EL CORONAVIRUS, ¿UN ARMA BIOLÓGICA?

F. Javier Blasco, Coronel retirado
25 de febrero 2020

Como llevo bastantes años dedicado al estudio, observación y análisis de las llamadas Armas de Destrucción Masiva (ADM) puedo asegurar que es un tema que siempre me apasionó y lo sigue haciendo. Podríamos decir que las ADM no son más que una asociación o grupo artificial de armas unificadas por un mismo concepto, ser muy letales y de relativa o fácil dispersión o aplicación. Grupo, en el que se han ido incorporando según su orden de aparición en escena las Biológicas (B), las Químicas (Q), las Nucleares (N) y las Radiológicas (R). Así, es mundialmente aceptado que por lo general cuando hablamos de ADM, lo estamos haciendo de todas o alguna de dichas armas NBQR.

La verdad que sus efectos casi incontrolables, las victimas masivas que producen y su mayor o menor persistencia en el ambiente, el terreno o sobre seres donde se aplican son los principales factores por los que se las cohesiona en dicho grupo. Aunque, somos bastantes los que preferimos considerar, que en realidad, es el pavor o miedo irresistible a su posible empleo o la simple amenaza de hacerlo la característica más importante por la que se las identifica dentro de una familia de asuntos despreciables. Quizá, sean las ADM los más despreciables elementos que el hombre haya creado para actuar e inclinar la balanza a su favor en sus diferentes amenazas, contiendas y guerras

El empleo de las armas biológicas y químicas simples y rudimentarias, a base de detritus o restos de animales muertos, putrefactos o infectados de enfermedades, con las que los guerreros de antaño envenenaban las puntas de sus flechas, las lanzas, las cargas de las catapultas, el ganado, los alimentos o las aguas limpias de los pozos y manantiales que aprovisionaban los pueblos y fortalezas es tan antiguo que no se sabe a ciencia cierta donde se originaron o en que maligna cabeza se gestionó tamaña idea.

La aparición muy posterior de la bomba atómica y las armas radiológicas, en las que se incluyen las llamadas bombas sucias, ha completado, de momento la panoplia de estas armas maléficas, que bien han demostrado su valor y efectos mortales y psicológicos tanto a nivel táctico como estratégico.

A pesar de ser muchos los tratados, acuerdos, convenciones, conferencias y organismos internacionales o bilaterales dedicados a limitar su control, producción, almacenamiento, uso o transferencia de elementos acabados o todo tipo de información sobre su consecución; ninguno de los anteriores ha demostrado, hasta la fecha, ser lo suficientemente eficaz para poder asegurar que sea un tema que esté sometido a un eficiente sistema internacional que pueda presentar las necesarias y reales garantías de seguridad.

A pesar de los mencionados esfuerzos de la Comunidad Internacional (CI) en su conjunto o de forma bilateral entre las grandes potencias, quienes son los que más armas de este tipo poseen, no hay año desde hace muchas décadas que no aparezca un conflicto por las sospechas más o menos fundadas sobre intentos para su producción, transferencias o por superar los límites alcanzados previamente, aunque lo tengan prohibido radicalmente y de forma oficial.

Otras muchas veces, queda bien demostrado aunque se intente ocultar, que aquellos que “oficialmente” deberían velar para que los llamados países gamberros (rogue countries) y de otro tipo dejen de enredar con este tema; son ellos los que propician las investigaciones, modernizaciones y adaptaciones de sus propios arsenales declarados u ocultos por aquello, de no perder un importante as en su mano que siempre les proporciona un cierto nivel de prestigio zonal e internacional, gran dosis de respeto y una gran baza a la hora de sentarse a negociar cualquier cosa que tenga que ver con la seguridad o el desarme.

El ejemplo más reciente, de esto, son las alegaciones del Presidente Macron, quien defiende a capa y espada su derecho a liderar la seguridad y la defensa de la UE, incluso al margen de la OTAN, por el mero hecho de ser -tras la salida del Reino Unido- el único país del grupo comunitario que dispone de dichas armas.

Cuando he mencionado que las ADM tienen aplicaciones y efectos a niveles tácticos y estratégicos, no ha sido sin intención, ni un gazapo que se me haya escapado por dejar el texto bien apañado y hasta algo más rimbombante. Su valor a nivel estratégico sobrepasa las barreras de lo geopolítico y geoestratégico. La posesión de estas armas, la predisposición -más o menos velada- de su empelo en caso de necesidad o por sentirte amenazado y las grandes diferencias en lo referente a su número y capacidades, hacen que haya países que, siendo casi insignificantes por su tamaño o población, solo por el mero hecho de poseerlas, cambien totalmente su perspectiva externa o la hora de su toma en consideración (Israel).

