Varear el olivo es una técnica tradicional que se suele hacer en otoño para no dañar el árbol como paso previo a recoger la aceituna. Hay que aplicar la fuerza justa porque si se hace con mucha violencia se pueden dañar las ramas. La Guardia Civil sabía que tenía que medir bien la fuerza cuando abrió la ‘operación Varea’ y puso en el foco a uno de los agentes más condecorados del cuerpo, engrandecido por su trabajo contra el narcotráfico y con apellido de fruto: el teniente coronel Francisco David Oliva Moreno. Pero, en realidad, lo que terminó precipitándolo todo fue una pelea entre otros dos tenientes, J.A.B. y J.I.F., que empujó a los Servicios de Asuntos Internos a la sospecha de que podían tener entre manos una investigación casi de Seguridad Nacional.
‘Varea’ era, en realidad, una suerte de cajón desastre en el que ya desde 2019 los agentes que se dedican a indagar sobre sus compañeros iban guardando toda la información que les llegaba sobre Oliva, aseguran distintas fuentes de la investigación a El Independiente. Paralelamente la Audiencia Nacional abrió un procedimiento por «un posible delito de tráfico de drogas en el seno de una organización criminal», indica un escrito que consta en la causa, sobre una familia de Cádiz, el ‘clan Ariza’. Y es aquí donde empiezan a cruzarse los datos.
La Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional se topa con el teniente J.I.F. que en este punto trabajaba bajo las órdenes de Oliva. Este agente formaba parte de los 150 que componían OCON-SUR, una unida de élite que el Ministerio del Interior había creado para combatir el narcotráfico en el territorio sur de España.
Cuentas bancarias y amistades
El teniente era muy cercano a un familiar del clan de los Ariza, tenía incluso fotos con él en Facebook, así que la Policía informó a la Guardia Civil de las sospechas y Asuntos Internos se hizo cargo del tema. En la investigación también llamaron la atención las cuentas bancarias del uniformado. Fuentes conocedoras de su situación señalan que el dinero del agente proviene de dos vías: sus propias empresas, que tiene desde principios de siglo, y de su propia familia, que es acaudalada.
Oliva ya sabía que sus compañeros le tenían a él y a gente de su unidad bajo el radar desde hacía tiempo. Había detenido dos veces a un narco allí y en su móvil había encontrado que era confidente de Asuntos Internos y proporcionaba información sobre ellos. El teniente coronel llegó a ofrecer en diciembre de 2021 una reunión a través de los cauces oficiales de la Benemérita para aclarar cualquier duda sobre su actuación, pero ésta no llegó a producirse, según indican fuentes conocedoras. Y con todas esas rencillas abiertas entre los Servicios de Asuntos Internos y los agentes de OCON, el teniente J.A.B., destinado en la unidad que vigila a los guardias, solicitó el cambio de una unidad a la otra. El guardia civil había tenido un bebé, su mujer quería volver a Andalucía de donde era originaria y a principio de 2022 se trasladan. Primero pidió el traslado a Sevilla, pero terminó recalando en la unidad de élite.
El conflicto entre el teniente J.I.F. y el recién llegado J.A.B. no tardó en abrirse y en una cena, según el relato de varias fuentes, casi llegan a las manos. El teniente J.A.B., que viene desde Asuntos Internos, acusó al otro teniente de estar con los narcos, mientras que J.I.F. cree que en realidad su compañero es un agente encubierto y que lo han derivado desde Madrid para investigarlos. Se da la circunstacia de que antes de llegar al OCON, J.A.B se encargaba en Asuntos Internos de ese cajón desastre que era ‘Varea’.
El teniente coronel Oliva medió en la disputa después de ser avisado por una tercera persona y pidió pruebas a ambos. Al nuevo compañero que venía de Madrid le dice incluso que si se las da puede cesar a J. I. F. Y es entonces cuando J.A.B. entrega un pendrive con información reservada por la que ahora se le imputa un delito de revelación de secretos.
Seguridad Nacional
Mientras tanto, en Asuntos Internos siguen haciendo su trabajo y todas las alarmas saltan cuando intervienen el teléfono de J.I.F. Al descargarse los mensajes descubren de sus conversaciones que el que hasta hace poco compartía mesa con ellos puede estar pasándoles información reservada de todas sus pesquisas. No saben hasta dónde llega la filtración, si se está compartiendo en Algeciras datos secretos de operaciones o nombres de agentes, así que toda la maquinaria se pone en marcha.
