas militares fue una constante durante todo el año 2023, solo frenado ahora por la prórroga de los Presupuestos Generales del Estado a la que se vio obligado el Gobierno tras la convocatoria de las elecciones catalanas.

Pese a las tensiones que ha generado el tema de la defensa con los socios de Gobierno y aliados parlamentarios desde la llegada de Pedro Sánchez al Palacio de la Moncloa, el Ejecutivo ha incrementado año a año el presupuesto gestionado por Margarita Robles. El mayor aumento fue precisamente en 2023, cuando creció un 26%. Y una parte muy importante de ese crecimiento fue destinado a las inversiones para renovar o comprar nuevos sistemas de armas para los Ejércitos y la Armada.

El Ejecutivo socialista mantiene un discurso siempre ambiguo en esta materia. Por un lado presume de apoyo a la industria nacional y creación de puestos de trabajo gracias a estos programas, además de subrayar su compromiso con la defensa colectiva y los aliados de la Unión Europea y la OTAN; pero por otro evita hacer ostentación militar para no ofender a sus socios y pone el foco en la vertiente humanitaria y solidaria de las Fuerzas Armadas.

Quizá por ello, desde hace ya más de dos años la Dirección General de Armamento y Material (Dgam) no actualiza la lista completa de proyectos que tiene en marcha; pese a que todos son públicos ya que deben pasar por la mesa del Consejo de Ministros o ser publicados en los boletines oficiales. El anuario Spain, publicado por Infodefensa, recoge por primera vez una recopilación del goteo de programas abiertos en la agenda del Ministerio de Defensa, que son más de medio centenar y en su conjunto suman alrededor de 50.000 millones de euros. Y la previsión del Ejecutivo era seguir aumentando esta l i sta, como adelantó Robles anunciando sus planes de que el presupuesto de defensa subiera al 1,4% del PIB y adelantando en enero, en su discurso durante la Pascua Militar en el Palacio Real, el impulso de 18 nuevos programas. La realidad, sin embargo, se ha impuesto y la prórroga presupuestaria limita su margen de acción, obligando además a un esfuerzo adicional durante los próximos años si quieren mantener el objetivo de alcanzar en 2029 el 2% del PIB en defensa que pide la OTAN, como se comprometió el propio Sánchez. Un ejemplo de estos proyectos que igual tienen que esperar para ver la luz es el buque de aprovisionamiento de combate anunciado por el presidente en las instalaciones de Navantia en Ferrol solo 25 días antes de las elecciones gallegas.

De submarinos a misiles

Submarinos, misiles, aviones caza, vehículos de combate, drones e incluso satélites. La lista en marcha sobre la mesa del Ministerio de Defensa es

larga y combina las más variopintas necesidades de las Fuerzas Armadas. «El objetivo básico es dotar a los Ejércitos del material operativo y de la infraestructura necesaria, que dé respuesta a las necesidades militares de nuestra Defensa –argumentaba el Gobierno en las últimas cuentas públicas–. Es el resultado de un proceso selectivo de las inversiones a realizar, que conjuga necesidades y previsiones económicas para garantizar la satisfacción de las necesidades más prioritarias presentadas por los Ejércitos, la Armada y el Estado Mayor de la Defensa, imprescindibles para el cumplimiento de sus misiones». Entre ellos hay proyectos más conocidos y otros menos, milmillonarios o austeros, exitosos o turbulentos.

El vehículo de combate sobre ruedas 8×8 es unos de esos programas que ha robado horas de sueño durante los últimos meses a los responsables de Defensa. En manos de la sociedad Tess Defence –compuesta por General Dynamics Santa Bárbara, Indra, Sapa y Escribano–, sus responsables se han lle

vado más de un tirón de orejas público por los retrasos acumulados. También es conocido el caso de los submarinos S-80 que fabrica Navantia, que sufrieron un sobrecoste milmillonario y más de una década de retrasos; aunque en su caso ya todos respiran aliviados con la exitosa entrega del primer sumergible, el Isaac Peral, y la evolución satisfactoria en la fabricación de los otros tres. También avanza con éxito la construcción de cinco fragatas F-110 diseñadas para escenarios de alta intensidad y un presupuesto que supera los 4.000 millones de euros.

El F-35, a la espera

Otro de los programas más ambiciosos del Ministerio de Defensa es el de adquisición de aviones caza para renovar la actual flota del Ejército del Aire y del Espacio. El Gobierno ha dado ya el visto bueno a la compra de 45 Eurofighter y en el aire está si se decide o no por el estadounidense F-35 para la Armada. En el capítulo de sistemas aéreos España también está implicada en el proyecto de diseño del caza europeo del futuro (NGWS/FCAS), la renovación de las aeronaves de formación de pilotos o el misil Meteor para equipar los Eurofighter.

En cuanto a sistemas terrestres, además del 8×8, Defensa está inmersa en la adquisición de nuevos vehículos de cadenas, misiles contracarro Spike o la modernización de los dos sistemas de defensa aérea, el Nasams y el Patriot, que se encuentran desplegados en misiones como las de Letonia o Turquía para proteger su espacio aéreo.

En cualquier caso, algunos de los más espectaculares son los sistemas multidominio, como la obtención de una nueva capacidad de comunicaciones basada en una nueva constelación de satélites Spainsat NG, el programa de sistemas espaciales de observación de la Tierra de nueva generación (SEOT-NG) o la reposición de la capacidad de observación del globo terráqueo por satélite en el espectro radar. La importancia de estas aplicaciones en inteligencia es primordial para las Fuerzas Armadas, igual que los programas orientados al conocimiento y control de la situación espacial.

Menos espectaculares y difíciles de explicar, pero cruciales también para la milicia, son los denominados sistemas C4ISR para la coordinación de las operaciones, con obtención de información, sistemas de mando y control o de comunicaciones.

Fuente:

https://lectura.kioskoymas.com/abc/20240408