Cada año, más personas en España y en otros países celebran esta fiesta foránea, que rinde homenaje a la oscuridad y a la muerte, a menudo sin considerar la banalidad de su verdadero significado
Llega el 31 de octubre, y eso actualmente parece sinónimo de una cosa: vestirse de Drácula o ponerse una sábana vieja para disfrazarse de fantasma. Luego, toca pasearse por las calles y llamar a las puertas preguntando eso de «¿truco o trato?». Cada año, más personas en España y en otros países celebran esta fiesta foránea, que rinde homenaje a la oscuridad y a la muerte, a menudo sin considerar la banalidad de su verdadero significado.
Este fenómeno ejemplifica cómo una celebración que parece ligera se opone a la tradición cristiana que ha moldeado la cultura europea. La pregunta surge: ¿Cómo se ha llegado a estos disfraces y al ritual de ir de casa en casa, ‘amenazando’ con hacer un ‘truco’ si no se reciben dulces? Muchos católicos parecen sentirse impotentes ante la invasión hollywoodense y comercial que amenaza con eclipsar el significado del Día de Todos los Santos y del Día de Difuntos.
La práctica de visitar cementerios, encender una vela en memoria de los difuntos y rezar en familia parece haber quedado relegada. Sin embargo, no todo está perdido. Ante estas circunstancias, la Iglesia ha despertado, creando iniciativas que cada vez atraen a más personas que buscan profundizar en la tradición cristiana y ensalzar los modelos de vida de los santos para contrarrestar el fenómeno ‘yanqui’.
«La luz brilla en las tinieblas»
La frase del Evangelio de Juan (1,5) es bastante sugestiva al respecto: «La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron». En una fiesta donde lo macabro parece tomar relevancia, es fundamental desenmascarar el mal y ser luz en medio de la oscuridad, promoviendo el regreso a la verdadera celebración de Todos los Santos, que comienza la noche del 31 de octubre. Este momento invita a reenfocar las tradiciones hacia la celebración de la vida y la santidad, evitando que Halloween opaque lo que realmente representa esta fecha.
Celebrar esta realidad puede tomar diversas formas. Se pueden organizar actividades en torno a los santos de la Iglesia: los niños pueden disfrazarse de sus figuras favoritas y aprender sobre sus vidas y virtudes, mientras que los adultos pueden leer sobre estos modelos de fe o celebrar fiestas en honor a un santo querido por la familia.
Tradicionalmente, en España y en algunas comunidades de Hispanoamérica, era común ir de puerta en puerta cantando y pidiendo contribuciones para celebrar misas por las almas del Purgatorio. La fiesta de Todos los Santos invita a los fieles a ser también santos. Las vidas ejemplares de quienes fueron elevados a los altares pueden inspirar a vivir el Evangelio de manera más plena, convirtiéndolos en amigos que interceden desde el cielo.
Holywins: la santidad vence
En este contexto, la Iglesia ha presentado «Holywins» como la alternativa cristiana a Halloween. Este evento ha ido ganando adeptos que buscan profundizar en los valores cristianos y combatir la influencia de la celebración pagana. «Holywins», un juego de palabras que fusiona ‘holy’ (santo) y ‘wins’ (vence), celebra la victoria de la santidad.
Protagonizada por los niños, esta fiesta incluye juegos y actividades donde pueden disfrazarse de santos como la Madre Teresa de Calcuta, san José, la Virgen María o san Gabriel. La similitud fonética con Halloween no es casual, pues «Holywins» busca reivindicar la fiesta de Todos los Santos «ante la potente implantación y colonización de la fiesta pagana de ‘Halloween’ que sufrimos en nuestra cultura», explican los organizadores de este evento.
La delegación de infancia y juventud, junto con la Escuela Diocesana de Evangelización de la diócesis de Alcalá, organiza este 31 de octubre la vigésimo segunda edición de esta celebración. Iniciativa que nació en la archidiócesis de París en 2002, «Holywins» llegó a España en 2009, recordando el verdadero significado de la fiesta del 1 de noviembre.
Mercedes Herráiz, directora de la Escuela Diocesana, destaca que ‘Holywins’ es un testimonio de esperanza cristiana ante la muerte. Es una oportunidad para hablar de los santos y llevar la alegría del amor de Dios a las calles.
¿Puede un católico celebrar Halloween?
El exorcista Francesco Bamonte, vicepresidente de la Asociación Internacional de Exorcistas (AIE), advierte sobre Halloween como una festividad de origen pagano que ha sido ampliamente promovida por el comercio y valorada entre ciertos grupos satanistas.
En su obra El oscuro encanto de Halloween, Bamonte explica que «Halloween está lleno de simbolismos relacionados con el mundo del horror, la muerte, el ocultismo y lo demoníaco», sugiriendo que la celebración está vinculada a un antiguo ritual religioso pagano, el festival celta de Samhain, que incluía ritos mágicos y sacrificios.
A pesar de su transformación en una fiesta de consumo en Estados Unidos, Bamonte destaca que Halloween se encuentra enraizado en la magia y el horror, en contraste con el mensaje cristiano que promueve serenidad, esperanza y alegría.
En este sentido, menciona que la celebración contemporánea de Halloween está relacionada con prácticas oscuras, como la brujería y el satanismo, y señala que, aunque muchos pueden no tener la intención de celebrar tales realidades, se ponen en comunión con corrientes espirituales malignas. Por esta razón, no resulta apropiado celebrar, participar o fomentar este tipo de fiestas, ya que representan un culto que se opone al verdadero y único Dios.
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