El 15 de diciembre de 2022 se abre una pieza separada y secreta (una ramificación de la investigación principal sobre ‘los Ariza’) para detener a J.A.B. Un furgón lo traslada desde Cádiz durante unas horas que se hacen eternas ante sus antiguos compañeros para interrogarle. Cuando declara ante el Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional el suflé se desinfla. El teniente reconoce haber pasado ese pendrive con información, pero defiende que ni siquiera se trata de una revelación de secretos porque eran datos que la unidad de Oliva ya tenía. El juez Alejandro Abascal le retira el pasaporte, pero no lo envía a prisión porque parece que lo que podía haberse tratado de un asunto de Seguridad Nacional se asemeja más a un delito concreto de revelación de secretos y cohecho.
Meses después el magistrado cita a declarar a más testigos y el pasado 12 de abril llama al teniente coronel Oliva y al teniente J.I.F. en calidad de investigados. Todos coinciden en versiones similares. Justifican un mensaje entre Oliva y J.A.B -«Cómo llevas los deberes?»- en el contexto de una disputa entre Asuntos Internos y OCON. Dicen que lo que quería Oliva era que se preparara para lo que era ir a la unidad enemiga a ojos de sus compañeros y que hiciera callo para combatir el narcotráfico. Refieren que otro mensaje, que rezaba que tenía que «entregar la tarea», se trataba en realidad de llevar un parche de los Servicios de Asuntos Internos. Las citadas fuentes aclaran además hay incluso un vídeo en el que se ve a los agentes del Sur tirar dardos a este trozo de tela.
Sobre las sospechas de J.I.F. y su relación con el ‘clan de los Ariza’ tampoco fue negado en la Audiencia Nacional. El teniente estudió con uno de los Ariza y es, incluso, padrino del hijo de este amigo suyo de la infancia. Por eso, los agentes de Asuntos Internos han incluido en sus informes fotografías del guardia en el bautizo de uno de los primos con ese apellido. Pero defienden que «ser amigo de un tío cuya familia se dedica al tráfico de drogas no te convierte en narcotraficante». Las fuentes consultadas señalan que la Guardia Civil conectó indicios sin llegar a comprobar cuáles eran en realidad los lazos y si detrás de eso había un delito.
El problema, refieren otras fuentes de la investigación, es que los Ariza al saberse investigados por la detención de los mandos del Instituto Armado, han borrado perfiles en redes sociales y han dejado de actuar como lo estaban haciendo.
La imputación de Oliva y sus dos hombres causó conmoción en la Guardia Civil. Se trataba del teniente coronel más condecorado en el Cuerpo, con clara proyección para llegar a general. Las fuentes consultadas tanto de OCON como del resto del Instituto Armado subrayan que lo que consiguió la unidad fue «histórico» y que esta investigación «quedará en nada». Un día después de declarar, J.I.F. subió a sus perfiles de redes sociales la insignia del OCON, en muestra del orgullo que siente por haber pertenecido a ella. En los comentarios se puede leer a sus allegados dándole ánimos.
Archivo de la causa principal sobre droga
El pasado 21 de abril la Fiscalía Antidroga solicitó que el juez archivara la causa principal por narcotráfico, tal y como avanzó este medio. El 4 de mayo el magistrado Abascal tomó la decisión de acordar «el sobreseimiento provisional de la causa principal de este procedimiento al no haber resultado debidamente justificada la perpetración del delito que dio motivo a su formación, por lo que ha desaparecido el nexo de conexidad que, para la investigación de esta pieza, determinaba la Audiencia Nacional». Es decir, el juez decidió enviar también el asunto que afecta a los guardias civiles a un Juzgado de Valdemoro (cuyo partido judicial corresponde al Juzgado decano de Parla).
Los investigadores señalan que se ha perpetrado un delito de revelación de secretos en concurso medial con un delito de cohecho. Creen que este último se sustenta que la información reservada que dio el teniente J.A.B. fue entregada «como dádiva» para que a él lo trasladaran a OCON cuyo sueldo más complementos se calcula en unos 18.000 euros más de lo que ganaba en Madrid. Y como «esa sustracción se produjo en la sede del Servicio de Asuntos Internos de la Guardia Civil», radicada en Pinto, el asunto debe enviarse allí.
Mientras se resuelve la competencia, los agentes siguen en su puesto de trabajo. Algunos señalan que el trato que están sufriendo estas semanas es vejatorio por parte de los narcos que en ocasiones acuden a establecimientos de su familia (la del agente J.I.F tiene diversos comercios en la zona, por ejemplo) a decir que el guardia civil «ya es de los nuestros». Además, el teniente J.I.F. es uno de los que coordina el dispositivo de seguridad del juicio de ‘los Castaña’ por lo que mencionadas fuentes aseguran que las burlas son continuas.