Cómo puede Europa defenderse con menos Estados Unidos. Max Bergmann

 

La decisión del Gobierno español de no querer comprometerse a elevar el gasto en defensa hasta el 5% del PIB ha provocado no sólo la ira del presidente estadounidense, Donald Trump, que esgrime amenaza de aranceles o la expulsión de la OTAN, sino una brecha en la confianza de muchos aliados, especialmente los vecinos de Rusia.

La Moncloa argumenta, en público y en privado, que ni es realista ni tiene sentido que todos los miembros disparen su gasto hasta ese nivel y tan deprisa como parece exigir Trump, más interesado en que su empresas vendan armamento que en la seguridad colectiva del Viejo Continente. Pedro Sánchez afirma que España cumplirá con sus obligaciones gastando menos (algo que la Alianza y su secretario general han dicho que es imposible) y que, aunque nuestra aportación en porcentaje del PIB sea desde una década la más baja del continente, la inversión es lo que se conoce como «capacidades» y el despliegue y la participación en todo tipo de misiones son muestra de la total fiabilidad de nuestro país.

Max Bergmann, director del Programa de Europa y Rusia del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) de Washington, y destinado anteriormente en el Departamento de Estado de EEUU, es uno de los grandes expertos en cuestiones de seguridad y defensa y tiene muy presente la situación de nuestro país. Entiende los argumentos de España, concede que la administración Trump tiene un mensaje confuso, contradictorio y cambiante y afirma que es improbable que muchos de los países que han dicho que llegarán sin duda al 5% en defensa puedan realmente conseguirlo. Pero al mismo tiempo avisa de que España tiene ahora mismo un «grave problema de percepción» y hay «dudas reales» sobre su compromiso, sean justificadas o no.

Y por eso, es un reciente informe titulado Cómo puede Europa defenderse con menos Estados Unidos, hace una propuesta muy concreta y chocante: si nuestro país quiere de verdad dar un paso, y no llegar al 5% del PIB, lo que tiene que hacer es enviar sus tropas a las partes de Europa más expuesta. Hasta 25.000 o 30.000 soldados que vivan permanente en Alemania, en los Bálticos o en Polonia, donde sea necesario para cubrir el hueco que sin duda EEUU va a dejar.

«España tiene un problema de percepción. Creo que tenía buena parte de razón intelectualmente en su postura, pero se la percibió como una España que no colabora y que no es jugadora de equipo, y esa imagen ha calado en Europa del Este y otros lugares. Cuando se trata de ayudar a Europa, cuando se trata de Ucrania, España ha estado, pero creo que va a ser necesario para cambiar esa imagen que redoble su compromiso con la seguridad europea. Y ese despliegue de tropas sería una forma tangible de hacerlo, de que España e Italia puedan mostrar una verdadera solidaridad con la seguridad de Europa y algo que tendría impacto, que potencialmente ayudaría a disuadir a Rusia», explica Bergmann.

El dinero es obviamente un problema siempre, pero el coste presupuestario de que los soldados vivan fuera es menor que el de disparar la inversión. Y más útil, sostiene Bergmann. «Ahora mismo España tiene más capacidad fiscal que muchos otros países, en particular Francia y el Reino Unido, para gastar más. Pero creo que la postura de la cumbre de la OTAN tenía bastante sentido, al no asumir un compromiso financiero que no tenga intención de cumplir. Y, francamente, es muy difícil imaginar cómo otros países como Francia, el Reino Unido y los Países Bajos van a alcanzar el 3,5%; simplemente no lo veo. Por eso, lo que intentamos argumentar en nuestro informe es que no creo que los europeos lo necesiten. Hacen falta otras cosas», explica en una entrevista con EL MUNDO.

«La OTAN y los europeos deberían pedir algo tangible a España e Italia, no solo que gasten más, sino que realmente aporten. Y lo que España tiene es tamaño y escala. Tiene un Ejército mayor que el británico, y creo que, en lugar de pedir que se comprometa a invertir más en defensa sin un impacto real en la defensa de Europa, deberíamos tener en cuenta las capacidades que existen. España e Italia tienen grandes ejércitos. Sería mejor que estuvieran desplegados permanentemente en Europa Central y Oriental para que pudieran defenderla», insiste, con el objetivo de tener por fin una fuerza permanente y de alta disponibilidad compuesta por al menos 100.000 efectivos a lo largo de la próxima década. «No una fuerza solidaria, ni como las Fuerzas Terrestres Avanzadas (FLF) de la OTAN. Más bien, una fuerza de combate europea altamente preparada y letal, capaz de desplegarse rápidamente para defender a Europa en cualquier punto del continente. Esto, en esencia, se convertiría en el ejército de Europa».

Bergmann entiende lo delicada y complicada que sería esa propuesta, desde todos los puntos de vista. «¿Un poco excesivo? No lo sé, es lo que hacen los estadounidenses», apunta sobre la posibilidad de tener grandes contingentes de forma permanente, durante décadas, en otros países. «Intentamos desafiar el pensamiento convencional detrás de la defensa europea, que se basa en las naciones. No se trata de ver qué harían los países individuales, Europa necesita luchar más como Europa si quiere defenderse», añade.

En el reciente informe, sus autores no quieren entrar en los aspectos técnicos de la propuesta, ni decir qué esfuerzo podría o debería hacer cada país. Pero se mojan bastante. «Básicamente, decimos que el objetivo debería ser una fuerza que reemplace aproximadamente la aportación de Estados Unidos, que es de aproximadamente 100.000 soldados. Si España e Italia pudieran aportar entre 30.000 y 25.000 cada una, otros países europeos que tampoco son fuerzas de primera línea, como Francia, el Reino Unido o Alemania, que cuentan con ejércitos lo suficientemente grandes y con experiencia, darían el paso».

En su informe, Bergmann y Otto Svendsen indican que «España aportaría la mano de obra e, inicialmente, potencialmente el equipo». «Pero luego la UE tendría un papel que desempeñar y determinaría qué equipo se utilizará, pagando y compensando algunos de los costes. En caso de guerra, pasar de tener más de 25 países de forma dispersa intentando defender Europa a crear un mecanismo mucho más cohesionado es lo lógico», concluyen.

EXPERTO EN ESTUDIOS ESTRATÉGICOS. Este coautor del último informe del CSIS sobre la nueva situación Europa-EEUU entiende la negativa a subir el presupuesto militar, pero reclama alternativas