Las distintas organizaciones mundiales confían en España para la monitorización de procesos de paz ▶ En el Mediterráneo, la Armada protege el territorio de la OTAN ante posibles amenazas en las fronteras
La amenaza rusa a Occidente, la piratería en las costas somalíes o los ataques armados en aguas del cuerno de África son algunas de las situaciones que afectan, desde hace décadas, a las principales organizaciones mundiales. Las Fuerzas Armadas españolas, lideradas por la OTAN, la UE o la ONU, colaboran activamente en misiones en el exterior para «disuadir» y asegurar la protección en distintas partes del mundo. Este año, España participa en 16 misiones y en varias toma un papel clave al dirigir operaciones para proteger los intereses defensivos de las organizaciones.
Las operaciones, que comenzaron a principio de año, se desarrollan en cuatro continentes y cuentan con una media de tres mil militares repartidos en dos tipos de misiones: de disuasión y defensa o de proyección de estabilidad. La primera, como su nombre indica, se organiza con el objetivo prioritario de aumentar la seguridad en localizaciones clave, mientras que la segunda busca preservar la seguridad en zonas de conflicto.
En las costas de Somalia, la UE realiza operaciones donde España toma una relevancia clave para la consecución de los objetivos de defensa. La operación Atalanta, liderada por las Fuerzas Armadas desde el 12 de junio, tiene como meta frenar la piratería en estas aguas y proteger, principalmente, los buques del Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés). España colabora en esta misión con el navío Victoria y dos aeronaves de reconocimiento y patrulla. Desde el inicio de las misiones en 2008, más de tres millones de toneladas de alimentos han sido protegidas, 177 piratas han sido entregados a las autoridades y más de quince mil kilos de narcóticos han sido incautados. Una misión capitaneada por España que es considerada un éxito para la UE.
En Latinoamérica, España representa a las Naciones Unidas en Colombia para «monitorear y verificar el desarme» tras su firma en 2012 entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), que provocó el fin de las hostilidades entre el Ejecutivo y el grupo narcoguerrillero de extrema izquierda. La participación española comenzó en 2016 y cuenta con ocho observadores: cinco de las Fuerzas Armadas y tres oficiales de la Guardia Civil. En 2017, la ONU certificó la entrega y destrucción de 8.112 armas y de más de un millón de cartuchos por parte de la FARC-EP en el marco de esta misión.
Las Fuerzas Armadas toman una especial relevancia en misiones de proyección de estabilidad en el continente africano. Por ejemplo, España estableció en 2013 la zona del golfo de Guinea como «vital para los intereses españoles» . Por ello, desde 2015, la Armada realiza misiones anuales en este territorio para evitar delitos como la piratería, el robo armado o la pesca ilegal en estas aguas. Además de esto, España busca mejorar sus relaciones con los países pertenecientes a esta zona mediante el desarrollo mutuo de estrategias marítimas. La última operación realizada en aguas africanas sucedió el 19 de junio cuando el BAM P-43 Relámpago finalizó su despliegue en la costa occidental de África y golfo de Guinea.
Otra de las misiones organizadas por España sucede en la zona central de África. El pasado 4 de agosto, España dio por concluidos los trabajos de formación a los miembros del Ejército del Aire de Senegal.
Desde 2015, la Armada realiza misiones anuales en el golfo de Guinea para evitar delitos como la piratería, o la pesca ilegal
Crisis en Ucrania
La Unión Europea también desarrolla misiones de entrenamiento en este continente. En la República Centroafricana y en Somalia, España apoya a la formación de militares y autoridades; mientras que en Mozambique se trasladan dos observadores militares españoles para colaborar con la lucha contra el terrorismo.
España colabora en tres de las operaciones de disuasión más importantes de la OTAN. Estas suceden en localizaciones claves que abarcan el mar Mediterráneo, Turquía, Islandia, Rumania, los países bálticos y Eslovaquia. La primera de las operaciones, la ‘Persistent Effort’, surge en 2013 tras la crisis en Ucrania y la anexión de Crimea a Rusia, la Alianza reforzó la seguridad materializándose en despliegues de fuerzas a lo largo de la frontera este de la OTAN. España colabora en seis operaciones de policía aérea o radares dentro del marco de esta misión para proteger el espacio aéreo de la Alianza en esta zona. En Letonia, Eslovaquia y Rumania, las Fuerzas Armadas apoyan de manera terrestre en este flanco tras la ofensiva rusa sobre Ucrania en 2022. Por último, desde 2017, una flota permanente –en la que la Armada colabora activamente– se encuentra en el Mediterráneo como fuerza de respuesta de la OTAN.
La ONU prorrogó esta semana la misión en el Líbano, donde están desplegados 660 soldados españoles, hasta 2026
El 4 de agosto, España dio por concluidos los trabajos de formación a los miembros del Ejército del Aire de Senegal
El principal objetivo de estos despliegues, además de la «disuasión» en territorios clave, es demostrar la «fuerte expresión de unidad y solidaridad» dentro de la Alianza Atlántica. En estos, las tropas y el personal de los aliados sirven, se adiestran y se ejercitan juntos mientras rotan dentro y fuera de grupos de combate. También en Europa, pero liderado por la UE, concretament e en Bosnia-Herzegovina, España apoya la formación de fuerzas armadas del país y la creación de un entorno seguro en el territorio.
En Oriente Medio, por último, España colabora tanto con la ONU como con la OTAN en el Líbano e Irak. En el primero, desembarcaron en 2016 los primeros efectivos españoles con el objetivo de apoyar a la Naciones Unidas para «confirmar la retirada israelí, restablecer la paz y la seguridad internacionales y ayudar al Gobierno del Líbano a restaurar su autoridad efectiva en la zona». El Consejo de Seguridad de la ONU porrogó el pasado jueves la misión hasta finales de 2026. Ahora mismo hay desplegados 660 soldados españoles encargados del sector este.
En segundo lugar, las Fuerzas Armadas trabajan desde 2015 para contribuir al fortalecimiento del Ejército iraquí con la finalidad de derrotar a Daesh. Además, desde 2018, se apoya a Bagdad en el ámbito de la estructura de seguridad nacional, así como desarrollar su sistema educativo profesional militar. La cifra de misiones no varía durante los años, haciendo que las Fuerzas Armadas participen en 16 o 17 compromisos en el extranjero, demostrando la confianza en ellas.
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