Congelación de las pensiones, reducción en el empleo público, recorte del gasto social y sanitario, son algunas de las medidas presentadas este martes por el primer ministro de Francia
El primer ministro francés, François Bayrou, anunció este martes un plan de ajuste presupuestario a cuatro años de 43.800 millones, que comenzará en 2026 para reducir su déficit público y financiar el alza del gasto militar.
Congelación de las pensiones, reducción en el empleo público, recorte del gasto social y sanitario, en la partida de gastos, y una contribución de solidaridad de los más «afortunados», en la de los ingresos, son algunas de las medidas esbozadas hasta ahora por Bayrou en una intervención especial ante el Gobierno y la cúpula parlamentaria.
«Esta es nuestra hora de la verdad», sostuvo el primer ministro galo, en referencia a las arcas públicas que registraron un déficit público del 5,8 % del PIB en 2024 y una deuda pública de casi el 114 % en marzo, por encima de los límites europeos.
Pero la tarea se anuncia difícil. El jefe de Gobierno carece de mayoría parlamentaria y la oposición ya ha amenazado con dejarlo caer durante el trámite de los presupuestos de 2026, como le ocurrió a su predecesor Michel Barnier el pasado mes de diciembre.
Para convencer a los reticentes, presentó un panorama sombrío para Francia con el aumento de la «violencia» en el mundo con las guerras y las tensiones comerciales. En este contexto, la deuda «es un peligro mortal para un país», insistió.
«Cada segundo, la deuda de Francia aumenta en 5.000 euros», señaló Bayrou, en rueda de prensa, lamentando que Francia se haya «vuelto adicta al gasto público». Su objetivo es pasar en 2029 por debajo del límite europeo del 3 % de déficit.
«Todo el mundo deberá participar en el esfuerzo frente a la magnitud del desafío. Es ilusorio pensar que una categoría u otra pueda cargar sola con el peso», reconoció Bayrou.