► España despliega dos destacamentos de aviones de combate en Islandia y Lituania para proteger el espacio aéreo aliado
Cazas españoles en el norte de Europa en pleno mes de agosto. Es una estampa ya clásica, pues todos los años el Ejército del Aire despliega al menos un destacamento aéreo de la mano de la OTAN para proteger el espacio aéreo aliado. Pero en esta ocasión, la fuerza aérea de nuestro país ha subido el listón de su ininterrumpida participación en las misiones de Policía Aérea de la Alianza Atlántica para hacer frente a la amenaza rusa y contribuirá a dos de estas misiones de forma simultánea: en Islandia y Lituania. Mientras el teatro de operaciones lituano es más que conocido por los aviadores españoles, con numerosos despliegues en diferentes periodos cada año, el islandés es toda una novedad, pero supone una muestra de ese compromiso de España con la seguridad y defensa aliada en un momento de debilidad política tras el rechazo del Gobierno de Pedro Sánchez a aumentar al 5% el gasto militar. Por ello, en cierto modo incrementa esta contribución operativa para seguir vendiéndose como un socio fiable, al menos en términos de aportación a las fuerzas de disuasión.
Será el próximo lunes cuando seis F-18 del Ala 15 (con base en Zaragoza) y 122 efectivos activarán en la base aérea de Keflavik el bautizado como destacamento aerotáctico «Stinga» (aguijón en islandés), arrancando de este modo su participación en esta misión de Policía Aérea, similar a la de las regiones bálticas y que la OTAN activó, principalmente, al carecer Islandia de Fuerzas Armadas.
Como parte de la operación «Esfuerzo persistente» de la Alianza (de defensa integrada aérea), la misión del contingente español será la de proteger el espacio aéreo islandés de posibles incursiones de aeronaves rusas, las cuales transitan por la zona sin identificar, por lo que en los radares aliados se muestran como una posible amenaza. Es en ese momento cuando en la base suenan las alarmas y, en menos de 15 minutos, los cazas han de estar en el aire para interceptar e identificar al avión en cuestión. Una vez a su lado, por medio de señas, le hacen ver que protegen los cielos aliados y que no pueden invadirlo, por lo que durante un tiempo prudencial le acompañan.
Bajo el mando del teniente coronel Rafael Ichaso Franco, el destacamento estará en principio hasta mediados de agosto, con los cazas y los pilotos en alerta y preparados las 24 horas del día, los siete días de la semana, para despegar en cualquier momento. Pero, además, aprovecharán su despliegue en Islandia para llevar a cabo vuelos de entrenamiento y ejercicios con ejércitos aliados con el objetivo de mejorar la interoperabilidad y, al mismo tiempo, ejercer como fuerza de disuasión sólida.
Tres días después, a 2.700 kilócida metros de allí, en Siauliai (Lituania), ocho aviones de combate Eurofighter del Ala 11 (Morón de la Frontera, Sevilla) también arrancarán una misión similar para, en este caso, proteger los cielos bálticos. Eso sí, en esta ocasión se trata de una operación más que conopor los aviadores españoles, ya que en la zona se han desplegado en numerosas ocasiones desde 2014, cuando el Ejército del Aire comenzó su participación ininterrumpida en estas labores de Policía Aérea del Báltico (BAP).
En esta ocasión, el destacamento «Vilkas» (lobo en lituano) está compuesto por 150 efectivos, entre pilotos, mecánicos, armeros, logística, seguridad y otros servicios de apoyo necesarios para desempeñar esta misión. Todos ellos, a las órdenes del teniente coronel Francisco Holgado del Águila.
Allí estarán cuatro meses y serán apoyados, durante dos de ellos, por un avión de reabastecimiento en vuelo A400M del Ala 31 (Zaragoza), una capacidad clave para garantizar la operatividad. Eso sí, no estarán solos y en la base los acompañan cuatro cazas de Hungría.
Fuente
https://lectura.kioskoymas.com/la-razon/20250726