A finales del siglo XIX, el inventor Narciso Monturiol fue uno de los precursores de los sumergibles

Submarino S-81 Isaac Peral, de la misma clase que su hermano, el S-82 Narciso Monturiol
Aprovechando que su puesta a flote se ha retrasado hasta el septiembre, hoy narramos la historia de este inventor y explicamos el porqué ha sido escogido para nombrar uno de los caballos de batalla de nuestra marina.
Narciso Monturiol y Estarriol, un nombre más escrito al margen de la historia, fue alumbrado en Figueras (Gerona) en 1819. Narra Antoni Roca Rosell, profesor de historia de la ciencia y la técnica, que provenía de una familia de artesanos, pero que no siguió su camino. Primero pasó por la carrera de Medicina, que abandonó, y después dirigió su vida hacia el Derecho. Aunque lo que de verdad le atraía era la ingeniería y la técnica. Viajó mucho nuestro protagonista, pero fue en Barcelona donde fundó revistas de corte socialista y republicano como ‘La Fraternidad’ o ‘La madre de familia’. La treintena le trajo consigo la pasión por la política, por lo que creó en 1848 el Partido Republicano Federal.
Su vida fue un carrusel. Se exilió y volvió a España; participó en la invención de todo tipo de artilugios como una máquina de imprimir cartapacios y otra de hacer cigarrillos; ambas, a mediados de los años cincuenta.
Dos submarinos
No sirvió de nada. Las autoridades no vieron viable el invento y declinaron su producción mediante un informe de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Pero Monturiol no estaba dispuesto a rendirse y diseñó un nuevo y mejorado sumergible, el ‘Ictíneo II’, más grande y más rápido que su primer retoño; y lo hizo, además, mediante suscripción popular, el ‘crowdfunding’ de la época.
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