ADAPTACIÓN DE LA OTAN A UN MUNDO IMPREVISIBLE Y EN RÁPIDA TRANSFORMACIÓN

 

LA OTAN SE PREPARA PARA EL SIGLO XXI

¿Qué cambios necesita la OTAN para poder atender a los problemas de defensa y seguridad en el siglo XXI?

Dirigentes y foros de pensamiento militar de toda la comunidad euroatlántica han dedicado más de un año a considerar el estado de la OTAN y la defensa colectiva como parte de la GLOBSEC NATO Adaptation Initiative. Mediante una serie de informes que analizan los cambios estratégicos, militares, de la industria y la tecnología de defensa durante el siglo XXI suministraron elementos suficientes para meditar sobre cómo la Alianza necesita adaptarse más para responder a los desafíos de un siglo en el que la mismísima idea de seguridad y defensa habrá cambiado radicalmente.

Hace 50 años la OTAN adoptó dos cambios importantes en su criterio sobre defensa y disuasión. La Respuesta Flexible alejó a la Alianza de la mutua y automática destrucción implícita en la Represalia masiva y hacia una forma más escalonada y matizada de defensa. El Harmel Report de diciembre de 1967 estableció la doble vía de defensa correcta y diálogo y los principios de seguridad europea que duraron gran parte de los años siguientes. Nada más.

La OTAN se encuentra en un punto de decisión crucial. Con nuevas tecnologías tales como la Inteligencia Artificial y Quantum Computing entrando rápidamente en el campo de la defensa el papel, la función, el método y la estructura de la Alianza debe experimentar un cambio radical si se quiere que la disuasión y defensa colectivas sigan siendo creíbles.

Sí, la Alianza se ha adaptado bien en respuesta al aluvión de acontecimientos de 2014, reconstruyendo la disuasión contra las amenazas desde el Este, aumentando su compromiso con Oriente Medio y forjando una asociación más intensa con la UE –y está tomando realmente medidas en algunos de los otros campos que se indican en las recomendaciones siguientes-. Sin embargo, conforme la Alianza se aproxima a su septuagésimo aniversario en abril de 2019, no está a la altura del ritmo del cambio político ni la evolución tecnológica que podrían alterar el carácter de la guerra, la estructura de las relaciones internacionales y el papel de la mismísima Alianza.

Nuevas realidades estratégicas

La adaptación sólo se logrará si la Alianza afronta las nuevas realidades geoestratégicas y trasatlánticas, incluyendo la necesidad de disuadir a una Rusia revisionista, militarmente avanzada, mientras también proyecta la estabilidad al sur de la OTAN y atiende a las amenazas planteadas por países tales como Corea del Norte. Para establecer una participación equitativa de la carga entre EEUU y sus aliados la Defence Investment Pledge realizada en la Cumbre de Gales de 2014 (los dirigentes aliados acordaron frenar la disminución en los gastos de defensa e intentar avanzar hacia el 2% del PIB en defensa y 20% de los presupuestos de defensa en material pesado e investigación y desarrollo relacionados dentro de una década) debe ser cumplida en su totalidad y las nuevas consignaciones gastadas satisfactoriamente.

Respuesta Flexible 2.0

La determinación de disuasión y defensa de la OTAN deber igualmente reforzada si la Alianza desea prevenir los conflictos y disuadir la agresión. La mejora de la disponibilidad y capacidad de respuesta de las fuerzas convencionales de la OTAN deber constituir su absoluta prioridad. De debe modernizar también el criterio nuclear y la estrategia de la OTAN si el vacío creciente entre las disuasiones convencional y nuclear reduce el umbral del empleo del armamento nuclear.

Ética de la guerra

Junto con unas fuerzas convencionales poderosas, ágiles y con capacidad de recuperación, los aliados necesitan adoptar una ética de la guerra como fundamento de la doctrina de la Alianza. La OTAN debe restablecer la capacidad para una rápida generación de masa y maniobra si quiere responder al desafío de fuerzas contra fuerzas. La OTAN debería promover la disuasión integrada, seguir la reforma de la Estructura de Mando así como acometer un planeamiento de contingencia más sistemático para asegurar un mando control efectivo en todo el ámbito del conflicto.

Ambición castrense

Al menos, la OTAN debe ser capaz de ejercer el mando simultáneamente en operaciones a gran escala en conflictos de país contra país (una Major Joint Operation-Plus) y emprender una campaña sostenida de estabilización estratégica en el sur de la Alianza. Los mecanismos de la OTAN de gestión de las crisis son todavía demasiado complicados. El papel de la Alianza en la defensa de lo global común debe ser también mejorado mediante fuerzas polivalentes capaces de operar en aire, mar, tierra, espacio, cibernética, conocimiento e información. La OTAN debe instruir y pensar según planea combatir. También se deben eliminar los impedimentos para compartir le información crítica bélica.

Contraterrorismo

La amenaza terrorista a la zona euroatlántica va a aumentar. Las Counter-Terrorism Policy Guidelines y el apoyo a la Global Coalition Against Daesh de la OTAN son vitales. La OTAN debe igualmente contribuir más a prevenir los ataques terroristas a sus miembros, incluyendo las tramas internas en los países. En tanto ésta es una responsabilidad principalmente de cada país y la UE, con la aplicación de la Ley y los ministerios de interior a la cabeza, la recientemente mejorada Joint Intelligence and Security Division de la OTAN, unido a sus enlaces seguros de comunicación con las capitales, podría convertirse en una cámara para intercambiar información clasificada sobre amenazas terroristas.

