Un movimiento relevante dentro del Ejército de Tierra marca el cierre de una etapa en la Brigada Extremadura XI, asentada en la Base General Menacho. La decisión genera interés por su impacto en una de las unidades más activas del país y por la trayectoria del mando implicado. Para contextualizar este cambio, la información oficial sobre estructura y misiones de la Fuerza Terrestre puede consultarse en la documentación institucional del Ministerio de Defensa.
La salida se produce tras un periodo especialmente intenso para la unidad, con misiones en el exterior y operaciones de apoyo en territorio nacional. El relevo llega en un momento estratégico para el desarrollo de nuevas capacidades dentro del modelo Ejército 2035, lo que añade aún más relevancia al movimiento.
La trayectoria de Gómez Lera en Badajoz no comienza con su llegada al mando de la brigada en 2023. Su vínculo con la unidad se remonta a los años en los que dirigió el batallón de carros Mérida entre 2014 y 2017, una etapa que le permitió, en sus palabras, “descubrir una tierra acogedora y una unidad con un potencial profesional extraordinario”. Desde aquel momento, su relación con Extremadura quedó marcada por una sensibilidad personal y operativa que ha mantenido hasta hoy.
Durante sus dos años y medio de mando, la brigada afrontó misiones especialmente exigentes. La operación en Líbano coincidió con el estallido del conflicto entre Israel y Gaza en octubre de 2023, lo que incrementó notablemente la tensión en el área de despliegue. A pesar de ello, el contingente regresó sin bajas y con la satisfacción de haber cumplido todos los objetivos operativos.
Un ciclo marcado por misiones internacionales y emergencias nacionales
Tras el regreso de Líbano, la brigada afrontó de inmediato un nuevo despliegue en Letonia en el marco de la disuasión aliada en el flanco este. A esta actividad exterior se sumaron actuaciones en territorio nacional vinculadas a emergencias como la DANA que golpeó Valencia o los incendios que afectaron a Extremadura durante el verano. En todos estos escenarios, la respuesta fue calificada por el mando como “inmediata y ejemplar”.
El general Gómez Lera ha insistido en que el factor humano fue decisivo para afrontar cada una de estas operaciones. Su visión del soldado extremeño se basa en valores como disciplina, sacrificio y profesionalidad silenciosa. Considera que “el trabajo grande está en la gente”, una idea que ha repetido de forma constante durante su trayectoria.
Un modelo basado en el bienestar y la transformación tecnológica
Desde el inicio de su mando, Gómez Lera definió sus prioridades en torno al bienestar y las condiciones de vida de los militares y sus familias. Subrayó que una brigada debe entenderse como una comunidad, y que las mejoras en calidad de vida son esenciales para mantener la operatividad y el compromiso.
A nivel estratégico, impulsó la adaptación de la unidad a los retos del Ejército 2035, un modelo que busca transformar las tácticas, la organización y el mando y control. La llegada de nuevas tecnologías, la integración de drones y la ciberdefensa forman parte de ese cambio. El general destacaba que los retos más complejos son “los mentales”, es decir, abandonar inercias y formas de trabajo tradicionales para adoptar nuevas capacidades.
Innovación, talento interno y visión de futuro
Entre las líneas futuras que considera esenciales, destaca la identificación y promoción del talento que ya existe dentro de las Fuerzas Armadas. Defiende que la brigada debe potenciar sus capacidades innovadoras internas y disponer de medios modernos conforme avance el plan tecnológico-industrial previsto para la modernización del Ejército.
También subraya la implicación de la brigada con la sociedad extremeña, a la que define como “un pequeño pueblo dentro de Badajoz”. Más de 3.200 profesionales trabajan diariamente en la base, generando vínculos directos con el tejido social de la región. Durante su mandato reforzó el componente solidario de la brigada para mostrar “la vena humana del soldado extremeño”.
El valor de la rutina silenciosa y el papel esencial de las familias
En sus declaraciones finales, Gómez Lera ha puesto de relieve que, más allá de las grandes operaciones, la clave del éxito se encuentra en la rutina diaria: mantenimiento de material, preparación constante y disciplina continuada. Considera que son estos elementos invisibles los que garantizan que las misiones internacionales se ejecuten con solvencia.
Ha destacado con especial énfasis el papel de las familias, a las que define como “la parte esencial de la brigada”. Cada salida urgente, cada despliegue, implica un esfuerzo silencioso detrás de cada militar. “Sin ellas nada sería posible”, ha afirmado en varias ocasiones.
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