Una delegación del país norteafricano visitó la sede del CIFAS, tomó imágenes en zonas reservadas y se han publicado en varias páginas web
Los servicios de inteligencia e información intentan proteger todo lo posible la identidad de sus miembros, y son muy reacios a facilitar que se conozcan datos de su estructura interna, de sus instalaciones… Así suele ocurrir también en el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS), que facilita inteligencia militar a la ministra de Defensa y a las autoridades militares.
Son muy pocas las notas de prensa y publicaciones oficiales que informan de las actividades del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas.
Por eso, ha llamado la atención que páginas web de Libia hayan publicado varias fotografías de la visita que realizó a la sede del CIFAS, cerca de Madrid, una delegación del servicio de inteligencia militar libio, encabezada por su director.
Visita de la inteligencia militar libia al CESEDEN
La visita tuvo lugar en torno al 12 de febrero. Ni la web ‘central’ del Ministerio de Defensa, donde se informa de las actividades de la ministra y de los altos cargos, ni la del Estado Mayor de la Defensa (donde se integra el CIFAS) se hicieron eco de ello.
Sí se publicó una breve nota, acompañada de algunas fotos, en la página del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN). Situado en Madrid, es el principal centro docente militar conjunto, y en él se imparten los cursos de altos estudios de la defensa: el Curso de Estado Mayor, el curso para ascender a oficial general, el Curso de Altos Estudios de Inteligencia de la Defensa…
“Visita del CIFAS de Libia”, se puede leer en la web del CESEDEN: “El día 12 de febrero tuvo lugar la visita de varios componentes del CIFAS de Libia en el CESEDEN. A esta visita asistieron representantes de los diferentes departamentos del CESEDEN con la intención de mostrar a los asistentes de la visita que es lo que hacen en sus diferentes áreas. Una vez más el CESEDEN se establece como un referente a nivel internacional tanto para visitas como intercambio de conocimientos en el ámbito de la Defensa”.

El director de la inteligencia militar de Libia llega al CESEDEN (Firma: CESEDEN).
En las fotos se ve a al menos siete uniformados libios, que son recibidos en la sede del CESEDEN, situada en el Paseo de la Castellana (Madrid), por el general de brigada Juan Ramón Sabaté Aragonés, jefe de Estudios de la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas, y por varios coroneles.
No es raro que mandos de un servicio de inteligencia militar visiten el CESEDEN, ya que en este centro se imparte el citado curso de inteligencia, y también se organizan cursos para generales y oficiales extranjeros, de países con los que España y las Fuerzas Armadas tienen buenas relaciones. Además, en la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas existe un Departamento de Inteligencia.
Fotos publicadas en Libia
La delegación del “CIFAS de Libia”, como se cita al centro de inteligencia militar libio, no viajó a Madrid sólo para visitar el CESEDEN.
También se trasladó a la sede del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, que se encuentra en la base de Retamares, en Pozuelo de Alarcón. Esa visita no se recogió en ninguna web corporativa del Ministerio de Defensa.
Confidencial Digital ha podido encontrar varias páginas libias que sí se hicieron eco del encuentro entre los directores del CIFAS español y de su homólogo de Libia.
Medios de comunicación estatales y privados, tanto en sus webs como en redes sociales, publicaron noticias sobre el encuentro del general Mahmoud Hamza, director de la inteligencia militar de Libia, con el teniente general Antonio Romero Losada, director del CIFAS.
En esas páginas libias se difundieron fotografías hechas en la sede del CIFAS. La que encabeza esa noticia muestra a los directores de ambos servicios de inteligencia militar, con las banderas de España y de Libia.
En otra imagen aparecen los dos directores, acompañados de sendos mandos militares de los dos servicios. Se tomó en el despacho del teniente general Antonio Romero.
Una tercera fotografía recoge una reunión entre las dos delegaciones. Por el lado libio se sentaron el general Hamza y sus acompañantes, pero por el lado español no estaba el director del CIFAS, teniente general Romero, sino otro general (el que aparecía en la foto anterior en el despacho del director), acompañado de al menos otros cuatro militares españoles.
Sorpresa por desvelar identidades
“No es normal que un servicio de inteligencia deje que le hagan fotos a sus analistas”. Así lo indican fuentes militares consultadas por Confidencial Digital, que están al tanto de la visita al CIFAS de la delegación del servicio de inteligencia militar de Libia.