Hay, sin embargo, otros muchos países –demasiados quizá-, que luchan denodadamente por poseerlas para alcanzar un cierto grado de prestigio o simplemente por mejorar sus capacidades de seguridad, defensa y disuasión (Irán, y Corea del Norte entre varios más). Otros, por diferentes y oscuras razones, tratan de crear nuevas armas de este tipo buscando un aumento en su grado de eficiencia; para ello, precisan que sean menos costosas y más fáciles de obtener, ocultar, transportar y difundir o propagar; que una vez aplicadas, salvo por motivos muy evidentes (las nucleares), resulten muy difíciles de identificar como patógeno, por su origen y grado de permanecía o de resistencia a los métodos tradicionales para su aislamiento, lucha o erradicación mediante vacunas y otros sistemas o medidas de profilaxis individuales o colectivas.

Es a la hora de sopesar todas estas nuevas características y los resultados o características de las nuevas-viejas exigencias hacia estas armas, lo que nos aproxima a las armas biológicas como las más eficientes para solucionar la mayoría de todas ellas. Son armas conocidas como el arma nuclear de los pobres por la relación entre el bajo coste y su gran eficacia; menos aparatosas, silenciosas, fáciles de transportar, rápidas en su difusión y contagio aunque no sean de efecto inmediato. Características muy favorables, principalmente por vivir en un mundo tan globalizado y transversal, pleno de acontecimientos y encuentros masivos comerciales, grandes cruceros y cientos de miles de aviones aterrizando y despegando diariamente de decenas de aeropuertos. Con congregaciones masivas de personas por eventos deportivos de carácter local, regional, nacional y hasta nivel mundial, en los que el contacto entre las personas, aun tratando de evitarlo, es obligatorio principalmente por el uso de los medios de transporte masivos en las grandes ciudades o los que nos conducen a ellas desde su periferia.

Todos estos principios o argumentos y aunque no haya todavía un motivo claro y real de sospecha, me hace pensar un poco en la posibilidad de que el Coronavirus (bautizado científicamente como COVID19), pudiera ser un arma biológica modificada o de nueva generación. Para llegar a esta conclusión, que debo aclarar es meramente intuitiva, habría que analizar la infección desde sus orígenes, métodos de expansión o propagación y su contagio, medidas tomadas, potenciales objetivos pretendidos y cuántos de ellos se han cumplido o alcanzado ya o superado con creces. La existencia o no de posibilidades de recuperación, y cuál puede ser el futuro próximo o inmediato para su combate o erradicación definitiva.

Los años de trabajo en inteligencia militar y los dedicados al estudio de las ADM me enseñaron que normalmente los hechos; sobre todo, si estos son importantes o transcendentales y globales, nunca ocurren por casualizada; por tanto, empiezo a pensar que no es una mera casualidad que haya sido China el país donde se haya iniciado a propagar esta, de momento, nada clara enfermedad y que por ello, al ser el país más poblado del mundo y abierto a todo tipo de relaciones comerciales en el continente, su difusión haya sido a gran velocidad.

Para poder basar mis sospechas se deberán aportar las razones, motivos u objetivos que hayan podido llevar a esta actuación; motivos, que tras un somero análisis de hechos recientes encuentro, que pueden ser muchos y variados. Para empezar, y por llegar a entender que y quien hayan podido ser el motor y sujeto de todo este quilombo, deberemos identificar cual es el primero objetivo a anular. Objetivo, que no es otro que las posibilidades y “maldades” de la tecnología del 5G; cualidades anunciadas como tales a bombo y platillo en los más importantes foros de seguridad recientes. Los EEUU podrían ser considerados como el sujeto de la acción porque haber liderado el tema de desprestigio y, para ello, no han escatimado esfuerzos en tratar de inculcarnos dicha pesadilla y posible mal en foros importantes como, la pasada Cumbre de la OTAN y la Conferencia de Seguridad de Múnich; de las que hay muchas referencias, incluso mías en las que se deja bien claro el mensaje que los norteamericanos nos quisieron transmitir claramente.

