«La escalada entre Israel e Irán se puede dar por terminada»
Francisco Rubio Publica «Guerra S.A. La privatización de los conflictos armados»
El coronel afirma que Ucrania no está en condiciones de ganar a Rusia
Francisco Rubio Damián (Madrid, 1959) es un experimentado analista en seguridad internacional. Coronel en la reserva del Ejército de Tierra, es autor de varios libros como «Modelo de intervención exterior de la Unión Europea» y «La guerra de los robots. Cómo la tecnología está cambiando los conflictos armados». Ahora publica «Guerra S.A. La privatización de los conflictos armados» (Espasa), en el que analiza la configuración de las compañías mercenarias, las ventajas de las empresas militares privadas y la responsabilidad de los gobiernos que las contratan.
¿Midió Irán su ataque a Israel al milímetro para evitar la guerra?
Irán hizo lo que tenía que hacer después de recibir un ataque a su consulado en Damasco. Aunque la respuesta fue muy espectacular, Irán no tenía intención de hacer un daño físico y humano, porque eso hubiera significado una escalada. Teherán tenía que dar una imagen ante la población iraní y, en parte, ante la comunidad internacional. Por su parte, Israel ha hecho lo que tiene socios muy solventes en Estados Unidos, en Reino Unido, y en Jordania, con el que comparte un enemigo común, en este caso Irán.
¿Podemos dar por cerrada la es calada o posibilidad de guerra abierta entre Israel e Irán tras el ataque limitado israelí sobre Isfahán?
La escalada se puede dar por terminada, lo que no significa que pueda haber otras crisis entre Israel e Irán a través de fuerzas delegadas o «proxies» en cualquier momento con Hizbulá o los palestinos de Hamás. El ataque israelí no ha tenido intención de hacer daño, lo que permite a Teherán no volver a responder.
Ucrania se queja de que Occidente no defiende Ucrania igual que lo ha hecho con Israel.
Es que no es factible porque lo que pide Zelenski es la intervención directa de fuerzas de la OTAN en Ucrania, lo que supondría un enfrentamiento directo con Rusia. Esto no se ha dado ni en la Guerra Fría ni en otras guerras como la de Vietnam y Corea. La OTAN siempre se ha abstenido de participar de forma directa. Lo que sí puede haber es un apoyo, como el que están dando EE UU y la UE, pero nunca participar directamente. Lo que pide Zelenski es una utopía y daría paso a una generalización de la guerra. Eso es lo que están evitando las dos partes desde 1949.
¿La alternativa es una derrota de Ucrania?
La alternativa es un acuerdo. Esta guerra acabará, como acaban todas las guerras, en un acuerdo. El mundo occidental no puede consentir una derrota ucraniana porque sería un fracaso desde el punto de vista de nuestra seguridad que Rusia gane la guerra. El problema es que Ucrania no está en condiciones de ganar. Por tanto, se llegará a punto en el que ambas partes consideren un mal menor llegar a un acuerdo. La dificultad está en definir cuál es ese punto.
¿Ese acuerdo supone que Ucrania pierda territorio?
Muy probablemente. Hay territorios que Ucrania ya ha perdido desde 2014. Llegar a una especie de de acuerdo sobre esos territorios perdidos en 2014, no los perdidos en 2022, podría suponer no ceder demasiado para Ucrania. Para Rusia sería una forma de consolidar la situación de 2014, que no dejó de ser una invasión y que no está admitida por el conjunto de la comunidad internacional.
En su libro habla de la privatización de la guerra. ¿Qué significa exactamente?
Consiste en externa liz ar con empresas privadas tareas que hacen los militares, muchas de ellas en conteníaque hacer. Ha demostrado que flictos armados, desde cuestiones de logística, distribución, mantenimiento, elaboración de inteligencia y obtención de información. Todo menos la de participar directamente en una guerra, prohibido por el Derecho internacional.
¿Hay empresas de seguridad que han participado en guerras de forma ilegal?
Además de Wagner, en Estados Unidos está la antigua Blackwater, que luego cambió de nombre a Academi, y que participó en combates con la CIA tal y como quedó demostrado en una investigación del Congreso de Estados Unidos. La diferencia entre Blackwater y el Grupo Wagner es que a los primeros les contrata un estado que es una democracia consolidada. La CIA contó con Blackwater en Irak y Afganistán porque la CIA no tiene capacidad para organizar la seguridad de sus cuarteles generales fuera de Estados Unidos, pero poco a poco acabaron participando en las operaciones militares o pseudo militares de la CIA. También hay una empresa militar privada que se llama Malhama Tactical que vende sus servicios de combate al yihadismo. Son excepciones. La inmensa mayoría de empresas de seguridad actúan dentro de las leyes.
¿Es África el principal escenario de actuación de estos grupos?
En África, la nueva Wagner, que pertenece al Ministerio de Defensa ruso, está presente en varios países en los que se ha ido desplazando la influencia europea en aras de la influencia rusa. Los gobiernos de países como la República Central Africana o Mali creen que Wagner es mucho más efectivo porque suele participar sin escrúpulos. Proporcionan seguridad a los gobernantes de estos países, entrenan y asesoran militar mente, pero también participan en solitario o con los ejércitos de estos países en combates contra las facciones yihadistas.
Lo que pide Zelenski es una utopía y daría paso a una generalización de la guerra»
Fuente:
https://lectura.kioskoymas.com/la-razon/20240422