La reacción, al ver que las citadas están publicadas en Internet, en webs libias accesibles a cualquiera, ha provocado sorpresa, inquietud e indignación entre miembros de la inteligencia militar española.
Hablan de “vergüenza”, por el hecho de que la dirección del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas no vele de forma más estricta por proteger la identidad de sus miembros: por su seguridad y la de sus familias.
La identidad de los miembros de los servicios de inteligencia e información suele permanecer oculta, y se intenta que no se difunda. Algunos servicios españoles son especialmente insistentes en este empeño, y no dudan en pedir que se retiren ciertos nombres de personas, cuando en publicaciones en internet se menciona su relación con la inteligencia.
Suelen dar la cara los máximos responsables: la directora del CNI, si acaso el secretario general; el comisario general de Información de la Policía; el general jefe de Información de la Guardia Civil; y el director del CIFAS, habitualmente. En el CNI, por ejemplo, la identidad del responsable de la Dirección de Inteligencia, y de todos los cargos y miembros del centro, es información clasificada con el máximo nivel, ‘Secreto’.
Si acaso, en ciertas ocasiones muy contadas acude algún cargo intermedio de esos servicios a un acto público, conferencia, congreso especializado… o publica algún artículo en alguna revista interna. Pero son personas con muy poca o nula exposición pública.
Se considera que ocupan cargos muy sensibles, y se trata de garantizar tanto su seguridad (y la de sus familiares) como la del servicio de inteligencia en el que trabajan.
Que otro servicio de inteligencia conozca la identidad de cierto alto cargo, analista o agente de cargo puede permitir que ese otro servicio trate de localizarle, seguirle para ver con quién se reúne, contactar con él para ofrecerle que les pase información, obtener información sobre él para chantajearle…
En las Fuerzas Armadas se toman medidas de precaución con el personal del CIFAS. Sus nombres no aparecen en el directorio o listín de teléfonos del Ministerio de Defensa, y cuando son destinados a la estructura del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, la publicación del destino aparece ‘enmascarado’ en el Boletín Oficial del Ministerio de Defensa, por seguridad.
Se les autorizó a hacer fotos con sus cámaras
Confidencial Digital se puso en contacto con el Estado Mayor de la Defensa, como estructura responsable del CIFAS, para plantear algunas preguntas sobre esta visita de miembros de la inteligencia militar libia a España.
Ante la pregunta de si “el CIFAS o el Estado Mayor de la Defensa autorizaron al servicio de inteligencia militar de Libia a difundir públicamente esas fotos”, la oficina de comunicación del Estado Mayor de la Defensa respondió que “no se les denegó”.
El Estado Mayor de la Defensa también contestó que difundir en Internet imágenes en las que se identifica a miembros del CIFAS “no” supone ninguna vulnerabilidad de seguridad.
Confidencial Digital preguntó si en estas reuniones participaron el responsable de una de las tres subdirecciones que dependen del director del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas; miembros de alguna unidad con presencia en Libia, como la Unidad Humint; y analistas de inteligencia dedicados al área del norte de África y del Sahel.
Las respuestas de la oficina de comunicación fueron tres negativas.
Protesta interna
Sin embargo, las fuentes consultadas por Confidencial Digital apuntan que la reunión vino propiciada por la relación que la Unidad Humint (inteligencia de fuentes humanas), que despliega en ciertas zonas de operaciones de las Fuerzas Armadas y en otros países de interés para la inteligencia militar, mantiene con el servicio de inteligencia militar de Libia.
Y se reafirman en que, en las imágenes, se ve a analistas de un área concreta dentro de la estructura del CIFAS, con el coronel que manda el área.
Sobre el general que aparece en las fotos, en al menos una de ellas se puede leer con claridad su apellido, en la ‘galleta’ identificativa del uniforme. Una simple búsqueda en Internet con el apellido, su empleo y su cuerpo de procedencia permite identificarle y confirmar, sin lugar a dudas, que es subdirector del CIFAS, ya que en algunos actos militares sí ha sido presentado como tal.
Las fuentes consultadas aseguran que este general ocupa un puesto “tremendamente sensible en cualquier servicio de inteligencia”.
