“DEFENSA DE LAS FUERZAS ARMADAS Y SUS ACTUACIONES”

Armada
Guardiamarinas de la Armada durante el desfile militar celebrado el 12 de octubre de 2022 en Madrid.  Eduardo Parra / EUROPA PRESS

Los militares y sus seguidores ya cuentan con un argumentario oficial a favor del gasto en armamento, las intervenciones bélicas o, incluso, la participación de uniformados en ceremonias religiosas. El Ministerio de Defensa ha aprovechado los meses de verano para publicar un manual dedicado a rebatir las críticas de antimilitaristas y pacifistas y, al mismo tiempo, realzar la figura del Ejército.

El documento titulado Las claves del porqué tiene 36 páginas, consagradas de la primera a la última a combatir los argumentos de quienes rechazan la apuesta militarista y reclaman que el elevado presupuesto dedicado a Defensa sea redirigido a fines sociales.

Frente a esas reivindicaciones, el ministerio que dirige Margarita Robles sostiene que “es preciso disponer también de argumentos sólidos y razonados que permitan contrarrestar juicios de valor o afirmaciones carentes de justificación, a menudo recurrentes, que girando en torno a las cuestiones de Seguridad y Defensa pretenden minimizar su importancia, cuando no cuestionar su necesidad”.

 

A su juicio, “en determinadas circunstancias algunos sectores de la ciudadanía pierden consciencia de la importancia de la seguridad
como un bien básico que debe ser buscado y permanentemente mantenido acorde a las posibilidades reales de cada momento”.

El manual sostiene que “no existe ningún país que disfrute de desarrollo y bienestar social renunciando a su seguridad”, por lo que “cualquier pregunta demagógica sobre la disyuntiva de ‘cañones o mantequilla’ parte de un escenario falso y viciado”.

En otro de sus apartados, el documento busca rebatir los argumentos de organizaciones como el International Peace Bureau (IPB), considerada la ONG más veterana del mundo en el ámbito del pacifismo –recibió un premio nobel en 1910– y el Centro Delàs de Estudios por la Paz, que a través de distintos informes han advertido sobre el elevado gasto militar.

 

En un informe comparativo publicado durante la pandemia, el IPB advirtió que con lo que cuesta un tanque Leopard 2E, valorado en 11 millones de dólares, se podrían comprar 440 respiradores.

“Afirmaciones de esa índole son perversas y demagógicas”

El manual publicado por Defensa alude concretamente a esa denuncia del movimiento pacifista. “Afirmaciones de esa índole son perversas y demagógicas en su formulación, al poner en términos comparativos de igualdad la adquisición de diversos tipos de bienes totalmente dispares que –sin ser uso común– presentan finalidades muy heterogéneas”, sostiene Defensa.

El documento asegura que “no se puede establecer una primacía de los segundos sobre los primeros, toda vez que sin la existencia de los primeros –los carros de combate Leopardo– no se contaría con el
amparo, protección y seguridad necesarios como para tener una Sanidad que permita el gasto del segundo, los respiradores COVID”.

“La sociedad podrá desarrollarse plenamente si su seguridad
está garantizada, lo cual sólo se logrará mediando las imprescindibles inversiones en programas de armamento y equipos de defensa”, afirma a continuación. En esa línea, defiende que el carro de combate citado “es uno de los sistemas de armas más disuasorios y resolutivos de los que dispone el Ejército de Tierra”.

“Resarcir daños”

El argumentario de Defensa también alude a otra crítica que molesta a los militares: “España no tiene ninguna amenaza directa que la ponga en riesgo de un conflicto que haga necesario tener unas Fuerzas Armadas”.

Frente a esas posiciones antimilitaristas, el ministerio alega que “un ejército podría compararse al seguro de una vivienda: se adquiere el mejor que uno puede pagarse con la esperanza de no necesitarlo nunca, pero llegado el caso, cumple con su finalidad al resarcirnos de los daños”.

“Migración masiva”

El ministerio alega que actualmente España “no tiene amenazas
directas que la pongan al borde de un conflicto, pero dada su posición geográfica existen amenazas no compartidas que no están cubiertas, bien por la OTAN, como las provenientes de la franja del Sahel y el Magreb o los enclaves de Ceuta y Melilla, o bien por la Unión Europea
(UE), como aquellos intereses españoles amenazados y no recogidos en la Estrategia de Seguridad de la UE”.

Sobre este punto, sostiene que “en un determinado momento, la situación geopolítica puede verse afectada y, en última instancia, solo el recurso al empleo de nuestra fuerza disuasoria o efectiva es el que podría garantizarnos la protección”.

El documento pone el ejemplo de la “reciente agresión de la Federación Rusa contra la República de Ucrania”, que define como “un aviso para todas las naciones de la OTAN –en especial para los europeos– en el sentido de que la Alianza debe reforzarse“. Por otro lado, afirma que “las amenazas actuales trascienden a la propia realidad física y territorial de las fronteras y del ámbito exclusivamente militar”.

En concreto, alude a “la ciberamenaza en todas sus variantes como amenaza transversal y universal”, “el terrorismo yihadista y sus consecuencias” o la “migración masiva” como retos que “plantean la necesidad de afrontar estas vulnerabilidades y amenazas con capacidades militares específicas, adecuadas y proyectables, de manera que los conflictos puedan ser resueltos lejos de nuestras fronteras”.

Procesiones y escuelas

El argumentario de Defensa recoge también las críticas que despierta la participación de militares en procesiones u otros actos religiosos. “Estas participaciones son intensamente demandadas por grupos, asociaciones, fundaciones y cofradías en todo el territorio nacional y son muy valoradas por la sociedad civil”, afirma.

Legionarios
Legionarios de Ceuta durante la Procesión de la Buena Muerte en una imagen de archivo.  Francis J. Cano / EUROPA PRESS

 

Sobre este punto, el documento remarca además que “la participación
de los militares en tales actos será siempre con carácter voluntario, respetando así el ejercicio del derecho a la libertad religiosa”.

Asimismo, la cartera a cargo de Robles defiende la presencia de militares en espacios educativos o de ocio infantil. “Existen corrientes políticas y sociales que niegan a los ejércitos la posibilidad de divulgar su misión en el seno de la sociedad, calificando de provocación la presencia de armas en tales espacios educativos y argumentando que se lleva a cabo un proceso de reclutamiento en el que supuestamente no existe ningún componente pedagógico”, critica el documento.

El ministerio sostiene que “de forma demagógica acusan a sus profesionales de militaristas, cuando posiblemente la carrera de las armas es una de las profesiones menos belicistas, conscientes como son los militares de los letales efectos del armamento y las terribles consecuencias de los conflictos armados”.