Se añade a la cristiana efeméride el estallido de la primavera
Porque ¿ cómo es posible que la ministra Ribera nombre asesor a Feroz, si Feroz es la víctima de un sanguinario cazador? Conocedor de la trifulca, desde La Mareta, la casa que Hussein de Jordania regaló al Rey Juan Carlos I y éste cedió de inmediato al Patrimonio Nacional, Pedro Sánchez ha mostrado su preocupación por el enfrentamiento de las dos sensibilidades del Gobierno en un asunto tan serio, y que nada ayuda en tiempos cercanos a las elecciones autonómicas y municipales. Las derechas están con Caperucita y en contra del lobo, y las izquierdas con el lobo y en contra de Caperucita, exceptuando a las churris de Irene. Yolanda Díaz no ha manifestado aún de qué lado se encuentra, a la espera de la decisión de Sánchez. Y el barullo es grande. Hasta el momento, la decisión más inteligente la ha adoptado el ministro Alberto Garzón que, al ser preguntado al respecto, ha manifestado que él creía que lo de Caperucita y el Lobo Feroz era un cuento, y que no tiene intención de posicionarse mientras no le envíen a su despacho la documentación precisa. Al menos, en la presente ocasión, Garzón ha actuado con inteligente prudencia.
Bolaños ha sido tajante. –Feroz es una víctima más del franquismo. Caperucita conocía a la perfección la debilidad anímica de Feroz, cuyos padres, lobos de los montes norteños, fallecieron durante el principio de la campaña de Santander en Cabañas de Virtus, abatidos por las fuerzas franquistas al mando del capitán Sagardía. Y que el Lobo Feroz, que quedó huérfano y amaba a sus padres con locura, descubrió que en la cesta que llevaba Caperucita la merienda a su abuela, ocultaba una fotografía de Franco. Feroz no se comió a la abuela de Caperucita por apetencia, sino por venganza por lo que los franquistas hicieron con sus padres–, ha concluido Bolaños para poner los puntos sobre las íes y las cosas en claro. Marlaska, en cambio, oficiosa que no oficialmente, ha comentado a sus íntimos que «Feroz era un machista malote que expulsó de su manada a dos preciosos congéneres que huían de las lobas cuando éstas, por motivos estrictamente naturales, les solicitaban ser seducidas».
El lío se ha convertido en una guerra entre las llamadas «dos sensibilidades» del Gobierno de España. Y Sánchez ha exigido prudencia a los bandos contendientes.
Yo, que tengo muchos amigos ganaderos en La Montaña y en Asturias, estoy en contra de Feroz. Y sé que me la estoy jugando.
Primavera.