Aseguran, además, que la toma de las fotos no sentó bien a algunos de los presentes. Apuntan que un jefe de área llegó a mostrar su disconformidad, y lo ven lógico: “¿A que no salen fotos de miembros del CNI ni de los servicios de información de la Policía y la Guardia Civil?”, comentan.
Sin embargo, el director, el teniente general Romero, quitó importancia al asunto y pidió no mostrarse “descorteses” con los visitantes llegados de Libia.
No hubo fotos de visitas del rey y de la ministra
“El Estado Mayor de la Defensa nunca hace fotos de estas reuniones en el CIFAS”, aseguran militares conocedores de estos asuntos.
Sólo se han hecho algunas excepciones, con motivo de visitas institucionales del más alto rango, como cuando han acudido el rey o el ministro de Defensa. Y en esos casos, se han publicado sólo fotos “controladas”.
Felipe VI ha hecho al menos dos visitas públicas al CIFAS. En 2016 recorrió la base de Retamares y sus distintas unidades, incluido el CIFAS. Sin embargo, en la galería de fotos y en el vídeo difundidos por la Casa del Rey no hubo ni una sola imagen del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas.

El JEMAD, el rey Felipe y el general Romero, en una visita a la Unidad Humint (Firma: Casa de S.M. el Rey).
El rey volvió en enero de 2022, ya sólo para conocer la actividad del servicio de inteligencia militar. La Zarzuela publicó en su página web un vídeo y varias fotos. Pero únicamente se ve a don Felipe, al JEMAD y al general Romero pasar revista a un piquete de honores.
El vídeo acaba cuando la comitiva accede al edificio, que es el propio de la Unidad Humint. Según se cuenta en círculos de la inteligencia, con ocasión de esa visita del rey se publicó alguna foto del edificio, con el escudo propio de la unidad, que a posteriori se pensó que era mejor no difundir y se llegó a retirar.
Lo mismo pasa con el CNI. Robles se reúne con cierta frecuencia con los responsables del Centro Nacional de Inteligencia, en la sede central del servicio, pero en la mayoría de las ocasiones no se difunde información ni fotos del encuentro. Cuando se hace, sólo aparecen la directora y el secretario general.
Cuando, en 2012, estuvo en el CIFAS el ministro Morenés, la nota sólo mencionó al entonces JEMAD, y en las fotos sólo aparecían el Jefe de Estado Mayor de la Defensa y dos mandos sin identificar.
La excepción fue una visita que realizó en 2021 el JEMAD, almirante general Teodoro López Calderón. En esa ocasión el Estado Mayor de la Defensa sí proporcionó fotos en las que se ve a varios mandos del CIFAS. Pero, por la pandemia del coronavirus, todos llevaban el rostro medio oculto por las mascarillas, y la calidad de las fotos dificulta identificar nombres en las ‘galletas’.
Se les puede encontrar por Linkedin
Las fotografías difundas en Libia revelan información de distintos tipos: además de los rostros de algunos analistas y cargos intermedios del CIFAS, cualquiera puede ver algunos otros apellidos, así como el empleo que ostentan esos militares.
Con esos datos, Confidencial Digital no tuvo dificultades en encontrar el perfil de Linkedin de uno de ellos. Se trata de un oficial que en esa red social profesional no revela que trabaja en el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, pero sí se presenta como militar destinado en el Estado Mayor de la Defensa y responsable de coordinar un equipo de “análisis geoestratégico”.
Aunque pueda parecer una precaución excesivamente paranoica, servicios de inteligencia rivales consiguen así contactar con militares para intentar convertirlos en fuentes de información. No es una hipótesis, sino una realidad que lleva años preocupando a los servicios de inteligencia de los países de la OTAN.
Especialmente activos en realizar acercamientos por redes sociales como Linkedin son los espías chinos, que así tratan de captar funcionarios estatales y militares de países occidentales. Les interesan sobre todo los que están destinados en cuarteles generales de la OTAN.
Hace un año, la Armada dio la voz de alarma y reclamó a sus miembros que revisaran sus perfiles en Linkedin y borraran la información que identifica con demasiada precisión su unidad de destino.
“Como paso previo a la obtención de información las agencias necesitan identificar a las personas (objetivos) susceptibles de ser captados a través de la búsqueda y análisis de las redes sociales, mediante el uso combinado de algoritmos e inteligencia artificial, que se encuentran al alcance de cualquier agencia de inteligencia por modesta que sea”, avisó la Armada.