Como refuerzo del punto anterior se debe recordar que, muchas veces, para tratar de marcar o dejar patente cierto desprestigio de unos productos o de las propias capacidades de una nación; no hay nada mejor que mostrarle al resto como un país opaco, cerrado a la libertad de información, contrario a libertad de las personas o al respeto de los derechos humanos e incapaz de lidiar con problemas ordinarios porque sus capacidades reales en aspectos importantes, como es el caso de la salud pública, dejan mucho que desear. Un país o un gobierno que prefiere dejar morir a los suyos por falta de información, tratar de ocultar una realidad superior o por no decir la verdad ante la escasez de medios para copar dicha dificultad, no merece la atención ni la dedicación externa en otros aspectos, por muy alejados que estén de los mencionados problemas.

La enconada lucha comercial entre China y EUU ha provocado que ambos países se hayan tenido que dejar muchos pelos en la gatera antes de llegar a una solución más o menos satisfactoria para los dos; las vergüenzas u ofensas pasadas por ello ante los conciudadanos respectivos o la sensación de haber perdido la partida tras grandes y locuaces amenazas y retos aunque no fueran llevados a efecto finalmente, pueden llevar a buscar determinadas alternativas encubiertas a modo de venganza.

Una de las primeras y más grandes víctimas industriales, económicas y comerciales ha sido la supresión del mundialmente famoso Mobile World Congress de Barcelona para este año. Un fenómeno tremendamente sospechoso, ya que no ha pasado desapercibido para nadie el que la inmensa mayoría de las empresas chinas de telefonía y comunicación mantuvieran su intención de asistir al congreso incluso después de que la organización cancelara el evento y, sin embargo, fueron las compañías occidentales, principalmente las norteamericanas, las que iniciaron el ruido y la psicosis de su salida urgente para que no se efectuara el certamen. Un certamen, en el que la figura principal a sobresalir este año era la compañía Huawai y su tecnología 5G. Sin embargo, a pesar de la excusa empleada en Barcelona, “casualmente”, no ha aparecido ningún tipo de psicosis similar para provocar el cierre de otros foros internacionales de diverso tipo y entidad realizados de forma simultánea o con posterioridad en el tiempo.

Las economías de los países afectados por la expansión del coronavirus se han ido manteniendo gracias a las fuertes inyecciones de capital y otras maniobras durante los primeros días y semanas; lo que ha logrado que no tuviera ningún efecto negativo aparente aunque a un alto coste. La situación se ha complicado a partir del pasado lunes 24 cuando el número de países afectados por personas infectadas había aumentado mucho y principalmente por la fuerte y rápida expansión por Italia; país europeo que se encuentra entre los primeros en visitas turísticas, y transacciones comerciales. Tanto ha sido el efecto demoledor de esta noticia que varios encuentros de la liga italiana (país amante del futbol sin par) y hasta los mundialmente famosos carnavales de Venecia han tenido que ser cancelados o terminados precipitadamente.

Tras semanas de cierta contención en lo referente a su expansión y debido a que no se ha procedido al cierre efectivo de fronteras salvo en determinadas ciudades, pueblos y comarcas chinas y algunas italianas; al haber transcurrido más de un mes sin haberse descubierto la identidad del patógeno, su forma de contagio y el potencial animal o persona cero que inició la infección, el número de casos (infecciones y decesos) ha ido en aumento así como el de países involucrados en su infección; tanto es así que el mismo día 24 la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que se puede estar ante una eventual Pandemia .

El caos y el pánico internacional a nivel mundial está ya más que garantizado sobre la mesa, con lo cual, el objetivo principal de las ADM se ha alcanzado con creces. Las causas de ello son varias aunque todo apunta a que se deben principalmente a la desinformación inicial china, al intento de engañar a su población y al mundo y a su incapacidad para luchar contra dicha enfermedad debido, entre otras cosas, a la cerrazón de su sistema político comunista y a las grandes lagunas de su servicio nacional de sanidad pública.

Puntos que inciden directamente en el desprestigio de una nación, que últimamente estaba creciendo demasiado en los aspectos económicos, militares y políticos en sus cada vez mayores y más consolidadas áreas interés e influencia; que además, se encontraba lo suficientemente fuerte para enfrentarse comercialmente y hasta, en algunos aspectos de forma indirecta, en ciertos conflictos denominados de la zona gris.

A la vista de lo expresado hasta este punto, para muchos observadores no quedarían muchas dudas para estimar como perfectamente lógico pensar que fueran los EEUU los que mayores beneficios pudieran sacar de una situación que desprestigiara a China; y por lo tanto, sean los norteamericanos los que pudieran estar más que interesados en provocar dicho conflicto en forma de una gran crisis sanitaria, aprovechando la gran libertad de movimientos entre países. Libertad de movimientos, aumentada por el incremento del turismo y los precios low cost de vuelos de larga distancia en esta época del año.

