La futura jefa del Estado ingresa en la Academia General del Aire, donde se instruirá varios meses
La princesa Leonor cambia el mar por el aire. La que está llamada a ser futura jefa de Estado y capitana general de las Fuerzas Armadas inicia hoy el último tramo de su formación militar con el ingreso en la Academia General del Aire (AGA) en San Javier, Murcia. Allí se formará junto a los alumnos de cuarto curso durante los próximos meses.
Tras su paso por el Ejército de Tierra, en la Academia General de Zaragoza, y su travesía en la Armada —donde estuvo cuatro meses en la Escuela Naval de Marín (Pontevedra), cinco a bordo del buque-escuela Juan Sebastián Elcano, y tres semanas en la fragata Blas de Lezo—, la princesa enfila ahora el último tramo de formación castrense con el uniforme azul: el del Ejército del Aire y del Espacio.
Una vez cruce, en solitario y ya enfundada en el uniforme azul cielo, las puertas de ingreso de la base de San Javier, en la que los alumnos de otros cursos entraron el pasado 18 de agosto, la princesa será “una más”, tal y como repiten la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el propio director de la academia, el coronel Luis González Asenjo. Robles visitó las instalaciones, recientemente renovadas, hace días para comprobar la puesta a punto tanto de las infraestructuras como de los aparatos de cara al inicio del nuevo curso. Un curso que se inicia también de cero para dos mujeres periodistas en dos puestos clave en La Zarzuela: Rosa Lerchundi, como nueva jefa de comunicación; y Marta Carazo, que se estrenó ayer oficialmente como jefa de la Secretaría de la Reina.
Como ya es habitual para ella, la jornada de la primogénita de los reyes, Felipe VI y Letizia Ortiz, se iniciará a las 6.30 con el toque de diana. Una hora después, desayunará con el resto de compañeros —este año está previsto haya más mujeres que nunca, en torno a 74 de 483 alumnos— para más tarde recibir clases teóricas y formarse en los siete simuladores de vuelo que permitirán luego a los alumnos volar las 38 aeronaves de las que dispone la base. La joya de la corona, el Pilatus suizo, que el Rey ya tuvo ocasión de probar este verano. El día lectivo terminará hacia las seis de la tarde. A las 10 de la noche, luces apagadas. Los fines de semana, los alumnos podrán salir —y dormir— fuera de las instalaciones de la academia. La princesa continúa pues la estela de su abuelo, el rey emérito Juan Carlos I, y su padre, Felipe VI, quienes a finales de la década de los cincuenta y ochenta respectivamente aprendieron a volar en los cielos de la Región de Murcia.
Dentro del plan formativo, hay una parte dedicada al pilotaje de drones y al espacio, con un aula específica y con la participación de los alumnos en la construcción de un minisatélite, que está previsto que se ponga en órbita a finales de 2026, según informó el Ministerio de Defensa. La princesa fue antes del verano calificada como apta para volar, al cumplir con los requisitos de altura y visión. Y está previsto que empiece a volar en un mes con instructor. La suelta, como se denomina al bautismo en solitario de los pilotos en el aire, aún está por ver en función de sus conocimientos y destreza al aparato, aunque fuentes de la propia AGA calculan que la princesa ya podrá volar en fechas cercanas a la Navidad.
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