LOGÍSTICA FLEXIBLE EN UNA SITUACIÓN FLUIDA Y MODERNA DE SEGURIDAD

“La Logística es toda, o casi toda, la actividad militar excepto el combate”

-Barón de de Jomini, 1838.

La movilidad militar es fundamental para la actitud de disuasión y defensa de la OTAN y, actualmente, un foco de cooperación con la UE. El movimiento de las tropas aliadas por toda Europa con velocidad y su mantenimiento supone un reto logístico significativo que implica a muchos factores a escala nacional e internacional y que va a ser sometido a prueba en las maniobras Exercise Trident Juncture 18 en octubre y noviembre.

Durante la Guerra Fría el enfoque de la OTAN era Europa Central con tropas convencionales masivas desplegadas en primera línea, hacia el Este, presionando sobre las fronteras interiores de Alemania como respuesta a la amenaza soviética. Los comandantes de las tropas en campaña atendían a las responsabilidades regionales establecidas y tenían conciencia absoluta de los límites entre las tropas y las unidades de los flancos, las zonas probables de operaciones y las comunicaciones así como las disposiciones acordadas con las respectivas naciones anfitrionas. Las tropas nacionales se extendían a través de los territorios de la OTAN hasta los puertos del canal y establecían áreas seguras en retaguardia, que estaban especificadas y abastecidas como rutas se suministro en todo el Continente. Esta actitud proporcionaba la base para un rápido refuerzo desde Norteamérica a través del Atlántico. Todas las necesarias disposiciones, infraestructuras, equipos de combate, capacidad de transporte y planeamiento muy detallado estuvieron en posición. Y se logró la capacidad para trabajar juntos mediante instrucción y maniobras regulares a todos los niveles.

Cuando cayó el muro de Berlín en 1989 se supuso que la amenaza desde el Este había desaparecido, de modo que los aliados redujeron sus tropas y las maniobras a gran escala. La OTAN centró su atención en operaciones “fuera de la zona” dirigidas por los aliados. El Consejo del Atlántico Norte –principal órgano de decisiones políticas de la OTAN- decidía cómo, dónde y cuándo realizar las operaciones más bien que ejecutar un plan existente de defensa con empleo inmediato de las tropas , que era lo que había en la Guerra Fría.

La crisis de Ucrania de 2014 subrayó la preocupación de los aliados respecto de una Rusia agresiva que resurgía. Subrayó la necesidad de ser capaces de reforzar rápida y confiadamente un Aliado amenazado de la periferia de la OTAN, disuadir una potencial amenaza y, si esto fallaba, defender al Aliado de un ataque. Además, el conflicto de Siria y los brotes de terrorismo, los ciberataques y otras formas de guerra híbrida contra los aliados, han subrayado las posibilidades de conflicto en todo el espectro nacional e internacional y la necesidad de una mayor coordinación para asegurar la disponibilidad y capacidad de recuperación. También ha quedado claro que la Alianza necesita ser capaz de hacer todo: defensa colectiva, gestión de crisis, proyectar la estabilidad fuera de sus fronteras, contribuir a combatir el terrorismo. Por tanto, los tiempos han cambiado y los riesgos y las cargas han aumentado.

Aumentar la disponibilidad

Desde las históricas decisiones tomadas en las Cumbres de Gales (2014) y Varsovia (2016) relativas a la postura de disuasión y defensa, la Alianza ha ido haciéndose más fuerte, más rápida y, con el ingreso de Montenegro, más grande. La postura provee a la Alianza de una amplia gama de opciones para poder responder a toda la variedad de amenazas sobre la Alianza, que casi se han duplicado desde la Guerra Fría, multiplicando efectivamente en algunos casos las distancias que habría que cubrir en un despliegue de tropas.

Hoy, desde un punto de vista militar convencional, la OTAN mantiene una presencia muy limitada en vanguardia sobre su periferia oriental combinada con una capacidad para reforzar rápidamente en caso necesario. Como parte de esto, la mejorada Forward Presence de cuatro agrupaciones multinacionales de combate en Polonia y Países Bálticos incluye más de 4.500 soldados de la Alianza con capacidad para operar con las tropas nacionales. Esto se ve complementado con la presencia bilateral de EEUU bajo la European Deterrence Initiative. Además, las medidas adoptadas en la región del Mar Negro han aumentado la presencia de la OTAN en tierra, mar y aire.

