La revista Armas y Cuerpos, de la Academia General Militar, publica entre interesantes articulos sobre el desarrollo de la vida academica, etc. un interesante articulo sobre la operación militar de Israel contra instalaciones y recursos de Iran firmada por el Capitan Profesor Arroyo Palomo que reproducimos a continuación.
La guerra de los doce días
El pasado viernes 13 de junio, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), apoyándose en su Fuerza Aérea y en sus servicios de inteligencia, ejecutaron un contundente ataque contra las instalaciones nucleares de Irán, sus depósitos de misiles y parte de la cúpula de la Guardia Revolucionaria del régimen de los ayatolás. Esta operación, largamente planificada y anticipa da desde que Teherán iniciara su programa nuclear en 2004, tras presenciar la caída de Saddam Hussein después de la intervención estadounidense de 2003, movilizó por primera vez a más de doscientas aeronaves para vulnerar la soberanía persa. No se trató de meros raids contra proxies chiitas como Hezbolá o milicias en Yemen, sino de un despliegue con supremacía aérea total, concebido con la ambición de derrocar el régimen islamista instaurado en 1979: considera do como la auténtica “cabeza de la serpiente” por Israel.
El enfrentamiento ha parado tras doce días de intercambio de salvas, al poco tiempo del bombardeo de EEUU a las tres principales instalaciones nuclea res iraníes y posterior respuesta militar simbólica del Estado persa. Irónicamente, este pulso bélico ha sido bautizado como “la guerra de los doce días”, en alusión al conflicto de 1967. No obstante, lejos de considerarse concluido, este episodio exige un análisis profundo y detallado.
¿Cuál ha sido el detonante para que Israel se decidiese a intervenir en esta fecha?
Desde octubre de 2023, Israel paulatinamente ha inter venido contra las amenazas de su entorno más inmediato, en primer lugar Gaza, posterior mente cruzó la Blue Line en Líbano a mediados de 2024, y finalmente la caída del régimen ¿Se puede considerar que este conflicto ha terminado en tablas? diplomáticas con EEUU sobre el programa nuclear iraní. de AlAsad en Siria creó una ven taja operacional sin precedentes que han sabido aprovechar para lanzar la operación “León Creciente”.
En la guerra de Yom Kippur de 1973 Israel se enfrentó a la nutrida defensa aérea árabe, de forma inesperada, lo cual le produjo una cantidad inasumible de bajas en sus aeronaves y pilotos. A partir de ese momento el Estado hebreo dio un salto cuali tativo en la tecnología de sus aviones hasta llegar al momento actual con su disponibilidad de F35 Adir, F15 y F16. Sin embargo, la furtividad de sus aeronaves no era capaz de supe rar el problema de la autonomía de vuelo con la distancia entre Israel e Irán, debido a que los aviones cisterna tienen una firma radar enorme, y los cielos de Siria no eran seguros con el anterior régimen alauita, aliado de Teherán. Ese obstáculo se superó en enero 2025.
Asimismo, Israel obtuvo la sorpresa al no esperar a la finalización de las negociaciones
¿Qué reflexiones militares se pueden hacer de este enfrentamiento?
La absoluta supremacía aérea de Israel ha tenido que hacer frente a una extensión de territorio casi tres veces mayor que la de Ucrania, que ha juga do a favor de Irán, así como a la limitada capacidad para transportar bombas de gran tamaño, necesarias para penetrar en los profundos complejos nucleares y militares que Irán ha construido durante décadas. Israel necesitó el apoyo directo de bombarderos estadounidenses, con sus antibunker GBU57, para poder afectar realmente a la capacidad nuclear persa.
La gran capacidad de misiles iraní contrasta con la obsolescencia de su fuerza aérea, con cazas F14 y Su24 que datan de los años 70, completamente incapaces de hacer frente a Israel. La defensa aérea también se ha demostrado ineficaz con la destrucción de sus radares de largo alcance y alerta temprana en las primeras horas de la guerra. Probablemente Irán, a partir de ahora, destine más presupuesto en adquirir las aeronaves chinas como el J10C, tan nombrado en el reciente conflicto entre Pakistan e India, en detrimento del armamento suministrado a sus proxies chiitas.
La destrucción de varias ciudades hebreas debido a los misi les iraníes no tiene precedentes en la historia desde 1948. La capacidad de intercepción de los misiles por parte de Israel se ha visto comprometida en los últimos días del conflicto. Se ha demostrado que Israel necesita la intervención directa de EEUU y un apoyo logístico extraordinario para poder resistir un conflicto de mayor duración temporal.
Por último, destacar las palabras del vicepresidente estadounidense Vance en un foro militar el pasado 23 de mayo, en el que subrayó que la nueva política internacional de EE. UU. rechazará las “misiones indefinidas” y los “conflictos abiertos” de Irak o Afganistán, desplegando fuerzas solo con objetivos claros y delimitados.
¿Se puede considerar que este conflicto ha terminado en tablas?
La denominación Operación León Creciente alude con cierta ironía a un objetivo incumplido, pues el régimen chiita de los ayatolas no mostró signo alguno de colapso; al contrario, la agresión externa de Israel y EE. UU. propició un claro efecto de “rally‐round‐the‐flag”. Incluso los intentos audiovisuales del pretendido heredero del sah de Irán carecieron de repercusión entre la población.
La capacidad misilística, si bien degradada, ha quedado lejos de anularse. Prácticamente el este y el sur de Irán no han sufrido ataques de envergadura y el lanzamiento de proyectiles no ha cesado ningún día. Irán afirmaba tener capacidad de sostener el esfuerzo bélico con su reserva de misiles durante al menos seis meses, sin contar con un posible suministro de Pakistán o China.
El impacto de la operación militar sobre el progreso del programa nuclear iraní es la cuestión que ambos bandos emplean para vencer en el dominio cognitivo. Israel y EEUU afirman que el programa se ha retrasado varios meses o incluso años tras el ataque estadounidense con sus B2. Mientras que Irán afirma que pudieron salvaguardar todo su uranio enriquecido al 60% antes del ataque.
Se estima que Israel ha perdido entre el 1,5 % y el 2 % de su PIB en esta operación. Mientras que Irán ha sufrido los ataques constantes de la aviación israelí pero no ha tenido que verse obligado a cerrar el estrecho de Ormuz, que hubiese supuesto frenar el 20% del comercio de crudo mundial en cuestión de horas.
Capitán Miguel Arroyo Palomo. Profesor asignatura Mundo Actual. Departamento de Liderazgo, Ciencias Jurídicas y Sociales de la AGM