Atlas 25, el ensayo para combatir amenazas aéreas

El Rey Felipe VI asiste al ejercicio ‘Atlas 24’, que se llevó a cabo en junio de 2024 en el CENAD ‘San Gregorio’ de Zaragoza. TONI GALÁN / EFE

Médano del Loro, Huelva, militares de los tres ejércitos, miembros de la Guardia Civil y de la Policía Nacional estarán desde el lunes desplegados en el campo de maniobras y tiro. Un país enemigo ha atacado España mediante una saturación multi-capa compuesta por drones, aeronaves tripuladas y misiles de crucero, lo que obliga a los miembros de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a proteger un punto vital mediante una zona de interceptación donde acometer, de forma decalada, la amenaza.

Esa es la hipótesis con la que a lo largo de esta semana se va a desarrollar el ejercicio Atlas 25, unas maniobras coordinadas por el Ejército de Tierra en la que España, en base a las directrices del Jefe de Estado Mayor de la Defensa, el general Amador Enseñat, bajo un mando y control único integrado en el Sistema de Defensa Aérea, tratará de mejorar las técnicas, tácticas y procedimientos (TTP).

En un momento en el que Europa se encuentra inmersa en una guerra híbrida, con el debate en la Unión Europea de la creación del muro antidrones que proteja a los 27, el Ejército de Tierra asume estas maniobras orientadas precisamente a impulsar el desarrollo de las capacidades de las FAS y FCSE en los Sistemas Aéreos no tripulados (UAS) y en los sistemas que los combaten (C-UAS). Tal y como explica el teniente coronel Enrique Ángel Costas, jefe de la oficina de información pública del Cuartel General del Mando de Apoyo a la Maniobra, «los riesgos a los que España se enfrenta vienen definidos en la Estrategia de Seguridad Nacional de 2021. Dentro del abanico que recoge, los riesgos derivados de las amenazas a las infraestructuras críticas, de la vulnerabilidad aeroespacial y espionaje e injerencias desde el exterior están ciertamente relacionados con el uso de los sistemas UAS y los C-UAS; pero siendo conscientes de que estos sistemas son cada vez más transversales y ubicuos». De ahí la importancia de estos ejercicios, en los que el Ejército de Tierra quiere demostrar la capacidad de respuesta ante cualquier amenaza aérea.

Más de una veintena de unidades y organismos participan en el operativo, entre ellos unidades del Ejército de Tierra especializadas en Artillería Antiaérea, Guerra Electrónica y Mando y Control. De la Armada, unidades de la Brigada de Infantería de Marina, de la 41 Escuadrilla de Escoltas y de la Flotilla de Aeronaves. Del Ejército del Aire y del Espacio, unidades de Ala 23 y del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo. De las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Unidades de la Guardia Civil y de la Policía Nacional. También intervienen la Unidad Militar de Emergencias. El despliegue conjunto supone, en palabras del teniente coronel, «un gran salto cualitativo en capacidades militares y en el desarrollo de soluciones tecnológicas futuras».

Durante las maniobras se lanzarán misiles Hawk y Mistral, se realizarán disparos desde helicópteros y se ensayarán perturbaciones electromagnéticas destinadas a anular drones y sistemas de guiado. Se pondrán a prueba tanto los efectos de destrucción directa hard kill como las técnicas de neutralización electrónica soft kill. El ejercicio servirá además para consolidar la integración de sistemas ya testados en ediciones anteriores, como CROW, Enforce Air 2 o Sendescope, junto a nuevas capacidades de mando y control, inteligencia artificial y comunicaciones seguras.

Atlas 25 no se limita a los ataques convencionales. También contempla amenazas híbridas que mezclan acciones cibernéticas, desinformación y el uso de micro y mini drones, cada vez más accesibles y difíciles de detectar. Estos sistemas son típicos de las operaciones en la zona gris y «puede ser un precursor de operaciones de mayor intensidad», advierte el teniente coronel. Su empleo, afirma, puede ser un precursor de conflictos de mayor intensidad, por lo que el adiestramiento debe adaptarse a este tipo de escenarios.

Las enseñanzas obtenidas se integrarán en los planes de preparación y en la doctrina militar española a través del proceso de lecciones aprendidas, dirigido por el Mando de Adiestramiento y Doctrina del Ejército de Tierra. Cada experiencia servirá para actualizar los procedimientos y orientar el desarrollo de nuevas capacidades. «El objetivo final es claro», resume Costa. «Estar preparados para responder eficazmente ante cualquier tipo de amenaza aérea que vulnere nuestro espacio aéreo».

Efectivos de los tres ejércitos, Guardia Civil y Policía Nacional se despliegan durante esta semana en Huelva con motivo del ejercicio

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