En la Cumbre de Bruselas (2018) los aliados adoptaron también una NATO Readiness Initiative. Asegurará que unas tropas nacionales capaces de combatir de alta calidad y alta disponibilidad pueden estar a disposición de la Alianza. Del total de sus tropas los aliados ofrecerán 30 buques de combate, 30 batallones de maniobra y 30 escuadrones aéreos junto con reunir tropas en 30 días o menos. Esta iniciativa mejorará más la capacidad de respuesta rápida de la OTAN, bien para refuerzo de los aliados o para una intervención militar rápida en una crisis.

Sin embargo, es importante observar que la velocidad para el refuerzo de las unidades desplegadas en vanguardia tiene muchas dimensiones. No es precisamente sobre el nivel de disponibilidad de nuestras tropas. La capacidad de proporcionar refuerzo a tiempo depende también de aspectos tales como: tomas rápida de la decisión apoyada por una adecuada inteligencia basada en indicadores e información que pueden registrar los diversos aspectos de una campaña híbrida; planeamiento y preparación adelantadas; así como capacidad de proyectar y sostener físicamente las enormes tropas a disposición de la OTAN incluyendo las provenientes del Océano Atlántico. Todas estas áreas son las que han sido reforzadas por la Alianza desde 2014 para subrayar la postura de la OTAN y hacerla más capaz, creíble y relevante.

El arte práctico de mover ejércitos

La guerra no es una ciencia exacta y, de acuerdo con el Barón de Jomeini, fundador del pensamiento militar moderno: “La logística es toda, o casi toda, la actividad militar excepto el combate” (1838). Hoy, Jomeini vería la logística como “el arte práctico de mover ejércitos”, con lo que se refería a toda la gama de funciones envueltas en mover y sostener las tropas: planeamiento, administración, abastecimiento, alojamiento y campamentos, construcción de puentes y carreteras e, incluso, reconocimiento e inteligencia en tanto en cuanto relacionados con las maniobras.

Bajo este espíritu la OTAN intenta eliminar obstáculos a los movimientos militares en toda Europa y el Atlántico y sostener sus tropas en un teatro de operaciones. A tal fin se está trabajando en cuatro áreas. Autoridades y legislación para facilitar el cruce de fronteras; mando y control de las operaciones logísticas; adecuada capacidad de transporte de tropas y equipos; una infraestructura que pueda atender al transporte de grandes cantidades de material pesado. En la OTAN se refieren a este gran esfuerzo como “Enabling the Supreme Allied Commander Europe’s Area of Responsability” (1). La movilidad militar es un término más corto y accesible para abarcar elementos específicos dentro del programa más amplio.

La modificaciones en autoridades y legislación para el cruce de fronteras a escala nacional y de la UE facilitan un rápido despliegue, en particular en tiempos de paz. Naciones, UE y OTAN están intentando armonizar planes, procesos y procedimientos incluyendo facilidades diplomáticas y otras de legislación sobre movilidad de modo que tropas y equipos puedan cruzar las fronteras europeas sin indebidos retrasos e impacto sobre la población civil.

Las estructuras de Mando y Control de la Alianza cooperarán y coordinarán también con los correspondientes actores nacionales civiles para facilitar el tránsito de grandes cantidades de tropas por Europa. A este respecto, en la Cumbre de Bruselas los dirigentes aliados decidieron una Estructura de Mando más robusta de la OTAN que incluye la logística a todos los niveles, incluyendo un Mando en Norfolk, EEUU, para facilitar un refuerzo rápido y seguro a Europa a través del Atlántico así como un Joint Support and Enabling Command en Ulm, Alemania, para asegurar la libertad de las operaciones de modo que el rápido movimiento de tropas pueda tener lugar a la escala requerida hasta la retaguardia de las formaciones en maniobras.

Por otro lado, la OTAN anima a los aliados a mejorar y aumentar su capacidad de transporte mediante el desarrollo de su capacidad militar así como contratos prenegociados con el sector comercial de Europa, estando trabajándose para mejorar el acceso multinacional y colectivo a la capacidad de transporte. La OTAN facilita realmente este proceso ofreciendo a los aliados la oportunidad de reunir recursos y pro9curar capacidad conjuntamente, lo que añade eficiencia y simplifica los procedimientos. La UE, con sus planes para asignar más fondos a la inversión en defensa, está dando también pasos en esta dirección.

 

Trabajar íntimamente con la Unión Europea

La OTAN coopera con la UE y otros actores para asegurar que las infraestructuras civil y comercial de transporte, tales como puertos, carreteras y puentes, alcancen la categoría requerida –categoría que se empleará como base para las inversiones nacionales y potencialmente de la UE.

