“EXÁMENES DE INGRESO EN LA GUARDIA CIVIL”

Rosalina MorenoRedactora jefa

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Opositores a la Guardia Civil impugnan el examen de ortografía tras ser declarados «no aptos» por la palabra «chavola»

Por señalar como incorrecta esta palabra, al considerar que se escribe con “b” y no con “v”

Han interpuesto un recurso de alzada, asistidos por la firma Legal Oposiciones. (Imagen: Guardia Civil)

 

La prueba de ortografía de las oposiciones a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado vuelve a estar en la picota. En esta ocasión, un grupo de opositores a la Escala de Cabos y Guardias de la Benemérita han impugnado la prueba del pasado mes de octubre tras ser declarados «no aptos» por señalar como incorrecta ortográficamente la palabra “chavola”, ya que entienden que lo correcto es escribirla con “b” y no con «v».

Según las bases de la convocatoria, tenían que indicar si las palabras subrayadas de la siguiente frase tenían o no falta ortográfica: El sexagenario habitaba en una chavola inmunda. Las palabras subrayadas eran sexagenario, habitada, chavola e inmunda.

Este grupo señaló la palabra “chavola” como incorrecta, e inicialmente el Tribunal Calificador también lo hizo. En la página web de la Guardia Civil publicó en octubre la plantilla con esa palabra como incorrecta, pero en noviembre la modificó dándola por buena.

Los opositores afectados denuncian que «sorpresivamente, y quizás por las presiones de alguna academia, se modificó esa plantilla dando por válida la palabra, argumentando el Tribunal calificador que esta aparece en el Diccionario de la Lengua Española», según declaran a este diario.

La oposición consta de una prueba de conocimientos teórico-prácticos: ortografía, gramática, conocimientos generales y Lengua inglesa; de una prueba psicotécnica: aptitudes intelectuales y perfil de personalidad; y por último, de un ejercicio de aptitud psicofísica, que consta de una prueba física, una entrevista personal, y un reconocimiento médico.

Cada una de ellas es eliminatoria, por lo que al fallar ésta fueron eliminados del proceso.

Los aspirantes afectados han puesto el caso en manos del despacho Legal Oposiciones, especializado en procesos selectivos, y han interpuesto de forma individual un recurso de alzada ante la Guardia Civil, al que acompañan un informe pericial de un filólogo, Antonio Martín Fernández, que señala que la palabra es incorrecta con «v».

En el recurso solicitan que se una dicte resolución acordando la nulidad del acuerdo del Tribunal Calificador por el que se aprueba esa plantilla, o la subsidiaria anulabilidad y, en consecuencia, que se retrotraigan las actuaciones para que se vuelva a corregir el ejercicio con esa palabra como incorrecta, «con todos los efectos legales, económicos y administrativos correspondientes en caso de que finalmente supere el proceso selectivo».

Asimismo, «sobre la base del principio de transparencia y del derecho de acceso al expediente», reclaman que se faciliten las Actas del Tribunal Calificador referidas a dicha prueba, en las que deberán constar, en su caso, las razones del cambio de plantilla que se denuncia.

Ahora, el general jefe de la Jefatura de Enseñanza de la Guardia Civil dispone de un plazo de tres meses para resolver los recursos.

De ser estimados, los recurrentes continuarán con el proceso selectivo. Si no se estimaran, el siguiente paso de los opositores sería interponer un recurso contencioso-administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM).

«La Guardia Civil tiene ahora la oportunidad de remediar el error que ha cometido el Tribunal Calificador al dar por correcta esa palabra, y evitar los daños y perjuicios que supone para los afectados el tener que ir a los tribunales a que se haga justicia, más luego el derroche de dinero público que también gastará la administración si es condenada, porque ellos van a reclamar las retribuciones dejadas de percibir», señalan a este diario desde Legal Oposiciones, firma que dirigen Cristina Moscoso del Prado e Ignacio Ucelay Urech. Este despacho fue el que consiguió anular las lentes intraoculares como causa de exclusión en la Policía Nacional y la Guardia Civil.

La anterior polémica se dio en la Policía Nacional. Tras un largo periplo judicial, el alto tribunal de Madrid dio la razón a centenares de aspirantes a este Cuerpo que consideraban correctamente escritas las palabras “ciberataque”, “LGTBI”, ˝reditar” y “preminente”, lo que ha supuesto que muchos de ellos hayan conseguido finalmente su plaza después de varios años.

LAS CONCLUSIONES DEL EXPERTO SOBRE LA PALABRA «CHAVOLA»

El experto Antonio Martín expone en su informe pericial, tras evaluar los contextos en los que se valora la palabra y después de analizarla con distintas herramientas lingüísticas y criterios, que «todos los ejercicios podían resolverse usando los conocimientos básicos de ortografía requeridos en la formación primaria y secundaria del sistema educativo español en el que se han formado los candidatos».

Añade que el criterio para validar como correcta la palabra «chavola» no puede basarse solo en que esté registrada en el Diccionario de la Lengua Española, «dado que el tribunal ha usado este mismo criterio para aceptar una palabra y rechazar otra en las mismas pruebas».

También destaca que la propia RAE y la Fundéu «rechazan su uso»; que «no aparece en ningún otro diccionario de referencia»; y que palabras derivadas de ese término siempre usan la forma correcta «chabola» en todos los diccionarios consultados.

Asimismo, indica que la frecuencia de uso confirma lo expuesto por la RAE y la Fundéu: «El término ‘chabola’ es el que aparece en todos los textos, a excepción de algunos registros del término ‘chavola’». «Estas excepciones que se han localizado pertenecen fundamentalmente a tres razones que la alejan de ser correcta: a periodos históricos en los que pudo existir alguna vacilación y quedaron registradas como erratas; a erratas por confundir esta palabra con un topónimo; y por su aparición como erratas en textos en gallego y leonés», apunta.

En base a lo anterior, afirma que la palabra «chavola» entra dentro de la clasificación de errores por dominante grafofónica. «Todos estos datos indican que no existe una alternancia constatable en la producción escrita en español entre los términos ‘chabola’ y ‘chavola’, por lo que es muy improbable que cualquier persona con competencia básica y avanzada en el idioma español haya encontrado un texto escrito con el término ‘chavola’ que lo pueda dar por válido. Por esta razón, las personas que marcaron esta palabra como incorrecta respondían a lo que su competencia léxica confirmaba: que esta palabra, que no está sujeta a las normas ortográficas de la b/v, ni a sus excepciones, debería resolverse por el aprendizaje previo que hubieran tenido», argumenta.

Y concluye que los datos objetivos señalados en este informe «demuestran, sin ningún género de duda, que su competencia léxica es correcta y acertaron al marcarla como incorrecta».