La pandemia del Coronavirus es un problema complejo, dilatado y extenso, por lo que el tratar de conocerlo con cierta seguridad precisa de espacio y, por supuesto, tiempo, pues los datos, tanto nacionales como internacionales, fluyen lenta y enrevesadamente, además de estar muchas veces contaminados de interesadas excrecencias o impurezas políticas. Por ello, a las primeras conclusiones hay que aplicar las revisiones que obliguen la acumulación y calidad de los nuevos datos

Nuevos Datos

Pasado más de un mes de los vertidos en el primer artículo, y antes de seguir adelante, creemos necesario recapitular sobre el número de víctimas y las condiciones en que se han producido.

A fecha 20 de abril, un estudio de la Johns Hopkins University, con posterior elaboración de Hispanidad, la publicación de Eulogio López demuestran que el coronavirus se ha ensañado con España con una virulencia sin comparación (ver cuadros), siendo Europa el continente europeo el más castigado del mundo.

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Por cierto, 20.000 muertos fue el trágico balance de la más sangrienta batalla de la Guerra de Liberación, la del Ebro.

En número de contagiados España multiplica por 5’6 la media de los 14 países más afectados del mundo, y 13’8 veces la media global. En número de muertos España multiplica 7’7 la media de esos 14 países y por 22’3 la media mundial. Nadie, salvo Bélgica, alcanza los 443 fallecidos por millón, pero es que los belgas cuentan los afectados/fallecidos con independencia de que se les haya podido certificar por test o por autopsia la muerte por coronavirus. Respecto a las autopsias, o mejor, la ausencia de ellas, son recomendables las reveladoras declaraciones del doctor José Cabrera Forneiro.

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Pero, en realidad, España “va camino de superar la barrera de 1.000 muertos por cada millón de habitantes (y) se convertiría eel país con la mayor tasa de mortalidad por coronavirus”, rondando los 30.000 muertos reales desde el arranque de la pandemia. Así lo publica El Español basándose en el estudio de la empresa Inverence (dirigida por José Almagro), pues a los  muertos 19.715 muertos oficiales, incluidos los reconocidos del desfase,  habría que añadir 10.176 más.

 

Defecto de muertos en datos oficiales, por Comunidades
Cataluña 0 Asturias 220
Melilla 6 Aragón 233
Cantabria 13 Navarra 317
Ceuta 19 País Vasco 332
La Rioja 20 C. Valenciana 380
Islas Baleares 28 Andalucía 497
Región de Murcia 28 Castilla y León 1.737
Canarias 49 Castilla-La Mancha 2.728
Galicia 66 C. de Madrid 3.321
Extremadura 184 España – 10.176

José Almagro ha asegurado públicamente que, en este momento, la cifra real de muertos estará entre 30.000 y 33.000, pudiendo llegar al final a los 40.000. La explicación a ese milenario desfase está en que el Gobierno Central solo reconoce como muertos por coronavirus a los que un PCR o test previo lo hayan certificado (cosa que Cataluña ha cambiado recientemente), lo que, en general, sistemáticamente excluye a los muertos en su domicilio, en multitud de residencias y en centros sociosanitarios. Por supuesto, otras posibles muertes, como los abortos producidos por el virus, no se tienen en cuenta, aunque virus similares (SARS y MERS) los han producido y en China se han constatado casos con el coronavirus.

Esos 10.000 muertos más tienen también la constatación de los registros civiles, los cuales han detectado un espectacular aumento de fallecimientos, en comparación con las estadísticas de otros años y teniendo en cuenta que el número de accidentes de tráfico o laborales se ha reducido drásticamente por el brutal confinamiento.

En resumen, como dice Hispanidad, si utilizamos las variaciones del Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo), del Instituto de Salud Carlos III,  más los aumentos proporcionados por Madrid y Cataluña, y la corrección del Tribunal Superior de Castilla-LaMancha, las víctimas mortales del coronavirus en la horquilla de los días 18-20 de abril no serían los aproximadamente 20.000 oficiales sino 43.000, más del doble. Nada de lo que estar  “felices y contentos” que dijo el Dr. Simón el pasado día 20, el mismo experto que vaticinó que España apenas iba a tener unos pocos afectado por el coronavirus.

Y, a las dramáticas, aterradoras, bajas, gran parte de ellas de personal sanitario o de servicios esenciales y precisamente por no estar debidamente equipados por el Estado, la constatación de que el Gobierno que lo preside ha sido incapaz de comprar suficientes test o lo ha hecho reiteradamente mal hasta por dos veces (la empresa InterPharma no tenía la licencia para importar el material de China –precisamente de una empresa no homologada- y cobró un precio desorbitado) o más veces, incluso con claros indicios de corrupción, habiendo como había fabricantes e importadores españoles de garantía, y que no ha suministrado ni siquiera mascarillas adecuadas a los sanitarios, especialmente a los andaluces (a los que Inditex ha entregado cuatro veces más y mejores mascarillas que el Gobierno), y, muchísimo menos, al resto de la población a la que conmina a salir a la calle, con grave riesgo de arresto o agresión, con ella, aunque los ministros no lo hagan. Esas “mascarillas fake” dadas precisamente a Andalucía, la comunidad que ya no gobierna el PSOE, fueron compradas mediante 116 millones de euros repartidos en tres contratos a Hangzhou Ruining Trading.

Por todo ello un informe del Institute of Certified Management Accountants de Australia ha calificado “la gestión de la crisis sanitaria de España como la peor del mundo”.

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