Sería impensable este trabajo sin la plena cooperación de la UE. Como parte de un esfuerzo combinado ambas organizaciones trabajan para eliminar los obstáculos existentes a los movimientos militares en el Continente. La UE tiene un importante papel que jugar a la hora de facilitar el cruce de fronteras a las tropas y equipos dentro de Europa así como asegurar que las infraestructuras europeas de transporte son las adecuadas para permitir el transporte de tropas y material pesado.

OTAN y UE han calificado a la movilidad militar como un área clave de cooperación entre ambas. La Declaración conjunta firmada en julio de 2018 por el secretario general Jens Stoltenberg y los presidentes de la Comisión y el Consejo europeos, Claude Juncker y Donald Tusk, reafirmó los intereses interconectados de seguridad de OTAN y UE y la importancia de la cooperación para apoyar las iniciativas de defensa de ambas organizaciones.

Todo ello implica la integración en tres niveles. Primero, en la OTAN se trabaja para considerar tanto la capacidad de combate como los especialistas en logística reconociendo que la esta última puede ser militar, civil o comercial. Todos los elementos que contribuyen tienen que ser instruidos y realizar maniobras juntos simulando las condiciones de tiempo de guerra –en otras palabras, “instruirse como se combate”-.

Segundo, a escala nacional se defiende un punto de vista de “todo el gobierno” para tratar la gama de conflictos híbridos incluyendo coordinar los recursos logísticos para ayudar a las autoridades civiles y las necesarias para el refuerzo de lo militar. También es necesaria la coordinación entre gobiernos para dar a la Alianza más capacidad de recuperación en momentos de crisis o conflicto. Los jefes de estado y presidentes de gobierno aliados se comprometieron en la Cumbre de Varsovia a mejorar esa capacidad mediante la preparación civil.

Finalmente, se trabaja a escala multilateral para asegurar que OTAN y UE puedan trabajar sin solución de continuidad para hacer posible que la OTAN defienda la región euroatlántica contra posibles adversarios así como proyecta la seguridad y la estabilidad adecuadamente.

Esfuerzo a largo plazo

Mientras la misión fundamental de la OTAN no ha variado desde su fundación hace 70 años, es mucho lo que ha cambiado desde la Guerra Fría. Una presencia muy modesta en nuestra periferias junto con la capacidad para reforzar rápidamente a los aliados sujetos a presión supone una posición diferente de la de cientos de miles de soldados estacionados al alcance de los disparos de un adversario. Hoy tenemos muchos más problemas que atender además de un vecino agresivo en el Este: inseguridad e inestabilidad en el Sur, ciberamenazas y otras híbridas nuevas, piratería en alta mar, por decir unas pocas.

Los dirigentes políticos de la OTAN reconocen que la disuasión y defensa de Europa se puede lograr mediante esa posición si bien la capacidad y el sostenimiento de las tropas dependen, entre otras cosas, de la capacidad para moverlas junto con sus equipos por Europa con velocidad. Para ser más efectivos en ello está en marcha un esfuerzo a largo plazo. Estamos en el buen camino pero hay que hacer mucho más.

Cuando más de 30 aliados y socios se preparan para mover sus tropas en Noruega en las maniobras Trindent Juncture en noviembre de 2018 los ámbitos civil y militar se unen para este significativo reto logístico. A escala política y práctica el reto logístico es complejo y requiere actuar junto a los escalones nacionales y multinacionales para asegurar que todas las tropas están a disposición del mando conjunto en el lugar y momento adecuado no importa de donde vengan.

Es posible que un escenario real no proporcione el tiempo suficiente. Llevará tiempo recuperar la cultura de disponibilidad al nivel requerido y se necesitarán voluntad política e inversión financiera. Por esto es tan importante que los aliados, en la Cumbre de julio, reiteraran que van a atender el Defence Investment Pledge para llegar al 2 por ciento del PIB en 2024. Este gasto creciente, junto con el esfuerzo nacional de aumentar la capacidad de recuperación y facilitar la movilidad militar, complementado por el trabajo paralelo y coordinado a escala UE, posibilitará que la OTAN continúe haciendo hoy y mañana lo que ha hecho satisfactoriamente en el pasado –garantizar la seguridad de todos los aliados-.

1)Se define el área de responsabilidad del Supreme Allied Commander Europe (SACEUR) como: El territorio aliado en Europa, el Océano Atlántico desde el Polo Norte al Trópico de Cáncer y hasta la costa oriental de de Norteamérica.

Peter Williams está en el departamento de Logística de la Defence Policy and Planning Division de la OTAN.

NATO Review, 9 de octubre de 2018

Por la trascripción:

Leopoldo Muñoz Sánchez

Coronel de Intendencia ET (R)