La ministra cancela el programa de actos que el almirante López Calderón había empezado a elaborar para septiembre
lLa ministra de Defensa, Margarita Robles, ha cancelado los actos que se habían empezado a planificar por orden del jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), el almirante Teodoro López Calderón, para conmemorar el centenario del desembarco de Alhucemas, la primera operación anfibia conjunta de la historia militar, según ha adelantado El Confidencial Digital y ha podido confirmar THE OBJECTIVE en fuentes del Estado Mayor de la Defensa (EMAD).
El motivo esgrimido por la ministra ha sido «evitar cualquier cosa que enfade o incomode a Marruecos», subrayan las citadas fuentes. El centenario de esta gesta bélica durante la llamada Guerra del Rif es el próximo 8 de septiembre. Precisamente, el Ejército de Tierra fue el primero en solicitar que se incluyese el aniversario del desembarco en las efemérides de este 2025 y se libró una partida presupuestaria para su celebración.
Cuando el EMAD se enteró de esta iniciativa, la hizo suya al ser la primera operación conjunta de la historia y quiso liderar los actos. Sin embargo, al llegar la propuesta al gabinete de la ministra, la propia Robles decidió pararla con el citado pretexto de no molestar al país vecino.
El 8 de septiembre de 1925 se produjo la primera operación anfibia conjunto-combinada de la historia, el llamado desembarco de Alhucemas. No era el primer asalto de una fuerza armada desde el mar a una costa hostil en el siglo XX, pues le habían precedido los de Tanga y Gallípoli en la Primera Guerra Mundial, pero estos últimos se saldaron con sendos fracasos.
Por ello, a diferencia de estos, Alhucemas fue el primero de su tipo que terminó en éxito y precedió a otros desembarcos anfibios que luego se dieron en la Segunda Guerra Mundial, como el de Normandía el 6 de junio de 1944. Además, España contó con la ayuda de Francia pues Marruecos estaba dividido en dos protectorados -el español al norte y el francés más al sur-, por lo que las fuerzas se tuvieron que emplear de forma coordinada.
En la operación conjunta participaron fuerzas del Ejército de Tierra y la Marina de Guerra. En aquel momento aún no existía el Ejército del Aire, pero Aerostación Militar -que pertenecía a Tierra- sí que estuvo presente. El éxito del desembarco dio inicio a la última campaña de la guerra de Marruecos, que terminó con la rendición de las fuerzas rifeñas dos años después y la pacificación del territorio. Por tanto, fue el principio del fin de la Guerra de África, una de las tragedias de la Historia de España en la Edad Contemporánea. En 1925, tras un lustro de lucha infructuosa y sangría constante, tras una crisis política que acabó con la democracia y trajo la Dictadura de Primo de Riera, los acontecimientos comenzaron a mostrarse favorables.
El gran caudillo de la rebelión del Rif, Abd-el-Krim, había cometido el error de atacar la parte francesa de Marruecos, con lo que Francia se convirtió en inesperada e importante aliada de España. En julio de 1925 se reunieron en Tetuán el mariscal Petain, famoso héroe de la Primera Guerra Mundial, y el dictador Miguel Primo de Rivera, que había tomado el mando del ejército en África. De ahí surgió un plan arriesgado pero prometedor, un desembarco en la Bahía de Alhucemas, por donde se podía alcanzar fácilmente el corazón de la República rebelde del Rif.
El 25 de septiembre, a las 6’30 de la mañana, comenzó la operación, en la que participaba prácticamente toda la Armada española: dos acorazados, cuatro cruceros, un portaviones, muchos buques menores y 27 transportes, además de una flota francesa de menor envergadura. También había numerosa cobertura aérea hispano-francesa. Con ese apoyo debían desembarcar 8.000 hombres el primer día, de los que formaban la punta de lanza dos banderas (batallones) de la Legión, al mando del entonces coronel Francisco Franco.
Aunque la Bahía de Alhucemas está defendida por 20 baterías de artillería y numerosas ametralladoras, los legionarios desembarcan con el agua al pecho y cargaron a la bayoneta, logrando conquistar las lomas y asegurar la playa para los siguientes desembarcos. La cifra de bajas fue muy inferior para lo que era la Guerra de África, un total de 124, y el éxito le valdría a Franco un ascenso que lo hizo el general más joven de Europa, y un prestigio que le luego le permitiría convertirse en Caudillo durante la Guerra Civil.