Otra alternativa, con menor grado de probabilidad, vendría de la mano de la propia China; país que invierte ingentes esfuerzos en mejorar sus arsenales de armas de todo tipo y que en el aspecto de la industria biológica y farmacéutica tampoco se queda a la zaga. Podría deberse a un escape o infección no buscada o querida en alguno de sus laboratorios de experimentación de este tipo de arma, lo que hubiera provocado esta expansión y sea precisamente por el total secretismo de estas investigaciones claramente prohibidas lo que les haya llevado a dichas reacciones, silencios y ocultaciones tan poco éticas, en los albores de la infección.

Pero a falta de categóricas pruebas en ambos casos, no se deben cerrar las puertas a otras hipótesis o alternativas de igual o superior categoría y en este punto entraría también Rusia. Otro país perfectamente en la línea de la investigación y desarrollo de las ADM a igual o superior nivel que los dos anteriores y que de este conflicto podría sacar pingues beneficios sin aparentemente hacer nada más que observar y callar sin protestar.

Rusia podría estar pensando en los beneficios que le reportaría una lucha sin cuartel entre China y EEUU. Países, que con mucha facilidad podrían pasar en breve del guante blanco y mantener ciertas distancias prudenciales a otras opciones perfectamente viables en la arena de la diplomacia y la geoestrategia. Sobre todo, si ninguna de aquellas fuera realmente responsable de nada, pero a consecuencia de los conflictos entre ambos sus economías y la mundial -de donde beben las propias- se puedan ir al traste y como consecuencia final quedaran hundidas una o las dos industrias nacionales sobre las nuevas tecnologías de la comunicación a pesar de las multimillonarias inversiones para el lanzamiento de sus productos y la práctica conquista del mercado mundial. Amén, del enorme desprestigio y deslocalización de las grandes industrias manufactureras en China, tal y como ya empieza a ocurrir con las grandes marcas que empiezan a huir del país que no olvidemos que aportan muchos millones a su PIB y dan de comer a millones de chinos.

En este caso, se estaría hablando de que Rusia, un país súper experto y muy aficionado al empleo de las armas químicas y biológicas de forma encubierta, las haya podido emplear en esta ocasión, tratando de derivar las fuertes sospechas hacia otro lado (EEUU) y quedándose al margen del desarrollo de la situación, tal y como, así está sucediendo.

Puede que las ideas expresadas en este trabajo no se acerquen a la realidad; incluso que hasta puedan haber sido los norteamericanos los que las hayan empleado en connivencia con Rusia para deshacerse de un compañero de viaje tremendamente molesto, que empezaba a tener mucho peso específico en el mundo internacional y que es una auténtica piedra en el zapato en el devenir de las relaciones internacionales y sus contrapesos. También podría suceder que nada de lo dicho sea verdad y todo sean unas elucubraciones de un ya añejo analista retirado, deformado de ver tantos temas y participar en la elaboración de numerosos planes de Contingencia raros, que pasan delante de sus ojos y por sus manos que, finalmente le hacen ver y encontrar sospechosos por todos los lados.
A pesar de lo anterior, lo que sí es totalmente cierto, es la vigencia e importancia de estas armas por sus grandes capacidades psicológicas y por su más que probada posibilidad de paralizar la economía mundial; posibilidad que no solo sigue vigente, sino que a la vista del desarrollo de estos recientes acontecimientos, ha adquirido un dimensionamiento descomunal.

Dimensión, que nadie jamás haya podido imaginar y que puede seguir creciendo de no llegarse pronto a pistas concluyentes para identificar el brote, su forma de transmisión y como frenar y combatir su difusión. Ya empiezan a sonar tambores, sobre una posible supresión de los JJOO; el evento deportivo más grande y esperado a nivel mundial cada cuatro años; y además, el FMI comienza a alertar de las más que seguras graves consecuencias que este fenómeno tendrá en la marcha y evolución de la economía mundial.

La desinformación y las fake news son caldos de cultivo muy propicios en estas ocasiones de desconcierto, ansiedad y pánico generalizado entre la población ávida de noticias alentadoras y de cierta orientación positiva. En momentos en los que los gobiernos se encuentran superados y los medios con su enorme capacidad de fisgonear por todos los lados, a lo que se une el incalculable poder de difusión de las redes, estas noticias prosperan por todos los rincones y tienen, si cabe, un mayor protagonismo y penetrabilidad.

