Conjura de traidores

«No se trata de una simple conjura de los necios, como la estupenda novela de Kennedy Toole. Es la conjura de los traidores»
«De mantenerse en el poder lo que resta de Legislatura, España dejará de existir, y la confrontación será inevitable para que exista de nuevo»

Pedro Sánchez se ha dejado representar por Pablo Iglesias ante el petimetre del lazo amarillo. Y le ha prometido todo su apoyo para lograr una «república multinacional». Simultáneamente, Sánchez ha recibido a Urkullu, con quien ha tratado del acercamiento de los terroristas presos a cárceles del País Vasco, reducciones de penas, transferencia de la Seguridad Social, carnés de conducir y matrículas del País Vasco y otras claudicaciones cuclilleras del Estado ante el separatismo. El enviado de Sánchez ante el zangolotino del lazo amarillo le ha prometido su apoyo en el caso de que el segundo convoque otro refrendo ilegal para lograr la independencia y el advenimiento de la República. El enviado de Sánchez y futuro exportador de marihuana, ha aprovechado para criticar al Rey y a la Monarquía, como está escrito en el guión.

RAÚL

Se dan los pasos para que el Gobierno menos legitimado por el apoyo popular devuelva a los partidos nacionalistas su fundamental ayuda en la votación de la moción de censura. La pulverización de España, la nación más antigua de Europa. No se trata de una simple conjura de los necios, como la estupenda novela de Kennedy Toole. Es la conjura de los traidores. Un alcalde socialista del PSC, dependiente del esférico Iceta ha quemado en la noche de San Juan, en público, sin el menor rubor, una fotografía del Rey. Se trata del secretario nacional de la comisión ejecutiva del PSC y alcalde de las Masías de Voltregá, Sergi Vilamala, que en una sociedad normal – y me refiero, incluso, a la etíope–, tendría que haber sido fulminantemente expulsado de su partido, pero España es diferente. No me extrañaría su meteórico ascenso en las filas del socialismo de Cataluña.

Meritxel Batet, la ex señora del santanderino confuso Lasalle y concededor desde el PP de premios a los que odian a España, está empeñada en enmendar la plana al Tribunal Constitucional y recuperar leyes estatutarias separatistas que el TC echó para atrás. Pero el gran aliado de Sánchez para culminar la descomposición de España es Iglesias, el adinerado vecino de Galapagar, que sabe que, de haber unas elecciones generales, su partido perdería un 40% de sus votos, lo cual le impediría satisfacer su deseo de destrucción. El principal objetivo es el Rey y la Monarquía Constitucional y Parlamentaria. Pero me temo, y me alegra el temor, que no lo va a conseguir. Existe una España abrumadoramente mayoritaria, silente y expectante, que no va a tolerar la conjura de los traidores. Y no lo hará haciendo uso de la violencia verbal y física que tanto agrada a los separatistas catalanes y sus aliados populistas. Lo hará con los votos, cuando el Gobierno que lidera la conjura se desplome por causas naturales y matemáticas.De mantenerse en el poder lo que resta de Legislatura, España dejará de existir, y la confrontación será inevitable para que exista de nuevo.

No entiendo que un presidente del Gobierno designe al representante de un partido de menor importancia como Cónsul de la Conjura en Cataluña. No entiendo que la Fiscalía no se haya planteado, después de acumular las declaraciones, manifestaciones, intenciones reconocidas y actitudes hostiles con la Constitución, actuar contra el traidor del lazo amarillo. Una parte considerable del socialismo se volverá contra su propio partido antes de que se consuma la de-saparición de España. Y me figuro que algo tendrá que decir al respecto Europa, la gran prostituta.

La conjura de los traidores está en marcha. No es una novela, ni un ensayo literario, ni una exageración sin peana. Es una realidad que repta lentamente, en silencio, y con un objetivo claro y compartido por quienes odian a España. Esos que ahora, unidos artificialmente, comparten el poder.

Un buen español, monárquico o republicano, está obligado a defender al Rey, la Constitución y los derechos y libertades que aún disfrutamos. Ante lo que repta, ni un paso atrás.

  • 27 jun. 2018   La Razón   EL ARTÍCULO DE USSÍA