Hay un chascarrillo que circula en los cada vez más numerosos foros de defensa que se celebran en España desde el renovado interés en el sector. «A ver si la próxima vez que nos vemos hemos firmado algún contrato», bromean los directivos a la espera de que la Administración coja velocidad de crucero y empiece a adjudicar los contratos prometidos.
Si uno mira el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa los contratos que han salido a concurso siguen siendo tirando a escasos, algo que se esperaba para el sector. Muchos se adjudicarán de forma directa a Indra, Navantia o Airbus, tal y como vienen reflejando los proyectos de reales decretos que ha ido sacando el Ministerio de Industria para concederles pagos directos para elementos reflejados en los Programas Especiales de Modernización como puede ser en el caso de la naviera los relacionados con el Buque de Acción Marítima de Inteligencia de 105 millones o los proyectos de nuevas tecnologías para plataformas marítimas anfibias.
Aunque el Gobierno no desglosa por contratos las partidas de gasto en ejecutar, si se excluyen partidas para fondos de inversión o ayudas tecnológicas, solo en nuevas tecnologías y armamento tiene que completar un gasto de más de 4.000 millones de euros antes de que acabe el año. Esta cantidad se debe repartir en más de una veintena de programas, lo que obliga a una media de más de un megacontrato semanal y 200 millones adjudicados cada siete días, que se suman a la actividad ordinaria del Ministerio de Defensa.
En esta lista, tienen especial peso los programas especiales de modernización, la mayoría de ellos enfocados a la ciberseguridad, un ámbito en que el Ministerio de Defensa ha sacado recientemente a licitación un acuerdo marco de más de 230 millones de euros para protección global de la Infraestructura Integral de Información para la Defensa. Es una pequeña parte de una serie de contratos que incluye varios contratos de conectividad multidisciplinar, así como varios sistemas de formación y entornos relacionados con la ciberseguridad para instituciones que van desde Incibe al Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
En el horno están también los nuevos contratos de los programas que han tenido que desvincularse de la tecnología israelí. El más cercano es el de la adquisición de las nuevas radios tácticas de defensa donde ha irrumpido con fuerza la finlandesa Bittium tras firmar un acuerdo con Indra, si bien el CEO de la empresa española, José Vicente de los Mozos, tampoco quiso dar por cerrada la candidatura conjunta en la última presentación de resultados de la compañía.
«Estamos hablando con varias empresas. Con la que hemos firmado un acuerdo de intenciones y lo que estamos estudiando es con Bittium y, a partir de ahí, iremos viendo como avanzamos en los próximos meses», aseguró el directivo durante esta presentación.
El otro elemento de relevancia es la compra de nuevos vehículos terrestres, un sector en ebullición en España tras las tensiones en torno al consorcio Tess Defence y la creación de Indra Land Vehicles, una filial independiente de la empresa que aspira a adjudicarse los nuevos contratos para el sector en clara competencia con Santa Barbara Sistemas, antaño su socia en el consorcio Tess Defence.
A concurso saldrá la adjudicación de al menos dos programas de vehículos más: la artillería autopropulsada sobre ruedas (ATP Ruedas) y la propulsada sobre cadenas (ATP Cadenas), dos programas para proveer 86 y 128 vehículos que tendrán un presupuesto de 1.181 y 1.821 millones de euros hasta 2031.
el gigante parado
España no es el único país donde se espera que septiembre sea el comienzo de un rearme a gran escala. En Alemania, el relevo al frente del Gobierno y la entrada del partido conservador de Friederich Merz han causado una pausa en el ritmo habitual de adjudicación, que, por ejemplo, han causado que la empresa local Rheinmetall no fuera capaz de cumplir las expectativas que había prometido al mercado en ventas y beneficios operativos.
«El retraso en aprobar el presupuesto federal tras el cambio de Gobierno por las nuevas elecciones combinado con la cumbre de la OTAN en junio ha retrasado la firma de órdenes de contratación», señala en sus cuentas el gigante alemán, que ya cuenta con una masa de 63.000 millones en contratos a entregar en los próximos años y mantuvo sus previsiones el presente ejercicio con el objetivo de apaciguar el mercado.
España debe licitar 200 millones semanales para llegar al 2,1%