Las reacciones de los países de forma individual y colectiva suelen ser diferentes en su forma, tiempo y modo de respuesta o reacción. Entidades como la OMS o la UE se encuentran bloqueadas y son incapaces de marcar unas directrices unificadas porque además, los amagos de intentos sobre posibles cierres de fronteras no son recibidos por sus socios de forma igual.
Algunos, llevan semanas viendo el problema muy lejano de sus confines y por ello lo estiman como difícil de superar; no tienen en cuenta la ya mencionada generalización, globalización y transversalidad de las cosas, los bienes y las personas que no paran de moverse a nivel mundial. Hoy en día no existen fronteras ni barreras de ningún tipo, tal y como lo demuestra el hecho de que aparte de China, países tan dispares e inconexos, de momento, como Corea del Sur, Irán e Italia estén siendo víctimas de contagios colectivos en aumento y de muertes por dicho virus.

A la vista del desconcierto y a falta de directrices generales claras y eficaces, cada país trata de adoptar sus propias medidas; unos miran para otro lado y rezan para que nunca les pueda llegar y otros los menos, sin embargo, han endurecido los controles y medidas para que los extranjeros o los propios en viajes de retorno puedan atravesar sus fronteras.
En España, originales como siempre, hemos vuelto a recurrir al viejo mantra socialista de lo bien que estamos preparados, que nuestra sanidad no solo juega en la champions league, sino que ocupamos la primera plaza nivel mundial, que estamos expectantes y en contacto con todos los países y organismos afectados y ha calificado a nuestro sistema sanitario como «absolutamente cualificado», destacando que se trabaja en la coordinación del conjunto de administraciones para alcanzar «decisiones proporcionadas y adecuadas» (declaraciones de la portavoz de gobierno tras el Consejo de ministros de hoy 25 de febrero); mientras la realidad es que no se ha tomado ninguna medida preventiva para todos los que han venido entrando en España, ni previamente a la detección de un caso comprobado ayer 25 de febrero (un médico italiano de vacaciones en un gran Hotel en Canarias y que entró ya infectado), ni se toman después de haberse comprobado este hecho.

Días antes, tras un aparatoso montaje con una docena de españoles evacuados de la zona cero de China hace unas semanas a los que, tras un penoso y largo viaje en un avión fletado por el Reino Unido, se les ingresó preventivamente -por no estar infectados- en la planta de “neurología” (17) del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla hasta su alta definitiva, tras comprobarse médicamente que en dos semanas, sus constantes vitales permanecieron constantes e intactas.

Nuestro gobierno, impasible al desaliento y aprovechando cualquier ocasión o momento para la propaganda, ha seguido dando alas y confianza a propios y extraños. Como prueba de lo dicho copio literalmente lo que un gran amigo y mejor analista, publicó hace unos días al respecto: “Con todo y con ello no hay aún motivo para preocuparse puesto que nuestro sistema sanitario es de gran calidad, según las palabras del presidente del gobierno ayer en Bruselas, y no seré yo quien dude de la palabra de un presidente. Quizás habrá que ver lo que piensan los consejeros autonómicos puesto que la competencia es de ellos o quizás pensaba el presidente en el sistema de sanidad militar sin saber –esas menudencias no son de su competencia- que por instalaciones y plantillas está hoy casi desguazado. Algo tendría en la cabeza, seguro”.

Como única medida en toda España, a nivel local, tras el brote canario, se han bloqueado a unas 1000 personas coincidentes con el enfermo en el mismo hotel canario, confinados en sus habitaciones por un tiempo aún por determinar y sin darles ninguna información ni atención sanitaria de ningún tipo. Por otro lado, como suele hacerse en estos casos, a nivel general se ha nombrado una Comisión interministerial (nada más y nada menos que con 14 ministerios implicados) al mando de la vicepresidenta Calvo .

Mientras tanto, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, que no el de Sanidad, ha anunciado esta misma mañana, en un acto para la presentación de un libro, que “España activará un protocolo para hoteles, aeropuertos y zonas de afluencia masiva por el coronavirus”, aún por definir y determinar y, del que yo sepa, no se ha hecho referencia alguna en la conferencia de la ministra portavoz tras el Consejo de ministros de hoy. A esto, nuestro gobierno, pleno de euforia fingida o más bien de la desfachatez que siempre le acompaña y caracteriza, le llama “coordinación y transparencia”. A medida que voy cerrando este pequeño trabajo, el número de infectados en España procedentes del exterior va aumentando. Veremos, si, como de costumbre, no habremos llegado tarde y mal.