La línea defensiva que se construyó junto al canal incorporaba 22 fortificaciones y 35 puntos fuertes. Cada uno de estos últimos contaba con 25 búnkeres
Tras el final de la guerra de los Seis Días (1967), Israel controlaba toda la península del Sinaí, con la excepción del puerto de Fouad. Inmediatamente, Israel se lanzó a fortificar la orilla que controlaba del canal de Suez. Los ingenieros israelíes se enfrentaron al desafío de levantar una línea de fortificaciones a lo largo de una extensión de 160 kilómetros.
La línea defensiva que se construyó junto al canal incorporaba 22 fortificaciones y 35 puntos fuertes. Cada uno de estos últimos contaba con 25 búnkeres dotados con ametralladoras de diferentes calibres, tres puestos para tanques, 24 refugios para la tropa, seis posiciones de mortero y cuatro para los antiaéreos.
Cada punto fuerte se encontraba dentro del radio de apoyo de otro. Además, la línea, que fue bautizada como Bar Lev en honor de un estratega israelí, contaba con una línea de apoyo situada a unos mil metros tras el canal, formada por posiciones de disparo listas para ser ocupadas por las unidades de blindados que se acuartelaban detrás de ellas y que podían ser desplazadas para reforzar cualquier punto si fuera necesario.

Línea de defensa de Bar-LevMicha Bar-Am
El canal de Suez tiene una anchura muy uniforme que varía entre los 180 y los 220 metros. El único punto que no se consideró necesario fortificar fue el correspondiente al ocupado por el Gran Lago Amargo (lago salado situado entre la parte norte y sur del canal y al que los árabes llaman Al-Bukayra al-Murra al-Kubra), y es que tanto los ingenieros como los estrategas consideraron que su extensión no hacía viable un desembarco significativo de tropas.
Además, los ingenieros israelíes instalaron un sistema de tuberías que desembocaban bajo el agua y que, en caso de necesidad, bombearían crudo inflamable, al que se prendería fuego para crear una cortina de llamas.
Por supuesto, la línea Bar Lev contaba con carreteras para brindar apoyo logístico, que tuvieron que ser construidas deprisa y corriendo. Pero lo que se consideraba la guinda del pastel de la gran línea fortificada era un enorme muro levantado junto a la orilla.

Penetración en una de las orillas del Canal de Suez, Guerra de Yom KippurIPPA Staff
Antes de apilar la arena, se construyeron cimientos de cemento, sobre los cuales se apilaron toneladas de arena amazacotada, lo que daba solidez a la estructura. Sobre ese muro de cemento, de entre 12 y 15 metros de ancho, se apiló la arena del desierto, bien compactada, hasta alcanzar una altura que variaba de los 20 a los 25 metros. Este enorme muro mostraba a las aguas del canal una cara en ángulo con una inclinación de 45° a 65°. Como pueden ver, y tal como expresó el propio Moshe Dayan, «la línea estaba concebida para ser una de las mejores zanjas antitanque del mundo».
Para los egipcios, el problema que planteaba atravesar la potente línea Bar Lev parecía insoluble, especialmente por el obstáculo que representaba el muro al pie de la orilla.
Lo curioso –o lo lógico– es que, si bien el mérito de la construcción de la línea Bar Lev recae en los ingenieros, la forma de atravesarla surgió de la mente de otro ingeniero, en este caso egipcio. Pero, por encima de todo, prueba la importancia de esta arma que no siempre tiene el debido reconocimiento.
En 1971, un joven oficial del cuerpo de ingenieros del ejército egipcio sugirió que, ya que el muro estaba prácticamente pegado al canal, se utilizara este contra el muro. El joven oficial, de nombre Baki Zaki Yousef, había realizado varias pruebas y concluyó que era factible atravesar el muro perforándolo con chorros de agua a alta presión, extraída mediante potentes bombas del propio canal.

Ingenieros egipcios utilizan cañones de agua para crear una brecha en el inmenso muro de arena israelí
Baki organizó una demostración delante de sus superiores, quienes quedaron muy impresionados y dieron el visto bueno para la adquisición de 300 bombas británicas que podían desplazar unas 500 toneladas de arena a la hora. Se completó con la compra de 150 bombas de fabricación alemana y del doble de potencia.
El ataque u operación Badr, como fue bautizada la ofensiva por el Estado Mayor egipcio, se inició el 6 de octubre de 1971, a las 14:00 horas, y consistió en una saturación de fuego de artillería sobre la línea israelí.
Al mismo tiempo que se iniciaba el ablandamiento y distracción con la artillería, las primeras unidades egipcias que se desembarcaran sellarían con cemento las bocas de las tuberías para evitar que vertieran el líquido inflamable, mientras los ingenieros acercarían a la orilla pontones en los que estarían colocados los cañones de agua y las bombas de extracción, y procederían a atacar con los cañones de agua el muro de arena. El ataque se realizó en 81 puntos diferentes, y cada uno contó con un grupo de ataque consistente en una agrupación de cinco bombas (tres británicas y dos alemanas).
El Estado Mayor egipcio calculaba que el cruce de la línea podría costarle unas diez mil víctimas mortales, y bastantes más heridos, pero estaba dispuesto a pagar el precio. Gracias al ingenio de Baki Zaki Yousef, esto solo costó 208 vidas. Pero también acababa de empezar la que se conocería como la guerra del Yom Kipur, y no les fue demasiado bien a los egipcios. Pero eso ya es otra historia.
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