El acto oficial de la festividad de la patrona de la Guardia Civil en Madrid se celebró el jueves en el acuartelamiento de Batalla del Salado en la capital con la asistencia de altos representantes de la Comunidad de Madrid, la judicatura y la Guardia Civil. En ese acto estaba previsto, tal y como manda la tradición, el momento de la entrega del mando de la Zona por parte de Diego Pérez de los Cobos al nuevo general y un breve discurso por parte del coronel, víctima desde hace cuatro años de la presión del Ministerio del Interior. Tras la jubilación del general anterior, el coronel con más antigüedad y jefe de la Comandancia de Madrid Diego Pérez de los Cobos, desempeña el mando hasta entregárselo al siguiente general.

Sin embargo, Pérez de los Cobos recibió a última hora de la noche del miércoles, unas horas antes del acto del jueves, el aviso de que se cancelaba ese acto por las previsiones meteorológicas, exactamente por lluvia. Dado que para la mañana del jueves no se anunciaban lluvias, sino todo lo contrario, y era obvio que las motivaciones del ministerio de Grande-Marlaska eran otras, el coronel anunció que se ausentaría. La versión oficial es que el acto en el que participaba Pérez de los Cobos se suspendió porque iba a llover, pero ni llovió ni se anularon el resto de actos de celebración. Sólo aquella parte en la que intervenía Pérez de los Cobos.

El veto sobre Pérez de los Cobos no sólo hizo que el coronel rehusara asistir al acto oficial como jefe de la Zona de la Guardia Civil, también le priva de su despedida como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, ya que se jubila dentro de dos meses y no hay previsto ningún acto de despedida. La actitud de Interior, aprovechando la festividad de la Patrona para perjudicar al coronel, desató la indignación de otros altos mandos de la Benemérita invitados a asistir al acto y que finalmente también rehusaron presentarse.

La derrota de Marlaska

La respuesta de un enfurecido Marlaska fue destituir fulminantemente al coronel Pérez de los Cobos como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid.

Lejos de conformarse con la destitución, el coronel la recurrió en los tribunales y el Supremo terminó dándole la razón y restituyéndole en su puesto. La sentencia del Alto Tribunal fue un duro varapalo para Marlaska y su Ministerio del Interior, hasta el punto de frenar el ascenso a general del coronel, tal y como le correspondía por escalafón, lo que ha provocado que se desate otra batalla judicial.