Defensa y diálogo

La OTAN debe relacionarse con Rusia y Ucrania basándose en el siguiente principio: Se necesita una nueva estrategia política para entenderse mejor con Rusia. El diálogo debe ir de la mano con la defensa para lograr el objetivo de gestionar la competencia y reducir los riesgos hasta que se resuelvan las diferencias fundamentales que impiden una vuelta a la cooperación con Rusia. Al mismo tiempo, la Alianza debe ayudar a Ucrania, Georgia y otros vecinos de la Europa Oriental a defenderse y continuar promoviendo la integración euroatlántica de los Balcanes. Debe fomentarse la política de puertas abiertas y la posibilidad de lograr futuros miembros de la OTAN.

Agenda amplia de seguridad

La misión duradera en Afganistán nos recuerda que la seguridad de la Alianza no termina en sus fronteras. La OTAN necesita un papel más amplio de seguridad para reforzar su compromiso en Oriente Medio, Norte de África y más allá. La construcción de capacidad de defensa en el sur de la OTAN supondrá una importante contribución a la paz y la seguridad trabajando muy de cerca con las instituciones regionales de seguridad tales como la Unión Africana y la Liga Árabe al igual que individualmente con los países socios.

OTAN inteligente

Si la Alianza quiere proteger a las personas y proyectar su influencia y poder debería integrar más los múltiples centros de excelencia en una red de excelencia y establecer nuevos centros para atender los nuevos desafíos. Un Hyper War Centre of Excellence hecho a la medida ayudaría a generar un punto de vista coherente urgentemente necesario sobre la guerra futura, incluyendo el trabajo sobre Inteligencia Artificial y una ampliada ciberdefensa de la OTAN dentro de sus medidas de defensa y disuasión. Tal Centre necesitaría ineludiblemente instruir y formar a dirigentes civiles y militares e incluiría cursos especializados para el Consejo del Atlántico Norte, personal militar de la OTAN y civiles de los países miembros.

La vital Asociación Estratégica OTAN-EU

La Unión Europea se convertirá en un actor y socios de la OTAN cada vez más importante, siendo la asociación estratégica OTAN-UE también cada vez más importante para el tratamiento de las relaciones trasatlánticas. Para muchos europeos la EU Common Security and Defence Policy será un, si es que no el vehículo para la política de defensa. La European Defence Agency será igualmente el mecanismo de elección para el desarrollo de la capacidad militar para muchos europeos. Por tanto, la OTAN y la UE deben superar las barreras para fomentar una asociación más sustancial y mutuamente beneficiosa y reforzar la cooperación práctica. Se debería celebrar una cumbre OTAN-UE de jefes de estado y presidentes de gobierno al menos una vez al año.

 

Asociación estratégica más amplia con la OTAN

La OTAN debe crear también una red mundial de asociaciones e instituciones estratégicas. Por supuesto, en una época de seguridad globalizada la OTAN necesita forjar mejor asociaciones funcionales políticas, civiles y militares por todo el mundo. La creación de consejos consultivos con países tales como Australia, China, India, Japón y Corea del Sur sería un importante indicador de tal ambición.

Equipar y hacer posible la OTAN

La OTAN debe innovarse como alianza y cauce de la nueva tecnología y equipo. Por término medio pasan 16 años desde la concepción de la capacidad militar a su efecto operativo, demasiado tiempo. Los plazos para la capacidad deben ser acortados y dar más voz al mando en el desarrollo de las necesidades. La OTAN debería promover una norma común para la evaluación compartida, requisitos armónicos y especificaciones comunes, y ampliar el uso de la financiación común y desarrollar una plataforma a escala de la Alianza y auditoría de sistemas como parte de una futura Infraestructura de Medios Necesarios.

Asociación con la industria de defensa – antigua y nueva-.

La OTAN debe lograr un mucho mejor entendimiento de las repercusiones de las nuevas tecnologías tales como la Inteligencia Artificial y Quantum Computing junto con sus aplicaciones a la defensa. Muchas de las empresas de nuevas tecnologías no son gigantes en defensa ni hay muchas de las que se centren en este campo. Necesitarán tener la seguridad de que si invierten personal y recursos en proyectos de la OTAN no se van a ver amenazadas por unas prácticas de adquisición escleróticas.

La OTAN y el futuro de la guerra

La OTAN necesita una estrategia futura de la guerra que integre plenamente la guerra híbrida, la ciberguerra, el contraterrorismo y la hiperguerra así como un continuo entre ellas. Desde un punto de vista crítico la OTAN debe reforzar el impacto de las nuevas tecnologías sobre el espacio de seguridad y de combate. Debe gestionar y explotar mejor las nuevas tecnologías de información y, sistemáticamente, rastrear la nueva capacidad disponible de inteligencia artificial para explotar los grandes datos. A tal fin debería considerar la creación de una agencia similar a la US Defense Advanced Reasearch Projects Agency.

Pasos siguientes

Los dirigentes de la OTAN deberían acometer una revisión de la estrategia que se podría incorporar en un nuevo Strategic Concept. La OTAN necesita una estrategia a largo plazo que establezca cómo atenderá los desafíos de un mundo imprevisible y rápidamente cambiante.

Julian Cindley-French es Senior Fellow del el Institute of Statecraft de Londres, Distinguished Visiting Research Fellow en la Universidad de la Defensa nacional de Washington y Fellow del Canadian Global Affairs Institute. Ha sido Lead Writer de la Steering Committee de GLOBSEC NATO Adaptation Initiative.

NATO Update, 23/02/2018

Por la trascripción:

Leopoldo Muñoz Sánchez

Coronel de Intendencia ET (R)