Uno de los ámbitos de más interés para las agencias de inteligencia, tanto las “aliadas” como las “potencialmente hostiles”, es la defensa, y dentro de ese ámbito, “la información relacionada con la OTAN, inteligencia militar y el empleo de las tecnologías de la información (inteligencia artificial, gestión de redes informáticas, ciber, etc.)”.
Zona de Acceso Restringido (ZAR)
Que miembros de otro servicio de inteligencia hicieran fotos a cargos, analistas y miembros del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, y que se hayan publicado en Internet, no es el único motivo de inquietud en ámbitos de inteligencia.
Los lugares donde se hicieron las fotos y los dispositivos con los que se tomaron también preocupa.
Confidencial Digital preguntó si “algunas de las fotografías se tomaron en despachos y salas de reuniones que entendemos que estén consideradas como Zonas de Acceso Restringido (ZAR)”, la contestación, de nuevo, fue “no”.
En las bases militares, cuarteles y edificios de la estructura del Ministerio de Defensa, existen ciertos espacios que se protegen especialmente para que allí se pueda manejar información clasificada.
Las Zonas de Acceso Restringido (ZAR) son lugares donde se almacena o maneja información clasificada, normalmente de grado ‘Confidencial’ o equivalente, o superior. Deben estar oficial y formalmente acreditadas por la Oficina Nacional de Seguridad. Pueden ser de Clase I o Clase II, con distintos niveles de seguridad.
Los equipos informáticos en los que se reciben, envían y trabajan documentos clasificados se encuentran en zonas ZAR.
Las salas en las que se celebran reuniones de altos mandos también suelen clasificarse como ZAR. Eso exige ‘blindar’ ese cuarto con puertas especiales, sistemas de acceso con identificación, materiales para insonorizar las paredes, revisiones para detectar si hay micrófonos ocultos y otros sistemas de captación de información…
Los móviles, vetados
Las normas de seguridad de las instalaciones y seguridad de la información en el Ministerio de Defensa prohíben que en las Zonas de Acceso Restringido de Clase I se acceda con cualquier teléfono o dispositivo móvil.
El CIFAS ocupa varios edificios en la base de Retamares, donde también tienen sus oficinas otros órganos del Estado Mayor de la Defensa, como el Mando de Operaciones y el Mando Conjunto del Ciberespacio.
Las fotografías difundas en Libia se tomaron en el despacho del director del CIFAS, y en una sala de reuniones. Ambos espacios se encuentran en el edificio de dirección del CIFAS.
Personas conocedoras de cómo funcionan estos protocolos aseguran que todo el edificio de dirección del CIFAS es Zona de Acceso Restringido, y que por tanto tienen esa consideración tanto el despacho del general Romero como la sala de reuniones en la que se sentaron las dos delegaciones.
El hecho de que el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas permitiera al servicio de inteligencia militar de Libia introducir, aunque fuera “puntualmente”, dispositivos tecnológicos en esas zonas, sobre todo en el despacho del director, ha dejado estupefactos a las fuentes consultadas por Confidencial Digital.
Barridos en busca de micrófonos espía
Especial sorpresa provoca el caso del despacho del director, que a priori es uno de los lugares más protegidos de las instalaciones del CIFAS, si no el que más.
Eso explica que con bastante frecuencia se realicen allí inspecciones que se conocen por las siglas TSCM: “Technical Surveillance Counter-Measures” o contramedidas de vigilancia técnica.
El CIFAS dispone de una serie de aparatos que son capaces de detectar si existen micrófonos o cámaras ocultas y en miniatura en las paredes, techos, muebles de un despacho o sala, si se ha pinchado un teléfono, y si hay cualquier otro dispositivo escondido que emita ondas hacia el exterior.
Otros organismos, como la Comisaría General de Información de la Policía y el Departamento de Seguridad de Presidencia del Gobierno, entre otros muchos, también realizan barridos en busca de micrófonos ocultos.
Cabe añadir que en una fotografía difundida en Libia se aprecia cómo en el despacho del director del centro hay material criptográfico, también muy sensible y muy protegido.
