Macron pone en marcha un nuevo modelo de defensa ante la amenaza de un choque directo con Rusia ► Con una paga de entre 900 y 1.000 euros, el número de jóvenes aumentará hasta 50.000 en diez años
Emmanuel Macron teme que la complicidad estratégica de Donald Trump y Vladimir Putin sobre Ucrania es una amenaza histórica para Europa, cuando los generales franceses advierten de los riesgos de enfrentamiento militar directo a corto o medio plazo, entre tres y cuatro años. Con tales convicciones, el presidente francés anunció ayer, con una gravedad excepcional, la puesta en marcha de «un nuevo modelo de ejércitos y defensa», con más medios financieros y la introducción del servicio militar voluntario para afrontar los escenarios más inquietantes: «La aceleración de las crisis y el endurecimiento de las amenazas que se ciernen sobre nosotros».
Dirigiéndose a la Vigésimo sexta brigada de infantería de marina en Varces (Isère), en la región de AuvergneRhône-Alpes, el presidente de la República hizo un análisis global de la seguridad y defensa francesa, en el «teatro» europeo, subrayando la gravedad de las amenazas crecientes y la necesidad de respuestas nacionales.
Aludiendo a Ucrania y la guerra neocolonial de la Rusia de Vladímir Putin, Macron insistió en la gravedad del proceso histórico en curso: «Asistimos a la aceleración y endurecimiento de las amenazas contra nosotros». Jefe de Estado de la primera potencia nuclear europea, Macron parece estimar que la «evolución» de las amenazas requiere un nuevo modelo militar del Estado.
Ese nuevo modelo, en curso de gestación, contará con nuevos recursos financieros. La nueva ley de programación militar para el año que viene confirmará un incremento de 2.000 millones de euros de los presupuestos de seguridad/defensa para el periodo 2026-2030. Recursos que podrán continuar creciendo al ritmo de la eventual evolución de la amenaza. Los déficits del Estado y la deuda pública atraviesan una crisis sin precedentes. Pero Macron considera urgente e imprescindible consagrar más recursos económicos a la defensa.
El nuevo modelo nacional de seguridad y defensa se verá reforzado, al mismo tiempo, con la instauración del servicio militar voluntario, de hombres y mujeres de 18 y 19 años, a partir del verano de 2026, con tres objetivos:
El primero, «reforzar el pacto nacional entre la Nación y sus ejércitos». Principio de carácter moral y eminentemente práctico. Tras la supresión del servicio militar en 1997 como consecuencia del declive de la antigua amenaza de la URSS, Macron estima que es necesario restaurar la relación íntima entre la sociedad y las nuevas amenazas, comenzando por la Rusia de Putin.
En segundo término, «reforzar la capacidad de resistencia de nuestra Nación». Los activos de los tres ejércitos, Tierra, Mar y Aire, suman un total de 264.000 soldados y 62.500 reservistas. Macron estima que es imprescindible incrementar de manera significativa esos activos para afrontar nuevas amenazas bien próximas en Europa.
Por último, «consolidar la formación de nuestros jóvenes». A juicio de Macron, se trata de un capítulo esencial para el futuro de la seguridad nacional: introducir a los jóvenes, a través del voluntariado, de entrada, a los grandes problemas donde está en juego la seguridad de la Nación.
A partir del verano de 2026, las autoridades militares comenzarán por elegir a 3.000 primeros voluntarios, hombres y mujeres, que comenzarán recibiendo un salario de 900 a 1.000 euros mensuales. Durante los cuatro años siguientes, serán elegidos otros 10.000 voluntarios. Hacia 2035, 50.000 jóvenes voluntarios estarán integrados en el nuevo sistema de seguridad nacional. Se trata de cifras «aproximativas», que podrán evolucionar en función de las amenazas potenciales.
Sólo en territorio nacional
Los nuevos voluntarios estarán consagrados, esencialmente, a tareas de seguridad y defensa en territorio nacional. Macron hizo una precisión importante: los nuevos soldados voluntarios no serán enviados fuera de las fronteras nacionales, no serán enviados a Ucrania. Se trata de un detalle ultrasensible. El proyecto macroniano de creación de un nuevo modelo de seguridad y defensa nacional culmina, en la cúspide del Estado, una reflexión nacional que tiene muchos otros defensores, civiles y militares.
Economistas de referencia, Hélène Rey, Moritz Schularick y Philipp Hildebrand han publicado un ensayo alarmante que culmina con esta reflexión: «Ante la guerra en su frontera oriental, el debilitamiento de las relaciones trasatlánticas y el crecimiento de los regímenes autoritarios, la Unión Europea vive una encrucijada estratégica.
Si desea preservar su independencia, la Unión debe reforzar sus capacidades de defensa. Si no toma decisiones, Europa será vulnerable a las presiones y amenazas exteriores. Y, en definitiva, el proyecto europeo y sus valores fundamentales, la libertad y la democracia, estarán amenazados».
«Europa se juega su destino»
El general Pierre Schill, jefe de Estado mayor del Ejército de Tierra, insiste, por su parte, en la «evolución inquietante» de las amenazas que se ciernen sobre Francia y Europa: « Europa es nuestra primera ambición y nuestra primera inquietud. Hemos entrado en un mundo en el que el recurso a la fuerza militar parece normal para algunas grandes potencias. Asistimos al retorno de los imperios. Ante un imperio con ambiciones, como la Rusia de Putin, el resto de los estados son vasallos o enemigos. Europa se juega su destino ante esa evidencia. Europa debe asumir y defender su destino, con sus aliados, prestos a defender colectivamente su seguridad».
El general Fabien Mandon, jefe de Estado mayor de los ejércitos, ha resumido la inquietud colectiva nacional con muchas complicidades europeas, con esta sentencia alarmante: «Debemos estar dispuestos a afrontar un choque militar directo con Rusia en un plazo de dos, tres o cuatro años».
Fuente:
https://lectura.kioskoymas.com/abc-1a-edicion/20251128