La negativa del gobierno a celebrar el Desembarco de Alhucemas dispara las solicitudes al Congreso
Hace un mes se presentaban en Sevilla las Jornadas de Historia Militar dedicadas al Desembarco de Alhucemas, que tendrán lugar en octubre, y que despertaron un gran interés en la esfera castrense, universitaria y en interesados en temas históricos. Lo que no esperaban los organizadores es que la negativa del gobierno a la celebración de esta efemérides, basándose en criterios presentistas, supusiera un revulsivo y que el flujo de solicitudes de participación se disparara.
El próximo 8 de septiembre se cumplirán cien años del Desembarco de Alhucemas. Sería la primera operación conjunta tierra-mar-aire con éxito de la Historia universal. Protagonizado por las Fuerzas Armadas españolas, con ella se logró la difícil pacificación de los territorios bajo responsabilidad española en el norte de África. Fue una operación militar inédita y moderna, que ha servido de referencia y modelo para numerosos desembarcos posteriores.
Pese a que tras el Desastre de Annual se habían recuperado zonas bajo jurisdicción española, en la famosa «Campaña del Desquite», y el nunca suficientemente ponderado Socorro de Melilla, el territorio no tuvo trazas de pacificarse hasta abril de 1925. Ese mes, Abd el-Krim, jefe de los insurgentes, atacaba la zona francesa del Protectorado, lo que impulsaría un frente común francoespañol contra las cábilas rifeñas. La alianza contra el enemigo común cristalizó en una reunión de alto voltaje: la Conferencia de Madrid, donde se diseñaron los ejes de actuación.
En este encuentro, España propuso la dirección del desembarco de su ejército en la bahía de Alhucemas con la cooperación y apoyo de una flota combinada, naval y aérea franco-española. Como curiosidad, se utilizarían por primera vez en la historia de la guerra los carros de combate, concretamente los Renault FT modelo 1917. Entonces su papel fue testimonial, pero abrirían un capítulo crucial en la historia bélica mundial. Los españoles se convertirían en los pioneros de una actuación bajo mando unificado de fuerzas combinadas aéreas, navales y terrestres e inaugurarían el concepto moderno de desembarco anfibio.
Alhucemas, el foco de la rebelión
Alhucemas era la zona de asentamiento de la cábila de Beni Urriaguel, y el corazón simbólico y directriz de la rebelión rifeña, ya que era la cuna de la familia de Abd el Krim. Las operaciones desarrolladas por tierra para su ocupación habían fracasado de forma recurrente. ¿La razón? La excesiva longitud de las líneas de combate
Con el Desembarco se pretendía establecer una base de operaciones que tras la citada operación combinada permitiese actuar en la zona a un ejército profesional de unos 20.000 hombres.
Resultó de una gran complejidad, ya que la orografía no lo facilitaba precisamente y además tenían muy presente el fracaso de la operación anglofrancesa en Gallí-polli. De similares características a la de Alhucemas se había realizado en 1915, apenas una década atrás durante la Primera Guerra Mundial. Pero esta vez, con Primo de Rivera al mando y contando con militares especialmente capacitados no podían equivocarse. De hecho, participarán en el Desembarco personalidades militares muy relevantes en décadas posteriores. Franco, Mola, Sanjurjo, Carrero Blanco.. Y no se equivocaron.
Red de espionaje
Abdel Krim tenía importantes enlaces y una red de espías que le informaron de lo que se proyectaba y raudo procedió a fortificar, artillar y minar la zona, lo que obligó a los españoles, casi a última hora, a cambiar el punto de desembarco planeado. El emplazamiento elegido fue la Playa de la Cebadilla y la Cala del Quemado, al oeste de la bahía de Alhucemas.
24 barcazas tipo K ingleses —exactamente las mismas de Gallipolli— desembarcarían allí apoyadas por los cañones de las escuadras navales y el bombardeo de la aviación. Tras desminar y/o detonar las minas que detectaron, consiguieron ocupar las alturas que dominaban la playa y desembarcaban el inmenso bagaje. Al final del día, 10.000 militares españoles tomaban posiciones.
Y ya, desde Alhucemas, en la primavera de 1926, se irían ejecutando las definitivas operaciones que derrotarían a Abd el-Krim y el protectorado español sería definitivamente pacificado. Sucedería casi 20 años antes del Desembarco de Normandía, y siempre se ha escrito que la operación española sería la que inspiró al general Eisenhower para su día D. Para la sociedad española, lo relevante sería las vidas de soldados que no seguirían cayendo, algo paliado también con la fundación de La Legión.
La institución organizadora en Sevilla de las Jornadas Historia Militar sobre el Desembarco de Alhucemas es el Campus Internacional para la Seguridad y la Defensa (CISDE). Contarán con «pesos pesados», reputados historiadores especialistas en el tema como ponentes. Pero también han querido estar abiertos a una importante participación activa de la comunidad académica, estudiosos, escritores e investigadores, españoles o extranjeros, con trabajos inéditos que versen sobre los aspectos específicamente histórico-militares del Desembarco de Alhucemas. Al habla con el Coronel Tejado, profesor en CISDE ha afirmado que «Estamos lejos de la polémica. Nuestra competencia es puramente científica y académica y llevamos trabajando meses en la organización de las jornadas que ya tenían una magnífica recepción y estamos seguros de que serán un éxito»
Habrá una fase preliminar en la que un Comité Científico recibirá y estudiará en detalle las propuestas de investigación recibidas hasta el 1 de abril de 2025 según las bases que pueden consultarse en la red. Partiendo de los seleccionados por su calidad y originalidad se desarrollarán las sesiones de trabajo que establecerán el cronograma de las Jornadas.
Todos los actos presenciales, conferencia inaugural, exposiciones y conferencia de clausura, previstos para los primeros días de octubre serán de entrada libre. CISDE ha contado con la Asociación Nacional de Soldados Españoles (ANSOLDES) que patrocina un generoso premio en metálico de mil euros para la mejor de las comunicaciones presentadas. La asociación ANSOLDES, de gran prestigio y aprecio en la sociedad cultural sevillana, se caracteriza por su apoyo a la cultura de Defensa y a la Historia Militar española.
La organización de las Jornadas Históricas sobre el Desembarco de Alhucemas en Sevilla y su gran acogida, convierte a la ciudad en la primera urbe que homenajeará la efemérides como merece: con rigor científico, honestidad y por qué no decirlo, con patriotismo y orgullo por la Historia de España.
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