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El cuerpo de Salvador Moreno, que descansaba en el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando (Cádiz), ha sido exhumado por ser considerado uno de los principales responsables de ‘La Desbandá’ de 1937
La aplicación de la conocida como ley de Memoria Democrática continúa avanzando inflexiblemente en Andalucía. Así, los restos del almirante Salvador Moreno Fernández, al que se le achaca ser uno de los principales responsables del mito de ‘La Desbandá’ y que reposaban en el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando (Cádiz), acaban de ser exhumados.
El Ministerio de Defensa ha explicado en un comunicado que, a petición expresa de la familia, el pasado 3 de agosto se hizo entrega de los restos mortales del almirante, que estaban enterrados en el Panteón de Marinos Ilustres, para ser inhumados en el panteón familiar. Una ceremonia íntima a la que solo han asistido familiares y amigos a título personal e individual.
Recurso de militares antifranquistas
La Asociación por la Memoria Militar Democrática, que se considera como un «movimiento de militares demócratas, antifranquistas y antifascistas» que tiene como objetivo «erradicar las ideologías de carácter totalitario y antidemocrático de entre los miembros de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil», presentó un recurso ante la Audiencia Nacional para pedir al Ministerio de Defensa que retirasen del Panteón de Marinos Ilustres a tres almirantes responsables de los hechos que se conocieron como ‘La Desbandá’ de 1937, Salvador Moreno, Juan Cervera y Francisco Moreno.
La leyenda de ‘La Desbandá
Hay controversia sobre los hechos que acaecieron en el año 1937 y que se conocen popularmente como ‘La Desbandá‘, en la que muchos habitantes de la ciudad de Málaga tomaron la carretera dirección Almería cuando tuvieron constancia de la próxima caída de la ciudad a manos de los sublevados.
Gran parte de la historiografía oficial insiste en que en aquellos momentos fueron asesinadas, a través de bombardeos del ejército rebelde, más de 3.000 personas que huyeron por carretera hacia Almería, que aún era un reducto republicano, ante la inminente ocupación de Málaga por las tropas franquistas.
No todos coinciden ni en las cifras ni en las motivaciones. En los últimos años, avanzan teorías que la masacre que se ha pretendido contar no fue tal o que al menos, se ha manoseado de tal manera que ha quedado desvirtuada.
Por una parte, no serían civiles la mayoría de personas que fueron masacradas en su huida, sino posiblemente soldados del bando contrario, que se habían refugiado en la ciudad de Málaga desde julio de 1936 con las caídas de otros núcleos como Sevilla, Granada y Cádiz. Es decir, una acción más de guerra.
Para Antonio Nadal, que ha dado su punto de vista en algunas investigaciones para El Debate, «resulta inaceptable e inimaginable y hasta grotesco que la Memoria Histórica eleve el número de muertos cada año de forma paralela a las subvenciones».
Nadal critica que en el BOE del 11 de julio de 2022 haya quedado reflejada una mentira que certifica que en esta carretera se asegure que se produjo «el mayor genocidio» de la guerra civil cuando el propio boletín reconoce que es imposible conocer «el número total de víctimas»
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