Hay que señalar que en la mayoría de edificios de la base de Retamares (Mando de Operaciones, Mando Conjunto del Ciberespacio) se impide entrar con teléfonos móviles. Existen casilleros o consignas en la entrada, donde se depositan los dispositivos electrónicos, bajo llave, hasta que los dueños salen y se les devuelven.
Se trata de una precaución básica, ya que un teléfono móvil en un espacio donde se maneje información clasificada puede ser un punto de fuga de información. También en el CIFAS se suele cumplir esa norma, y no se meten teléfonos móviles en despachos.
Del CNI a tiendas de alto nivel
Este encuentro de febrero entre el general al mando de la inteligencia militar de Libia y el director del CIFAS es el primero entre ambos servicios, al menos en los últimos años y a ese nivel.
El Estado Mayor de la Defensa confirma que es la primera vez que una delegación de la inteligencia militar libia visita el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas. Por ahora, ni el general Romero ni otros mandos españoles han viajado a Libia para estrechar esa relación.
También asegura el Estado Mayor de la Defensa que, aparte de con el director del CIFAS y con mandos del CESEDEN, la delegación libia no se reunió con otros mandos de esa estructura conjunta.
Algunas fuentes aventuran que lo más probable es que el viaje de los militares libios a Madrid incluyera también una visita al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), en su sede a las afueras de la capital.
Consultado por Confidencial Digital, el CNI no confirma ni desmiente esa visita, acogiéndose a la regulación del centro que protege la información sobre sus actividades.
Así ocurrió cuando pasó unos días en Madrid el director del Directorio Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania, el servicio de inteligencia militar. El teniente general Kyrylo Budanov vino a España acompañado de su esposa y de un grupo de mandos de su servicio.
Ese programa no oficial, de ocio, así como el alojamiento y otras cuestiones “de intendencia”, provocaron tensiones en el CNI, el CIFAS y en la Policía Nacional, que tenía que garantizar la seguridad de la delegación ucraniana, cuyo director está en el punto de mira de los ataques aéreos e intentos de asesinatos selectivos por parte de Rusia.
Encuentros que no se publicitan
El caso del servicio de inteligencia militar de Ucrania es otro ejemplo de que las visitas entre responsables de estas unidades se llevan con el máximo sigilo, y no suelen publicitarse: antes, por supuesto que no, pero tampoco a posteriori.
El Estado Mayor de la Defensa nunca informó de la visita de la delegación ucraniana: la reveló públicamente Confidencial Digital.
Tampoco ha revelado otras visitas similares, ni los viajes que realiza el director del CIFAS para reunirse con sus homólogos.
Por ejemplo, en septiembre de 2024 el teniente general Romero se trasladó a Eslovaquia, donde las Fuerzas Armadas acababan de empezar una nueva misión de la OTAN. Allí se reunió con el máximo responsable de Vojenské spravodajstvo (en español, inteligencia militar), el órgano equivalente al CIFAS pero en la estructura del Ministerio de Defensa y las fuerzas armadas eslovacas.
Sin embargo, no viajó a Líbano cuando lo hizo Margarita Robles en enero de 2025, mientras que en la delegación española sí estaba Esperanza Casteleiro, la directora del CNI.
En general, como se ha indicado, no se difunde la actividad del CIFAS y de su director. Una búsqueda en la web del Estado Mayor de la Defensa apenas da resultados: un acto sobre satélites al que acudió el anterior director, la propia toma de posesión del general Romero en 2019, un viaje que hizo para reunirse con sus homólogos de la OTAN…
Guerra civil, milicias y militares españoles
Ya se ha indicado antes que Libia es un país de interés para los servicios de inteligencia españoles.
Por ejemplo, el agente del CNI acusado de haber filtrado información clasificada a Estados Unidos estuvo destinado en Somalia, y participó con un grupo de expertos en la elaboración de un informe de Naciones Unidas sobre la situación en Libia tras la caída de la dictadura de Gadafi.
Sin embargo, Libia se precipitó en una guerra civil que ha fragmentado el país en varios territorios, controlados por diferentes facciones.
Ese es un asunto que afecta colateralmente a las Fuerzas Armadas, porque algunas milicias de Libia han recibido adiestramiento de extranjeros, y entre ellos hay militares españoles en excedencia.
A eso se suma que empresas españolas con intereses en Libia, como Repsol, cuentan como personal de seguridad con ex militares o ex miembros de los servicios de inteligencia.
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