El 8 de setiembre de 1888 fue una fecha significativa en la historia de la navegación: ese día, en la bahía de Cádiz, tuvo lugar la botadura del submarino inventado por el ingeniero y militar español Isaac Peral, el primero del mundo impulsado por motores eléctricos.

El submarino Peral fue el primer buque construido íntegramente en acero en un Astillero del Estado. Antes de esta fecha, la mayoría de los barcos eran de madera y se propulsaban con la fuerza del viento, pero la Revolución Industrial supuso un punto de inflexión en la historia pues cambió la concepción del mundo y, por ende, de la navegación a nivel mundial.

El Peral fue el primer submarino capaz de llegar hasta unas coordenadas concretas. Con sus 22 metros de eslora y casi tres de manga, alcanzaba los ocho nudos y conseguía desplazar 77 toneladas de agua en superficie y 85 en inmersión. Sus hélices funcionaban con electricidad y contaba con dos motores de 30 caballos. Fue el primer buque que llevó un armamento militar de importancia y logró lanzar el primer torpedo de la historia estando sumergido.

El éxito obtenido en la botadura propició numerosos homenajes en la época pero pese a la importancia del invento El Peral y se creador fueron poco a poco olvidados. El submarino pasó 39 años en el Arsenal de la Carraca abandonado a la intemperie. A punto de desguazarse, finalmente, se trasladó en 2012 al Museo Naval de Cartagena donde ha recuperado parte de su lugar en la historia.