Una misión con 11 pilotos controla por primera vez la frontera norte de la OTAN
Desde hace unos días, en la base aérea de Keflavik, en Islandia, se habla también español. Un contingente de 122 militares del Ejército del Aire y del Espacio están ahora allí desplegados para aportar a la isla la capacidad aérea que no tienen. Son miembros de la OTAN, pero sin ejército. A lo largo de este mes, los soldados nacionales participan en la misión Stinga para realizar labores de policía aérea en la frontera norte de la Alianza.
Es la primera vez que España despliega en este territorio, una isla de 103.000 kilómetros cuadrados amenazada por riesgos climáticos, pero también en una localización geoestratégica clave, ahora que el Ártico aumenta en importancia. Rusia tiene ahí uno de sus intereses desde hace tiempo y Donald Trump ya ha amenazado con anexionarse Groenlandia, territorio perteneciente a Dinamarca. La propia Úrsula von der Leyen visitó Islandia hace dos semanas para revisar su acceso a los programas SAFE y poder reforzar su control de las amenazas híbridas y las infraestructuras críticas, como los cables submarinos.
Controlar el Ártico es controlar las rutas entre China y Europa. Y con ese telón de fondo, seis cazas F-18 y 11 pilotos españoles controlan los cielos islandeses para que ningún avión sin plan de vuelo comunicado viole los cielos de la alianza atlántica. Una misión que manda el teniente coronel Rafael Ichaso, quien compagina las labores de liderazgo con su vocación de volar. De hecho, conversó con EL MUNDO recién aterrizado de una patrulla.
–¿Cuáles han sido los principales desafíos para llevar a cabo esta misión en un territorio nuevo?
–La misión es prácticamente igual que la que hemos hecho en otros países como Estonia, Lituania, Rumanía… Similar incluso a la que hacemos todos los días en España, alguna de las unidades del Ejército del Aire y del Espacio, que es policía aérea. La misión es prácticamente la misma. Lo que sí cambia es el entorno, es la meteorología. La isla es increíble, pero a su vez tiene ciertos riesgos. Es un país muy montañoso, la meteorología es mala, cambia mucho y muy rápidamente. Eso complica un poco la misión, pero está todo controlado y dentro de lo asumible.
– Dice que la meteorología es muy cambiante, también es muy diferente a España. ¿Hay que adaptar el rendimiento de los cazas?
– Realmente no, los cazas están preparados para operar en cualquier condición climática, y no ha habido una preparación específica para este entorno. De momento los aviones se comportan bien, tienen averías que son normales, no hay nada fuera de lo normal y luego, además, lo que sí tenemos aquí es una ventaja: Islandia nos cede unos barracones donde duermen los aviones, donde están ahí aparcados, que se pueden cerrar y que eso ayuda a que estén en mejores condiciones.
–¿Ya están a pleno rendimiento?
– Desde el lunes estamos ya haciendo servicio de QRA y la verdad estamos a todo lo que podemos.
La patrulla española se activa cada día alrededor de las siete y media de la mañana. Comienzan «una serie de vuelos programados a lo largo del día, además del servicio de QRA». Es decir, Alerta de Reacción Rápida (QRA en sus siglas en inglés), «que está 24 horas». Los pilotos hacen un briefing previo a los vuelos y otro briefing después sobre la misión. Se hace una revisión previa y posterior de los aviones, de las «posibles averias». A media tarde, termina el trabajo programadao. «Pero la alerta está siempre», subraya Ichaso. De hecho, siempre hay equipos de guardia preparados por si tienen que salir a controlar alguna aeronave sospechosa. Entre las misiones de este mes, también se contemplan simulacros de amenazas, que se realizan varios, para poder repetir el protocolo OTAN y la coordinación de los equipos para cumplir con la misión de policía aérea.
– Islandia no tiene fuerza aérea. ¿Cambia mucho el trabajo cuando se realiza en un país con estas características?
– Como país miembro de la OTAN, nuestra principal misión es ayudar a países que no tienen fuerza aérea. Y en Islandia, en ese sentido, es la misma. Ellos sí están muy acostumbrados a recibir escuadrones, despliegues de países de la OTAN. Y ayudan y colaboran en todo lo que pueden. Nos hacen una vida bastante fácil. Es decir, cambia nuestra forma de actuar, pero ellos la verdad es que los suplen con mucho esfuerzo.
– Usted manda la misión, pero también vuela, ¿qué prefiere hacer?
– Qué pregunta tan difícil (risas). Me hice piloto porque volar es mi vocación, pero antes que volar está la responsabilidad del jefe y si no puedo volar no vuelo.
– ¿Cuántos pilotos son? ¿Vuelan a diario aunque no haya alertas?
– Somos 11 pilotos los que formamos la parte de operaciones aéreas. En principio volamos de lunes a sábado. Los domingo en Islandia prefieren que no volemos por los ruidos. Con la cantidad de turistas que tienen… Entonces, si es posible, lo respetamos.
Marina Pina
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