La moción de censura establecida en el artículo 113 de nuestra Constitución, debe utilizarse exclusivamente para la exigencia de responsabilidades políticas del Gobierno. Aun cuando tiene como fin primordial expulsar de la presidencia del gobierno al causante y autor de los desmanes objeto de la moción, si no se obtiene la mayoría absoluta del Congreso, dicha moción no puede seguir adelante y el Jefe de Gobierno y sus ministros continuarán en sus puestos. Pero eso en modo alguno quiere decir que la moción fracase. No albergará la competencia para expulsar al presidente del gobierno, pero podrá exponer a la luz de toda la Nación los desmanes que de otra índole, incluso penal, está realizando el susodicho presidente. Para ello es necesario que el jefe de la oposición, si dado el caso es quien la solicita junto a la décima parte de diputados del Congreso, debe armarse de las razones dialécticas propias de tal enfrentamiento para poner, todavía más si ello es posible, los desmanes, ataques a la democracia, leyes suelta violadores, corrupción, pactos con los partidos separatistas y partidarios de la destrucción de España como Nación, etc…en los que ya ha incurrido el actual presidente del ejecutivo.
En segundo lugar, es necesario presentar un programa que encandile a los ciudadanos. No basta con decir que Sánchez es un irresponsable, que lo es, que tiene a su mujer imputada, que la tiene, que tiene a su hermano a punto de sentarse en el banquillo, que lo está, a su Fiscal General condenado, que lo está, que financió sus primarias con dinero procedente de la prostitución, que lo fue según manifestaciones de sus allegados, que tiene en la cárcel a un ministro de transportes y a un ayudante suyo, así como al vicesecretario general, ahora con la provisional. Todo ese piélago de corrupción por estar señalado diariamente ya es conocido por la ciudadanía. Pero ¿que se ofrece a cambio?
¿Cuál es el programa de gobierno del señor Feijóo, que pasará con las leyes del sanchismo, con la ingente cantidad de dinero que Sánchez entrega para la compra de votos, con las pensiones, la vivienda, la “okupación”? ¿Hay alguien al timón? Si a esto le añadimos que un día Feijóo pide ayuda a los empresarios catalanes para que presionen a Puigdemont y acceda a ayudar en la moción de censura y al día siguiente, una vez oído el no del prófugo (“Que no pida ayuda, que pida perdón”) nos dice que no quiere ser presidente del gobierno a través de una moción de censura, comprenderán ustedes que a la corrupción infinita del social sanchismo, se une la falta de ideas del jefe de la oposición.
Porque con moción de censura sin los votos suficientes o sin ella, Sánchez va a seguir en la Moncloa, incluso habiendo perdido estrepitosamente en las elecciones extremeñas al haber colocado de alfil a la presidencia de la Junta de Extremadura a un imputado por tráfico de influencias y prevaricación, el tal Gallardo, que ha tenido que dimitir ante tal oprobio, pero al menos hubiéramos conocido al jefe de la oposición y futuro presidente del gobierno ver cómo se maneja en los asuntos acuciantes de su próxima tarea y poder ver luz a la salida del túnel para la mayoría de los ciudadanos españoles, porque él también tiene una responsabilidad política. Ver cómo responde una y otra vez a las argucias del truhan de la Moncloa, que en el sentido dialéctico es infinitamente más peligroso y en la misma proporción, menos creíble que Feijóo. Pero Feijóo sigue sin tener las ideas claras y ha permitido la celebración de elecciones en Extremadura, completamente innecesarias. Y ese es el problema de Feijóo, no es capaz de ganar dialécticamente el duelo al tal Sánchez porque siempre duda sobre el camino a seguir. Por ello nunca interpondrá una moción de censura como no tenga asegurados los votos de la mayoría absoluta del Congreso.
Su salida natural, esta vez, ha sido la de organizar una manifestación multitudinaria, a la que VOX no acudió. Y VOX se equivocó al no acudir, aunque tenga resentimientos por la conducta constante del PP al pactar en Bruselas continuamente con el PSOE en contra de las propuestas de VOX o en Castilla la Mancha para la reforma del Estatuto en el que se amplía el número de miembros del parlamento regional y se multiplica el número de organismos, completamente innecesarios, y hay que aguantar que en la semana siguiente a la manifestación, Feijóo, se reúna con Emiliano García Page para dar una conferencia conjunta, cuando este es un lacayo más de Sánchez. O en Ceuta. Ya tendrá tiempo VOX de sujetarle las riendas al PP, por ejemplo ahora en Extremadura donde ha obtenido un buen resultado y teniendo que pactar, creo que necesariamente, con la tal Guardiola, pero en una manifestación contra Sánchez tendría que haber estado, porque España nunca había conocido tal grado de ignominia y a un presidente del Gobierno con una catadura moral como la del presente.
Afortunadamente disponemos de un poder judicial mucho más independiente de lo que imaginábamos, a una policía judicial con una técnicas indagatorias extraordinarias, y a unos medios de comunicación que no se han arrastrado por el fango como algunos con toga y que están poniendo sobre el tablero la verdadera oposición, con moción o sin ella.
José Manuel Adán
Economista e Inspector de Finanzas del Estado
Fuente:
https://www.vozpopuli.com/opinion/la-responsabilidad-politica-de-la-mocion-de-censura.html