Hasta luego, mi general

Hoy 16 de agosto, día de San Roque, hubiéramos celebrado tu 77 cumpleaños. Albojense orgulloso de su tierra, tuviste una gran trayectoria profesional en el Ejército del Aire culminada con tu merecida promoción a general de División, sirviendo a tu Patria con nobleza y tesón durante todos esos años.

Desde la niñez recordamos esos domingos por la mañana en los que uno de nosotros te acompañaba a comprar tu ABC que leías con esmero y de esas tardes de Tour de Francia y cualquier evento deportivo que se preciara. La radio siempre de fondo.

Fiel esposo y padre responsable de cuatro hijos, nos enseñaste a que las normas están para cumplirlas y que la cultura, educación y respeto a los demás estaba por encima de todo. Y lo hiciste siempre desde el ejemplo. Con tu visión de futuro ya estudiábamos inglés con profesores nativos cuando apenas se conocía el idioma en nuestra España querida.

Amantísimo abuelo de nueve nietos, estabas viviendo la etapa más dulce y feliz de tu vida. Disfrutando de cada sonrisa, de cada cogida de mano, de cada ‘agüelo Esteban’ que escuchabas de sus boquitas… Con tiempo y paciencia respondías a sus porqués, les contabas las anécdotas de tu niñez, tus aventuras pilotando los carismáticos

Hércules y creaste esa complicidad tan especial con ellos y los caramelos que les pasabas a escondidas entre risas.

El Covid llamó a nuestra puerta a mediados de enero sin haberlo buscado, mira que nos cuidamos. Y cuando gracias a tu fortaleza, perseverancia y cuidado exquisito con el que vivías ibas remontando, el incumplimiento de una monitorización continua que debía existir nos arrebató tu presencia para siempre, con la desolación de no habernos podido despedir de ti y de haberte ido en una etapa tan plena y merecida de tu vida.

Tratamos de llenar ese vacío con los recuerdos y de ahí que queramos compartir nuestra admiración hacia tu gran persona como esposo, padre, abuelo, hermano, suegro y tío a través de esta carta, en el día de tu cumpleaños. Tus nietos hablan de ti con brillo en sus ojos.

Has emprendido tu vuelo final demasiado pronto, pero Dios se lleva siempre a los mejores. Sabemos que seguirás cuidando de todos nosotros, allí donde estés. Tus hijos siempre.

PILAR GRANERO ALMERÍA