Felipe VI completa cambios que incluyen a la número dos de la institución, la secretaria de la Reina y la consejera diplomática
Relevos, perfiles más profesionales y una mayor proporción de mujeres en puestos clave. Esa es la política de cualquier empresa u organización que se quiera adaptar a los tiempos, y es también la de la jefatura del Estado. Aunque ya en los años noventa se empezaron a dar los primeros pasos para modernizarla a petición de Juan Carlos I, hoy la Casa del Rey ha cogido carrerilla para intentar seguir adaptándola al siglo XXI. Solo este año, Felipe VI ha situado a cuatro mujeres en la cúpula: Mercedes Araújo Díaz de Terán fue nombrada secretaria general; Carmen Castiella Ruiz de Velasco, consejera de Asuntos Diplomáticos; Marta Carazo, secretaria de la Reina, y Rosa Lerchundi, directora de Comunicación.
En estos 50 años de Monarquía, La Zarzuela ha efectuado cambios significativos en su personal directivo. Se trata de un intento de desechar la imagen arcaica y desfasada que podría desprender una institución que de por sí destaca por su inmovilismo y cuyo máximo representante ostenta el cargo por nacimiento y de manera vitalicia, salvo en caso de abdicación, lo cual es una forma “poco natural de terminar un reinado”, en palabras de Rafael Spottorno, jefe de la Casa entre 2011 y 2014 y un personaje clave en el final institucional de Juan Carlos I.
Fernando Almansa, primer jefe de la Casa que no fue militar, sino diplomático, fue pionero en introducir a una profesional, la periodista Asunción Valdés (Alicante, 75 años), en un puesto de mando en 1993. “Entré para modernizar la Casa”, presume Almansa (77 años). Como sucesor de Sabino Fernández Campo y de Nicolás Cotoner y Cotoner, ambos militares y ya fallecidos, Almansa entró en La Zarzuela a los 44 años.
Almansa subraya que esa tarea de modernización fue un empeño
El departamento de Comunicación ha sido el último en renovarse
Los Reyes acumulan en redes sociales un millón de seguidores
de Juan Carlos I, que entró en una Casa en la que todo el mundo era militar, varón y mayor que él. “Incluso los nombres de los puestos de trabajo eran militares. Se hablaba de unidades y no de departamentos, o de intendencia para referirse a la administración”, recuerda Valdés, que añade que la nomenclatura no cambió “hasta bien entrado el siglo XXI”. Almansa, que dirigió la Casa hasta 2002, justifica que la gestión de La Zarzuela “es muy vertical”, siguiendo con ese sentido militar: primero va el Rey, luego el jefe de la Casa y de ahí depende todo. La primera mujer en un puesto de mando en la jefatura del Estado se encargó de transformar un equipo de comunicación que tenía algo olvidada la relación con los medios. “Había un equipo con gente muy preparada, pero ninguno era periodista”, recuerda Valdés. Ella se empeñó en nombrar a un número dos que fuera catalanoparlante porque “España no es solo Madrid, es mucho más”. Ese fue Jordi Gutiérrez. Valdés lanzó también la página web de La Zarzuela y empezó a compartir con los medios la agenda semanal de la Familia Real. La periodista recuerda que su primer reto informativo fue la muerte de Don Juan, y el último, el fin del noviazgo del heredero con la noruega Eva Sannum.
En esos años también se creó la Secretaría del Príncipe, que se encargaba de la agenda oficial de Felipe de Borbón y Grecia cuando se allanó su camino hacia una futura jefatura del Estado. Una oficina para la que contó con otro civil, el abogado del Estado Jaime Alfonsín, y que, en línea con la feminización de la Casa, es plausible sea ocupado por una mujer, aventuran fuentes de la institución.
Por aquellos años, al despacho semanal que mantenía el jefe del Estado con el presidente del Gobierno de turno se le sumaba otra reunión semanal oficial con su familia (la reina Sofía, las infantas Elena y Cristina y el príncipe Felipe) para coordinar agendas y repartir responsabilidades. “Al final, el Rey estaba informado de todo. (…) Traté de que la Casa trabajara más en equipo. La etapa anterior, con Sabino [Fernández Campo], era otra cosa”, recuerda Almansa.
Ha sido, sin embargo, el actual jefe de la Casa del Rey, el también diplomático Camilo Villarino (60 años), el que más cambios y de forma más rápida ha introducido en el engranaje de una institución que debe encontrar el equilibrio entre mantener cierta distancia y liturgia con acercarse a los ciudadanos. “Nos tenemos que ir adaptando a las circunstancias de la política nacional y del mundo. Por ejemplo con todo el impacto de las redes sociales y las nuevas tecnologías”, apunta Villarino.
El actual número uno de la Casa busca “la excelencia” y propuso ocupar la Secretaría General de su Casa a Mercedes Araújo Díaz de Terán (55 años), hasta ese momento letrada de las Cortes. “Si quería lanzar un mensaje tenía que encontrar mujeres”, recuerda Villarino. Por primera vez, los mandos de La Zarzuela están copilotados por una número dos mujer y perteneciente a la generación de los Reyes. Araújo sustituye así al teniente general de la Guardia Civil Domingo Martínez Palomo, de 71 años. Como también lo hace Carmen Castiella Ruiz de Velasco, de 52 años, que aconseja a Felipe VI en asuntos diplomáticos relevando a Alfonso Sanz Portolés (71 años), que llevaba casi una década en La Zarzuela.
Otra de las decisiones que Villarino tomó tras llegar de las oficinas de Bruselas a palacio en 2024 fue el nombramiento de María Ocaña, una mujer de 51 años y civil (abogada del Estado), como secretaria de la reina Letizia en sustitución de José Manuel Zuleta y Alejandro, un general de división del Ejército de Tierra, grande de España, y de 60 años. Villarino, sin embargo, reconoce que en este caso fue la Reina la que inició el proceso y la que tomó la decisión final. Ocaña, que dejó la Secretaría un año después por “motivos personales sobrevenidos”, fue relevada por la periodista Marta Carazo (52 años).
Rejuvenecimiento
El departamento de Comunicación de la Casa del Rey ha sido el último en renovarse. “Cuando llego, pienso que procede que mostremos más a los ciudadanos lo que es la Corona, qué es la Casa, cómo trabajamos…”, apunta Villarino. Jordi Gutiérrez, de 66 años, dejaba el cargo después tres décadas en La Zarzuela, pasando el testigo a la periodista Rosa Lerchundi (59 años). Fuentes de la Casa sostienen que el hecho de que Lerchundi sea mujer representa hoy en día otro activo y un mensaje de la institución.
Más de 30 años después de su primera entrada en La Zarzuela, a Valdés ahora le produce ”una gran satisfacción” el hecho de que una mujer ocupe el que fuera su puesto como directora de Comunicación. “Ya la he felicitado y subrayado que tiene un papel importantísimo, que es hacer llegar la Monarquía a los españoles”, dice.
La Casa, a su ritmo, no solo se profesionaliza, se feminiza y se rejuvenece, sino que también se moderniza con Felipe VI y Letizia Ortiz al frente y la princesa y la infanta enfiladas hacia el futuro. En 2014, la Casa del Rey inauguró cuenta en X y el año pasado abrió un perfil en Instagram, donde sus publicaciones llegan a casi un millón de seguidores.
Ya el matrimonio de Felipe VI con Letizia Ortiz auguraba un cambio de rumbo en la institución. La Reina no solo rompía con la tradición de pertenecer a la aristocracia. Además, ahora el primer y el segundo puesto en la línea de sucesión están ocupados por una princesa (Leonor) y una infanta (Sofía).
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