Después de 40 años de acrobacias aéreas, la Patrulla Aspa sustituirá a los míticos ‘culo pollo’ el 12 de octubre para proyectar la bandera nacional
La Patrulla Águila ha regalado momentos inolvidables a los españoles a lo largo de estas últimas cuatro décadas y este fin de semana fueron ellos los que acudieron a la que ha sido su casa durante estas últimas cuatro décadas, San Javier, en Murcia, a devolverles todo su cariño. Más de 35 aviones y helicópteros –nuevos y antiguos, nacionales pero también internacionales (Francia, Italia, Suiza o Reino Unido)– pasaron formación en las playas del Mar Menor para despedir al CASA C-101, de fabricación española, que sopló las velas de su 40º cumpleaños y que hoy da el salto a la aeronave turbohélice suiza Pilatus P-21.
Formada por un grupo de pilotos de la Academia General del Aire y del Espacio (AGA), la Patrulla Águila realizó su primer vuelo el 4 de junio de 1985 en Jerez de la Frontera con cinco aviones, que apenas tres años más tarde, se convertirían en siete aparatos. No fue hasta 1992, durante la clausura de la ‘Expo’ de Sevilla, que pintó en el aire los colores de la bandera española. Sus últimos vuelos tuvieron lugar ayer durante el festival aéreo ‘Aire25’, organizado por el Ejército del Aire y del Espacio.
El Rey –que llegó a estar a sus mandos durante su etapa en la AGA (198788) cuando era Príncipe– presidió este acto conmemorativo donde cientos de miles de personas, pese al sol y las altas temperaturas, se agolparon en las playas de Santiago de la Ribera y Lopagán para disfrutar de las maniobras más famosas de esta icónica patrulla como el mítico sacacorchos, el tirabuzón o el caracol. Felipe VI estuvo acompañado por la ministra de Defensa, Margarita Robles, y los presidentes regionales de Murcia o la Comunidad de Madrid, Fernando López-Miras e Isabel Díaz Ayuso.
Con más de 30.000 horas de vuelo a sus espaldas, surcando los cielos de todo el país y parte del extranjero, y más de medio centenar de exhibiciones a sus espaldas, la Patrulla Águila ha servido a lo largo de todos estos años como embajadora de España y de sus Fuerzas Armadas, convirtiéndose en un verdadero emblema de nuestro país. Ahora, su futuro es incierto. Una vez retirados los C-101, la patrulla quedará definitivamente desactivada –se desconoce si para siempre– y sus cazas irán a parar a Madrid y Albacete, aunque aún se desconoce para qué fines (achatarramiento, exposiciones…), tal y como explica el capitán del Ejército del Aire, Manuel Cuenca. Lo que comienza es un «periodo de reflexión» para dilucidar, entre otras cosas, si habrá una nueva Patrulla Águila o si será la misma, y en este último caso, con qué aeronave realizarán los bailes acrobáticos. En cualquier caso, insiste el capitán Cuenca, será el Consejo Aeronáutico el encargado de tomar todas estas decisiones. «Está todo en el aire», reconoce.
El PC-21 participará en desfiles y días señalados como el de la Hispanidad o el de las Fuerzas Armadas, pero no como Patrulla Águila, sino como Formación Mirlo. Sin embargo, cabe aclarar que no serán lo mismo, ya que en ningún caso esta última sustituirá como patrulla acrobática a la Patrulla Águila –principalmente, porque no es una patrulla como tal, subrayan fuentes del Ejército del Aire– aunque sus aviones, los Pilatus, sí que harán lo propio con los C101 en cuanto a aeronave de enseñanza de los alumnos de la AGA.
«Vamos a desactivar la Patrulla Águila una vez concluya el festival porque ya no va a poder operar con los C-101. Iniciamos un periodo de formación de Pilatus, la formación Mirlo, para que pueda representar como está haciendo la Patrulla en sobrevuelos en distintos actos. De momento, con humo blanco. Iremos viendo con humo de color con el paso del tiempo», aclara el capitán Cuenca. Así, de proyectar los colores de la enseña nacional, rojo y amarillo, en el cielo de la capital el próximo 12 de octubre se encargará, al menos este año, la Patrulla Acrobática de Helicópteros del Ejército del Aire y del Espacio, más conocida como Patrulla Aspa. De hecho, ya han sido probados con generadores de humo en Jaén hace tres semanas. El motivo, como explicaba el capitán Cuenca, que el turbohélice suizo está programado, por el momento, para proyectar humo blanco. Pero, «podremos seguir disfrutando de la bandera de España este año», asegura.
En definitiva: «¿Tendrá España una patrulla acrobática? Sí. ¿Y cuándo será? En el futuro», zanja entre risas el Jefe del Estado Mayor del Aire y del Estado ( JEMA), el teniente general Francisco Braco, que pertenece a la 35ª promoción de la AGA, la primera formada íntegramente a bordo del C-101.
Alférez de cuarto curso
Las alféreces Castillo y Hylander, de 21 y 23 años respectivamente, estudiantes de cuarto curso (son un total de cinco) en la AGA y que el próximo curso serán destinadas a Salamanca para especializarse en transporte (una de las tres modalidades junto a caza y ataque, y helicópteros), forman parte de la primera promoción de avisadores de la Academia de San Javier que han aprendido a pilotar en los Pilatus, que llegaron a España a finales del año 2021, si bien no entraron en funcionamiento hasta principios de 2022. «Es rápido, seguro y muy maniobrable. Cuenta con asiento eyectable que da seguridad extra», narran estas futuras aviadoras.
La que precisamente se incorporará a la 78ª promoción de la AGA como alférez de cuarto curso a partir de septiembre será la Princesa Leonor, con plan de estudios diseñado ‘ad hoc’, como explican el teniente general Braco y el coronel Luis Felipe González Asenjo, director de la AGA y jefe de la Base Aérea de San Javier. La Heredera aprenderá a volar el próximo curso a los mandos del Pilatus. Antes que ella, fue su padre, Felipe VI, quien voló este fin de semana por primera vez en un PC-21. Un gesto lleno de simbolismo por partida doble: celebró el 40º aniversario de la Patrulla Águila subiéndose al avión que pilotará su hija.
Fuente:
https://lectura.kioskoymas.com/abc/20250616